Entrevista a Chris Ferrell, Conferencista: "El humor es buena guía para enseñar".
Aunque suene raro no es para nada chistoso: Chris Ferrell ayuda a las parejas a mejorar su relación con humor. Esta es una de las características que más les gusta a los asistentes de sus conferencias, especialmente a los hombres, que huyen de las terapias de pareja tradicionales.
"Al presentar el seminario de una manera divertida, un mayor número de hombres asiste y ambos, marido y mujer, terminan pasándola bien. Aunque el evento es divertido no tiene nada de superficial. A través del seminario, las parejas se reirán, aprenderán y serán capaces de hacer cambios positivos en su matrimonio y en su vida" dice Ferrell, quien es norteamericano, pero que vivió en Chile, donde aprendió español.
"En el seminario ofrecemos herramientas como un test en línea para descubrir lo que se siente por el otro. Este es una ayuda clave y se llama 'La página bandera', una pieza con la que también se determina lo que más se ama de la pareja", agrega.
Estas son algunas de las claves de las que habla Ferrell.
1. Sin egoísmos entre los dos
La primera clave de la felicidad es la humildad y pensar en el otro. No se trata solo de estar preocupados por lo que 'yo' quiero, qué hago, 'mi' manera de hacer las cosas y 'mis' opiniones, y menos de escuchar a la pareja solo para esperar 'mi' turno de hablar. Es momento de pensar en el otro.
2. Principio de realidad
El mundo de las películas y programas de televisión muchas veces pinta un espacio de fantasía, en el cual el hombre es un príncipe azul que sabe todos los deseos de su esposa, sin que ella se los haya comentado. En el mundo real no es así.
Si la pareja tiene las expectativas plantadas en el mundo real y habla sobre estas, seguro será una relación más feliz.
3. Buena comunicación
Esto es especialmente importante para las mujeres. Ellas tienen que conversar sobre todo lo que les pasa en su día. Los hombres no tanto. Pero el marido inteligente escucha a su esposa y lo hace sin tratar de arreglar sus problemas. Ella quiere que la escuche, no que le arregle sus problemas.
4. Conocimiento del otro
En muchos casos se conoce poco de lo que le gusta a la pareja y cómo se comporta en diferentes circunstancias y lugares distintos a la casa. Es necesario tener claro lo que le interesa al otro y saber qué le gusta, desde lo más mínimo, como los tipos de comida, lo que disfruta en el tiempo libre, hasta que más le interesa de las personas.
Según Ferrell, su charla no es un programa que enseña cómo usar la risa para mejorar la convivencia de la pareja, sino que a través del humor enseña a las parejas claves importantes para un matrimonio sano y feliz.
¿Cómo es una de sus terapias a través de la risa?
La risa es terapéutica porque baja el estrés y la presión sanguínea. Lo que sabemos es que es mucho más fácil para los matrimonios escuchar y sintetizar los temas de comunicación, sexualidad, diferencias entre hombre y mujer y el perdón, si la entrega de la información es divertida.
¿Van más mujeres que hombres a sus charlas?
No tanto. La mayoría de los asistentes son matrimonios y parejas de novios. La charla está diseñada para que la disfruten todos porque es chistosa. Además, nadie tiene que compartir sus emociones y experiencias frente al grupo, y no tienen que tomar apuntes.
¿Quiénes tienen más capacidad de reírse: los hombres o las mujeres?
Creo que podría ser peligroso contestar esto. Creo que ambos. Los hombres suelen usar el humor para comunicarse entre ellos. Pero también hay mujeres que son muy buenas para el chiste y hay muchas mujeres a las que les gusta reírse.
¿Por qué se llama 'Ríanse: hacia un matrimonio mejor'?
La idea de nuestro seminario es usar el humor para enseñar de una manera distinta y para que lo que hablamos llegue de una manera fácil de recordar y de una forma que sea más amena a las características de los seres humanos.
CECILIA MONTOYA
REDACTORA DE EL TIEMPO
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martes, 5 de abril de 2011
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
sábado, 26 de marzo de 2011
UNA TERAPIA DE PAREJA PREVENTIVA
Proponen realizarla periódicamente, del mismo modo que se efectúa un chequeo médico.
Tara Parker-Pope
The New York Times
Sábado 26 de marzo de 2011
NUEVA YORK.- En la mayoría de los matrimonios, uno o ambos se resisten a la idea de asistir a terapia. Algunos no pueden pagarla o la encuentran inconveniente. Y muchos la consideran un último recurso, algo que sólo las parejas desesperadas necesitan.
Sólo el 19% de las parejas casadas participa de terapias matrimoniales; un estudio reciente acerca de parejas divorciadas encontró que casi dos tercios de ellas nunca asistieron a terapia antes de dar por terminada su relación.
"Parece que somos todavía más resistentes a buscar ayuda para nuestras relaciones que para la depresión o la ansiedad -dijo Brian D. Doss, profesor de psicología de la Universidad de Miami, Estados Unidos-. Existe una fuerte resistencia a pensar que nuestras relaciones tienen problemas, el reconocer que puede que haya algo que no funciona es casi como admitir su fracaso."
Por supuesto, la terapia matrimonial no siempre funciona, tal vez debido a que en general se atrasa hasta que los problemas son demasiado extensos y profundos. Un estudio reciente de dos tipos de terapias diferentes mostró que sólo alrededor de la mitad de las parejas declaraba mejoras a largo plazo en sus matrimonios.
Por eso, los investigadores comenzaron a buscar formas, algunas de ellas a través de Internet, de acercarse a las parejas antes de que los matrimonios se descarrilen. Un estudio sigue a 217 parejas que se realizan un "control matrimonial anual" que, esencialmente, ofrece medidas preventivas, como un control físico o un examen médico.
"No esperas a que te duela algo para ir al dentista, sino que asistes a controles regularmente", dijo James V. Córdova, profesor asociado de psicología de la Universidad Clar, Estados Unidos.
Aunque todavía están analizando la información recogida, los primeros análisis muestran que las parejas que formaron parte de la experiencia sí mejoraron su calidad matrimonial. Al trabajar con los matrimonios antes de que sean infelices, los controles identifican conductas potencialmente "corrosivas" y ayudan a realizar pequeños cambios en la comunicación antes de que los problemas se descontrolen. Los más típicos incluyen la falta de tiempo y culpar a la pareja por el estrés de criar a los hijos.
"Al no asistir a terapia con sólo un problema que solucionar -dice Córdova-, las parejas terminan peleando aunque existan soluciones simples, pero que ellos no ven."
Terapeuta online
No es sorprendente que algunos terapeutas estén creando programas online de autoayuda para prevenir serios problemas de pareja. Los médicos Doss y Andrew Christensen, de la Universidad de California en Los Angeles, Estados Unidos, están reclutando parejas para analizar tales programas.
El estudio está financiado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano norteamericano, y va a tratar, a través de Internet, a 500 parejas. Se basa en la "terapia de aceptación", que se centra en entender mejor las fallas de nuestras parejas.
Ese método formó parte de uno de los estudios clínicos más grandes y extensos de la terapia de parejas. Durante más de un año, 134 matrimonios con graves problemas recibieron 26 sesiones de terapia, con controles cada 6 meses durante los siguientes 5 años.
La mitad de las parejas recibió terapias tradicionales, que se enfocaron en mejorar la comunicación y en cómo resolver sus problemas, mientras que las otras participaron además en terapias de aceptación. El estudio mostró que después de cinco años de tratamiento la mitad de los matrimonios en ambos grupos habían mejorado notablemente.
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Tara Parker-Pope
The New York Times
Sábado 26 de marzo de 2011
NUEVA YORK.- En la mayoría de los matrimonios, uno o ambos se resisten a la idea de asistir a terapia. Algunos no pueden pagarla o la encuentran inconveniente. Y muchos la consideran un último recurso, algo que sólo las parejas desesperadas necesitan.
Sólo el 19% de las parejas casadas participa de terapias matrimoniales; un estudio reciente acerca de parejas divorciadas encontró que casi dos tercios de ellas nunca asistieron a terapia antes de dar por terminada su relación.
"Parece que somos todavía más resistentes a buscar ayuda para nuestras relaciones que para la depresión o la ansiedad -dijo Brian D. Doss, profesor de psicología de la Universidad de Miami, Estados Unidos-. Existe una fuerte resistencia a pensar que nuestras relaciones tienen problemas, el reconocer que puede que haya algo que no funciona es casi como admitir su fracaso."
Por supuesto, la terapia matrimonial no siempre funciona, tal vez debido a que en general se atrasa hasta que los problemas son demasiado extensos y profundos. Un estudio reciente de dos tipos de terapias diferentes mostró que sólo alrededor de la mitad de las parejas declaraba mejoras a largo plazo en sus matrimonios.
Por eso, los investigadores comenzaron a buscar formas, algunas de ellas a través de Internet, de acercarse a las parejas antes de que los matrimonios se descarrilen. Un estudio sigue a 217 parejas que se realizan un "control matrimonial anual" que, esencialmente, ofrece medidas preventivas, como un control físico o un examen médico.
"No esperas a que te duela algo para ir al dentista, sino que asistes a controles regularmente", dijo James V. Córdova, profesor asociado de psicología de la Universidad Clar, Estados Unidos.
Aunque todavía están analizando la información recogida, los primeros análisis muestran que las parejas que formaron parte de la experiencia sí mejoraron su calidad matrimonial. Al trabajar con los matrimonios antes de que sean infelices, los controles identifican conductas potencialmente "corrosivas" y ayudan a realizar pequeños cambios en la comunicación antes de que los problemas se descontrolen. Los más típicos incluyen la falta de tiempo y culpar a la pareja por el estrés de criar a los hijos.
"Al no asistir a terapia con sólo un problema que solucionar -dice Córdova-, las parejas terminan peleando aunque existan soluciones simples, pero que ellos no ven."
Terapeuta online
No es sorprendente que algunos terapeutas estén creando programas online de autoayuda para prevenir serios problemas de pareja. Los médicos Doss y Andrew Christensen, de la Universidad de California en Los Angeles, Estados Unidos, están reclutando parejas para analizar tales programas.
El estudio está financiado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano norteamericano, y va a tratar, a través de Internet, a 500 parejas. Se basa en la "terapia de aceptación", que se centra en entender mejor las fallas de nuestras parejas.
Ese método formó parte de uno de los estudios clínicos más grandes y extensos de la terapia de parejas. Durante más de un año, 134 matrimonios con graves problemas recibieron 26 sesiones de terapia, con controles cada 6 meses durante los siguientes 5 años.
La mitad de las parejas recibió terapias tradicionales, que se enfocaron en mejorar la comunicación y en cómo resolver sus problemas, mientras que las otras participaron además en terapias de aceptación. El estudio mostró que después de cinco años de tratamiento la mitad de los matrimonios en ambos grupos habían mejorado notablemente.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
viernes, 11 de marzo de 2011
TERAPIA: UNA SOLUCION PARA LA VIOLENCIA EN LA PAREJA
La violencia en la pareja es algo que por desgracia se vive.
Esta empieza con pequeños insultos, denigrando a la mujer o también se da cuando alguno de los dos no respeta la relación; aumentando todo esto con el tiempo.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (ENVINOV) 2007 -elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ)- 15.5% de los mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones de pareja ha sido víctima de violencia física; 75.8% ha sufrido agresiones psicológicas; y 16.5% ha vivido al menos una experiencia de ataque sexual.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo, el 15.5% de los mexicanos de entre 15 y 24 años ha sido víctima de violencia física.
Según la experta en psicología, la doctora Rosalinda Sepúlveda, el uso de alcohol y drogas es un detonante importante en la violencia de pareja.
Si ya se vive una relación de violencia, la especialista recomienda una terapia de pareja.
Muchas veces luego de vivir una experiencia de violencia, en especial las mujeres tienden a repetir los patrones.
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Esta empieza con pequeños insultos, denigrando a la mujer o también se da cuando alguno de los dos no respeta la relación; aumentando todo esto con el tiempo.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (ENVINOV) 2007 -elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ)- 15.5% de los mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones de pareja ha sido víctima de violencia física; 75.8% ha sufrido agresiones psicológicas; y 16.5% ha vivido al menos una experiencia de ataque sexual.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo, el 15.5% de los mexicanos de entre 15 y 24 años ha sido víctima de violencia física.
Según la experta en psicología, la doctora Rosalinda Sepúlveda, el uso de alcohol y drogas es un detonante importante en la violencia de pareja.
Si ya se vive una relación de violencia, la especialista recomienda una terapia de pareja.
Muchas veces luego de vivir una experiencia de violencia, en especial las mujeres tienden a repetir los patrones.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
jueves, 17 de febrero de 2011
POSIBLE SOLUCION A CRISIS SENTIMENTAL
La Lic. Diana M. Resnicoff (México) analiza cuándo una pareja debería pedir ayuda y los requisitos que se necesitan de ambos para la recuperación.
El amor entre dos seres que conforman una pareja es un sentimiento delicado, dotado de vida ante el que no se puede bajar la guardia en ningún momento. Pero es también cierto que las “crisis de pareja” forman parte de la relación amorosa.
Se trata de momentos difíciles en los que parece que se toca fondo y sobre los que sobrevuela el fantasma de la separación. De manera tal que lo que vemos en la clínica y en la vida diaria es que el conflicto se vive como una amenaza que abre una fisura en nuestra frágil seguridad emocional.
El desenlace dependerá de cómo sepamos afrontar esta crisis que seguramente requiere un cambio de actitud y de enfoque por parte de los dos integrantes de la pareja.
Si pensamos la pareja en términos del juego del ajedrez, el movimiento de uno (el cambio de uno de sus miembros) necesariamente requiere que también el otro haga un movimiento acorde con el fin que no sobrevenga el “jaque mate” rápidamente, entendiendo que ese jaque mate marcaría sí el final de la relación.
Una crisis de pareja no significa inevitablemente el fin de una relación pero su presencia hace saltar una alerta que nos avisa que algo no va bien. Que esa relación que empezó siendo una relación fluida puede verse interferida por factores individuales (dependientes de la historia de cada uno de sus integrantes) o internos como el cansancio, el estrés, problemas laborales, familiares o económicos.
Casi sin darse cuenta, la convivencia se torna en una serie de silencios tensos, respuestas enojosas, y rencores continuos; incluso también resulta observable que es más fácil echar la culpa de todo al otro, asumir un papel de víctima y poner distancias y barreras a la comunicación.
En el trasfondo de estos comportamientos suele encontrarse la dificultad para asumir la verdad, especialmente la parte propia de responsabilidad, además de los miedos y las emociones más íntimas que a veces cuesta tanto exteriorizar.
Sin embargo, también es cierto que "dos no discuten si uno no quiere", y mucho menos, rompen una relación. Cuando las cosas se ponen feas, acudir a una terapia de pareja puede brindar las claves necesarias para reencaminar la situación y devolver las aguas a su cauce. Sólo hay un elemento indispensable, y es la voluntad de los dos para resolver la situación y saber o entender que los acuerdos necesitan ser renovados . De ahí que sea tan importante contar con la flexibilidad de ambos.
Generalmente toda pareja atraviesa 3 momentos clave en los que puede surgir una crisis:
1. La barrera de los 7 años. Entre los 7 y 10 años de vida en común puede aparecer una crisis que los psicólogos han llamado "de habituación". La habitualidad de todas las conductas, la repetición como forma “ilusoria” de mantener un equilibrio hace que en algún lado surja el quiebre y esos mismos comportamientos comienzan a dejar de resultar interesantes o atractivos. Esto se puede traducir en la pareja como incomunicación o malos entendidos, apatía, desapego, etc.
2. La llegada del primer hijo. La irrupción de un bebé en la casa trastoca completamente el ritmo de vida. Pasar de ser dos a ser tres, no es fácil. Muchas cosas cambian y muchas parejas pasan a ser padres y lentamente se va perdiendo la comunicación, la intimidad, la sexualidad y por supuesto sobreviene la crisis.
3. La marcha de los hijos del hogar , y otras circunstancias que supongan una crisis personal (enfermedades de uno de los integrantes, jubilación, etc.) provocan situaciones de gran tensión, especialmente si la pareja no realizó lo que podríamos llamar un trabajo “preventivo”, es decir saber que esto va a pasar y no esperar verse sumergidos en “la crisis”.
De más está decir que en muchos casos esa crisis sobreviene sin que ninguna de las dos partes tenga ningún deseo de que suceda, ni mucho menos de romper la pareja. Cuando esto ocurre, tal vez sea el momento de buscar ayuda terapéutica y realizar una terapia de pareja, evitando así el enquistamiento de ciertas situaciones.
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El amor entre dos seres que conforman una pareja es un sentimiento delicado, dotado de vida ante el que no se puede bajar la guardia en ningún momento. Pero es también cierto que las “crisis de pareja” forman parte de la relación amorosa.
Se trata de momentos difíciles en los que parece que se toca fondo y sobre los que sobrevuela el fantasma de la separación. De manera tal que lo que vemos en la clínica y en la vida diaria es que el conflicto se vive como una amenaza que abre una fisura en nuestra frágil seguridad emocional.
El desenlace dependerá de cómo sepamos afrontar esta crisis que seguramente requiere un cambio de actitud y de enfoque por parte de los dos integrantes de la pareja.
Si pensamos la pareja en términos del juego del ajedrez, el movimiento de uno (el cambio de uno de sus miembros) necesariamente requiere que también el otro haga un movimiento acorde con el fin que no sobrevenga el “jaque mate” rápidamente, entendiendo que ese jaque mate marcaría sí el final de la relación.
Una crisis de pareja no significa inevitablemente el fin de una relación pero su presencia hace saltar una alerta que nos avisa que algo no va bien. Que esa relación que empezó siendo una relación fluida puede verse interferida por factores individuales (dependientes de la historia de cada uno de sus integrantes) o internos como el cansancio, el estrés, problemas laborales, familiares o económicos.
Casi sin darse cuenta, la convivencia se torna en una serie de silencios tensos, respuestas enojosas, y rencores continuos; incluso también resulta observable que es más fácil echar la culpa de todo al otro, asumir un papel de víctima y poner distancias y barreras a la comunicación.
En el trasfondo de estos comportamientos suele encontrarse la dificultad para asumir la verdad, especialmente la parte propia de responsabilidad, además de los miedos y las emociones más íntimas que a veces cuesta tanto exteriorizar.
Sin embargo, también es cierto que "dos no discuten si uno no quiere", y mucho menos, rompen una relación. Cuando las cosas se ponen feas, acudir a una terapia de pareja puede brindar las claves necesarias para reencaminar la situación y devolver las aguas a su cauce. Sólo hay un elemento indispensable, y es la voluntad de los dos para resolver la situación y saber o entender que los acuerdos necesitan ser renovados . De ahí que sea tan importante contar con la flexibilidad de ambos.
Generalmente toda pareja atraviesa 3 momentos clave en los que puede surgir una crisis:
1. La barrera de los 7 años. Entre los 7 y 10 años de vida en común puede aparecer una crisis que los psicólogos han llamado "de habituación". La habitualidad de todas las conductas, la repetición como forma “ilusoria” de mantener un equilibrio hace que en algún lado surja el quiebre y esos mismos comportamientos comienzan a dejar de resultar interesantes o atractivos. Esto se puede traducir en la pareja como incomunicación o malos entendidos, apatía, desapego, etc.
2. La llegada del primer hijo. La irrupción de un bebé en la casa trastoca completamente el ritmo de vida. Pasar de ser dos a ser tres, no es fácil. Muchas cosas cambian y muchas parejas pasan a ser padres y lentamente se va perdiendo la comunicación, la intimidad, la sexualidad y por supuesto sobreviene la crisis.
3. La marcha de los hijos del hogar , y otras circunstancias que supongan una crisis personal (enfermedades de uno de los integrantes, jubilación, etc.) provocan situaciones de gran tensión, especialmente si la pareja no realizó lo que podríamos llamar un trabajo “preventivo”, es decir saber que esto va a pasar y no esperar verse sumergidos en “la crisis”.
De más está decir que en muchos casos esa crisis sobreviene sin que ninguna de las dos partes tenga ningún deseo de que suceda, ni mucho menos de romper la pareja. Cuando esto ocurre, tal vez sea el momento de buscar ayuda terapéutica y realizar una terapia de pareja, evitando así el enquistamiento de ciertas situaciones.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
miércoles, 16 de febrero de 2011
INTROSPECCION TERAPIA DE PAREJA
La raíz de donde surge la familia es la pareja.
Tanto es así que "la familia será lo que sea la pareja"-
Por ello, todo análisis de la vida familiar ha de comenzar por la pareja.
Todo cuidado de la familia ha de comenzar por el cuidado de la vida de pareja.
Y todo proceso educativo de la familia ha de comenzar por educar la vida de pareja.
El amor de la pareja es algo activo, una tarea, un esfuerzo por el que se opta buscando equilibrio así como un proyecto mutuo.
Que los haga crecer y que les llene de alegría la cual no surge sola: hay que construirla dialogando sobre establecer valores y criterios, así como objetivos generales que sirven para cuidar el amor y mejorar la relación.
EL AMOR no es mero sentimiento: es querer querer al otro: es también un acto de voluntad.
Y, por supuesto, una vez esclarecido y en práctica, hay que someterlo periódicamente a evaluación
Y si es necesario por alguna crisis acudir a terapia de pareja.
El primer paso es poner en claro, mediante el diálogo, cuáles son esos valores compartidos, esos criterios comunes.
Se trata de pensar, decidir y querer juntos qué queremos ser, cómo lo queremos ser, para qué queremos vivir juntos y por que queremos vivir juntos.
Esto supondria dar respuesta a una serie de cuestiones. Algunas serían:
-¿Qué objetivos buscamos juntos?
-¿Qué nos aporta la vida en pareja y qué estamos dispuestos a aportar a la pareja?
-¿Para que nos casamos?
-¿Cuál es el sentido conjunto que queremos dar a nuestra vida?
-¿Cuál es el sentido que realmente le estamos dando, es decir, que llena nuestro corazón día a día?
-¿Qué es lo que nos sostiene y nos hace reaccionar en los momentos de crisis?
-¿Qué sentido le damos a nuestra sexualidad, cómo resolvemos las dificultades, hablamos de ello?
-¿Queremos tener hijos; cuántos?
-¿Qué nos proponemos al educarlos?
-¿Cómo decidimos nuestro tiempo libre?
-¿Cómo llevamos nuestra economía? ¿Quién administra?
Lo anterior nos da idea de lo mucho que se puede trabajar en pareja y que no es sencillo, pero que ayuda mucho la voluntad y querer salir adelante por bien mutuo y de los hijos.
De las parejas que han acudido a terapia he aprendido cómo (en la práctica) ser tolerante, generoso, perdonar y seguir en crecimiento.
Estimados lectores, los principios que comparto con ustedes quizá le exijan abrirse a nuevas ideas.
Si usted decide aceptarlas y aplicarlas a su vida, sentirá las marcas dejadas por la apertura en su mente y nunca más volverá a ser el que había sido antes.
Con el deseo de que su principal tarea sea mirar hacia el interior de sí mismo para modificar pensamientos, hábitos y conductas que no le han resultado favorables.
Por: Leonor Mier Orona (México)
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Tanto es así que "la familia será lo que sea la pareja"-
Por ello, todo análisis de la vida familiar ha de comenzar por la pareja.
Todo cuidado de la familia ha de comenzar por el cuidado de la vida de pareja.
Y todo proceso educativo de la familia ha de comenzar por educar la vida de pareja.
El amor de la pareja es algo activo, una tarea, un esfuerzo por el que se opta buscando equilibrio así como un proyecto mutuo.
Que los haga crecer y que les llene de alegría la cual no surge sola: hay que construirla dialogando sobre establecer valores y criterios, así como objetivos generales que sirven para cuidar el amor y mejorar la relación.
EL AMOR no es mero sentimiento: es querer querer al otro: es también un acto de voluntad.
Y, por supuesto, una vez esclarecido y en práctica, hay que someterlo periódicamente a evaluación
Y si es necesario por alguna crisis acudir a terapia de pareja.
El primer paso es poner en claro, mediante el diálogo, cuáles son esos valores compartidos, esos criterios comunes.
Se trata de pensar, decidir y querer juntos qué queremos ser, cómo lo queremos ser, para qué queremos vivir juntos y por que queremos vivir juntos.
Esto supondria dar respuesta a una serie de cuestiones. Algunas serían:
-¿Qué objetivos buscamos juntos?
-¿Qué nos aporta la vida en pareja y qué estamos dispuestos a aportar a la pareja?
-¿Para que nos casamos?
-¿Cuál es el sentido conjunto que queremos dar a nuestra vida?
-¿Cuál es el sentido que realmente le estamos dando, es decir, que llena nuestro corazón día a día?
-¿Qué es lo que nos sostiene y nos hace reaccionar en los momentos de crisis?
-¿Qué sentido le damos a nuestra sexualidad, cómo resolvemos las dificultades, hablamos de ello?
-¿Queremos tener hijos; cuántos?
-¿Qué nos proponemos al educarlos?
-¿Cómo decidimos nuestro tiempo libre?
-¿Cómo llevamos nuestra economía? ¿Quién administra?
Lo anterior nos da idea de lo mucho que se puede trabajar en pareja y que no es sencillo, pero que ayuda mucho la voluntad y querer salir adelante por bien mutuo y de los hijos.
De las parejas que han acudido a terapia he aprendido cómo (en la práctica) ser tolerante, generoso, perdonar y seguir en crecimiento.
Estimados lectores, los principios que comparto con ustedes quizá le exijan abrirse a nuevas ideas.
Si usted decide aceptarlas y aplicarlas a su vida, sentirá las marcas dejadas por la apertura en su mente y nunca más volverá a ser el que había sido antes.
Con el deseo de que su principal tarea sea mirar hacia el interior de sí mismo para modificar pensamientos, hábitos y conductas que no le han resultado favorables.
Por: Leonor Mier Orona (México)
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lunes, 16 de agosto de 2010
TERAPIA DE PAREJA: SIEMPRE UTILES
Todas las parejas en algún momento de sus vidas atraviesan por una crisis que puede poner en riesgo la estabilidad de su relación. Es un proceso normal y natural en una relación. Sin embargo, el problema se da cuando la pareja no sabe cómo manejar la situación y pierde la capacidad para comunicarse y ponerse de acuerdo pudiendo terminar en situaciones de violencia física o psicológica.
Buscar ayuda especializada apenas surge una crisis o problema en la relación sentimental que no puede ser manejada por los miembros de la pareja es, sin lugar a dudas, una importante manera de prevenir la separación e incluso en muchos casos, hasta el divorcio.
Es sabido que, generalmente, los hombres son quienes más se resisten a buscar ayuda, ya que sólo aceptan acudir por su propia voluntad cuando existen sentimientos de culpa por algún problema o tienen temor de perder a la pareja (o en realidad el sentir que son abandonados). En cambio, algunas mujeres son más conscientes de que hay momentos de crisis en que necesitan orientación profesional para evitar problemas mayores.
Cuando la pareja comienza a tener problemas de comunicación, de entendimiento, de cómo resolver dificultades, y por lo tanto de convivencia, siempre es positiva la “mirada neutral”, objetiva e imparcial, del especialista para que vea todo desde fuera. En la terapia de pareja se evalúa el estado actual en el que se encuentra la relación, así como la evolución del problema, valorando los posibles cauces que pudieran estar influyendo negativamente, teniendo siempre en cuenta, de forma imparcial la opinión de ambos miembros.
Asimismo, cuando en una relación algo anda mal, hay indicadores que deben interpretarse como signos de alerta a los que hay que ponerles atención. Por ejemplo, si llevan más de un año sin compartir una actividad como salir a comer, bailar o hacer deporte juntos; si llevan más de un mes sin tener relaciones sexuales, etc. En estos casos la pareja debe preguntarse qué pasó, por qué ya no lo hacen, cuáles son las circunstancias o excusas para no reservar tiempo sólo para los dos.
Los principales motivos de conflicto son las dificultades en la comunicación y para llegar a acuerdos para que la vida en pareja sea factible. Por ello, es necesario aprender a negociar las diferencias y de ser necesario ceder sin sentirse humillado(a).
Por otro lado, es importante que cada individuo de la pareja tenga su espacio personal para poder desarrollarse y madurar como individuo, ya que ello después enriquecerá la relación de pareja. Tener presente que “nadie es dueño de la otra persona”.
Generalmente, las parejas que van a terapia de manera preventiva, aprenden a abordar distintas situaciones que pueden ser motivo de conflicto como por ejemplo: el Desempleo de una de las partes, los problemas económicos, la crianza de los hijos, la inserción de la mujer en el mercado laboral, la presencia de una enfermedad discapacitante, así como los problemas sexuales e infertilidad. Es decir encuentran nuevas formas saludables de resolver sus problemas o diferencias.
Todas las parejas que atraviesan por una crisis deben aprender a negociar, ceder sin lastimarse, aprender a perdonarse. Todas las parejas están en capacidad de desarrollar habilidades y capacidad de afronte. Siempre y cuando exista el compromiso de ambas partes en continuar con esa relación, no por el hecho de complacer al otro, “por los hijos” o simplemente por no terminar en divorcio; sino porque existen sentimientos de por medio como el amor, el respeto, la admiración, etc. Eso es lo que pretende conseguir la terapia, que las personas se den cuenta de qué es lo mejor para cada uno y para ambos; que tomen la decisión que consideren más adecuada y ninguno de los dos salga lastimado.
Por: Carola De Luque
Sexóloga de Apropo
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Buscar ayuda especializada apenas surge una crisis o problema en la relación sentimental que no puede ser manejada por los miembros de la pareja es, sin lugar a dudas, una importante manera de prevenir la separación e incluso en muchos casos, hasta el divorcio.
Es sabido que, generalmente, los hombres son quienes más se resisten a buscar ayuda, ya que sólo aceptan acudir por su propia voluntad cuando existen sentimientos de culpa por algún problema o tienen temor de perder a la pareja (o en realidad el sentir que son abandonados). En cambio, algunas mujeres son más conscientes de que hay momentos de crisis en que necesitan orientación profesional para evitar problemas mayores.
Cuando la pareja comienza a tener problemas de comunicación, de entendimiento, de cómo resolver dificultades, y por lo tanto de convivencia, siempre es positiva la “mirada neutral”, objetiva e imparcial, del especialista para que vea todo desde fuera. En la terapia de pareja se evalúa el estado actual en el que se encuentra la relación, así como la evolución del problema, valorando los posibles cauces que pudieran estar influyendo negativamente, teniendo siempre en cuenta, de forma imparcial la opinión de ambos miembros.
Asimismo, cuando en una relación algo anda mal, hay indicadores que deben interpretarse como signos de alerta a los que hay que ponerles atención. Por ejemplo, si llevan más de un año sin compartir una actividad como salir a comer, bailar o hacer deporte juntos; si llevan más de un mes sin tener relaciones sexuales, etc. En estos casos la pareja debe preguntarse qué pasó, por qué ya no lo hacen, cuáles son las circunstancias o excusas para no reservar tiempo sólo para los dos.
Los principales motivos de conflicto son las dificultades en la comunicación y para llegar a acuerdos para que la vida en pareja sea factible. Por ello, es necesario aprender a negociar las diferencias y de ser necesario ceder sin sentirse humillado(a).
Por otro lado, es importante que cada individuo de la pareja tenga su espacio personal para poder desarrollarse y madurar como individuo, ya que ello después enriquecerá la relación de pareja. Tener presente que “nadie es dueño de la otra persona”.
Generalmente, las parejas que van a terapia de manera preventiva, aprenden a abordar distintas situaciones que pueden ser motivo de conflicto como por ejemplo: el Desempleo de una de las partes, los problemas económicos, la crianza de los hijos, la inserción de la mujer en el mercado laboral, la presencia de una enfermedad discapacitante, así como los problemas sexuales e infertilidad. Es decir encuentran nuevas formas saludables de resolver sus problemas o diferencias.
Todas las parejas que atraviesan por una crisis deben aprender a negociar, ceder sin lastimarse, aprender a perdonarse. Todas las parejas están en capacidad de desarrollar habilidades y capacidad de afronte. Siempre y cuando exista el compromiso de ambas partes en continuar con esa relación, no por el hecho de complacer al otro, “por los hijos” o simplemente por no terminar en divorcio; sino porque existen sentimientos de por medio como el amor, el respeto, la admiración, etc. Eso es lo que pretende conseguir la terapia, que las personas se den cuenta de qué es lo mejor para cada uno y para ambos; que tomen la decisión que consideren más adecuada y ninguno de los dos salga lastimado.
Por: Carola De Luque
Sexóloga de Apropo
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
domingo, 1 de agosto de 2010
LAS TERAPIAS DE PAREJA VAN EN AUMENTO
Las demandas de terapia de pareja crecieron el 30%
El alza es sostenida desde 2001. La idea es encontrar un “árbitro” que logre mediar en los conflictos. Los hombres son más reticentes
(DIARIOC, 05/07/2010) Un árbitro. Eso es lo que buscan cada vez más parejas. El pedido -lejos de ser causado por la fiebre mundialista- se relaciona con los problemas de comunicación que hombres y mujeres se animan a tratar en terapia conjunta. Desde 2001 -cuando la crisis económica terminó de erosionar la delicada armonía de algunos matrimonios-, la cantidad de consultas crece sostenidamente. En el último año, el incremento trepó hasta el 30% según coinciden Dante Ciciaro, director de la Asociación Pareja y Familia Actual, y Tamara Lizevsky, miembro de Psicólogos en Red.
“Hay apertura al diálogo de lo que constituye la intimidad. Es habitual que los problemas de pareja se hablen más abiertamente que antes”, explica Lizevsky. Sin embargo, para algunos matrimonios el tema aún es tabú. “Es difícil admitir que hay un problema e ir a terapia parece hacerlo más grave todavía. Nosotros no comentamos mucho que vamos. Además, la idea de que si vas a terapia te separás está muy instalada. Y no es verdad. Nosotros encontramos un lugar para hablar”, comenta Laura A., de 32 años.
En conflicto. Los tratamientos son de 12 sesiones en promedio, y suelen ser las mujeres quienes proponen iniciarlos. “A ellas suele molestarles la sensación de que pasa algo y no se habla. Entonces, buscan un tercero que pueda abrir el juego”, dice Rosalía Alvarez, secretaria de Investigación de Pareja y Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
“Sabrina propuso ir a terapia y yo acepté enseguida”, cuenta Leandro Rivera, de 33 años. Sus dos hijos adolescentes de un matrimonio anterior conviven la mitad de la semana con la pareja. “No tengo hijos ni el punto de vista de un padre. Eso generaba algunas discusiones. Las personas solteras suelen ser más permisivas; duermen un domingo hasta tarde o se saltan una comida si quieren. Con los chicos no es así”, describe Sabrina Rovere, diseñadora gráfica de 35 años. Contentos por haber ido a terapia coinciden en que “fue positivo que la terapeuta nos diese pautas muy claras de convivencia”.
Catarsis actoral. A diferencia de ciertas terapias individuales, el rol de los profesionales es muy activo. Opinan y orientan, aunque siempre priorizan el diálogo de la pareja para resolver antagonismos. En situaciones extremas, algunos recurren al psicodrama. “Cuando el enfrentamiento es muy encarnizado, les pido que inviertan los roles, que cada uno se ponga en el lugar del otro, aunque no es lo que más hago”, explica Hilda Abelleira, psicóloga de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo.
En una de las primeras sesiones, la terapeuta de Liliana Suárez y su ex marido les pidió que dibujasen, por separado, su árbol genealógico. El desinterés mutuo quedó plasmado cuando los dos olvidaron incluir a su cónyuge en el dibujo. “Yo había empezado actividades para tratar de estar mejor. Mi autoestima mejoró, pero para mi esposo eso generó cambios en mí. Veníamos con algunas crisis sin resolver, como un negocio del que éramos socios y quebró”, señala la mujer de 47 años. Tras 11 años de convivencia, la pareja se separó. “Fuimos muy al final. La terapia podría habernos ayudado si nos hubiésemos decidido cuatro años antes”, explica.
Las parejas jóvenes no dejan pasar tanto tiempo para buscar ayuda. En promedio pasan entre dos y tres años antes decidirse. “Yo estuve un año mal antes de ir a terapia. Teníamos problemas de comunicación y de objetivos”, cuenta Karina Pérez, empleada administrativa de 38 años. Aunque el intento no funciónó “porque él no lograba aceptar que había un problema”, Pérez considera que la terapia puede ser positiva “si ambos están interesados en participar”.
No va más. El “aguante” en el matrimonio ya no es un modelo de vida y algunas parejas buscan en terapia una forma de separarse de la mejor manera posible. Ese fue el caso de Diego A., un escritor de 56 años, que recurrió a consulta de pareja en dos oportunidades.
“La primera vez -afirma- logramos cambios que le dieron una sobrevida de cinco años a la relación. La segunda, fuimos para un cierre. Las terapias de pareja no son una solución mágica. Para que sirvan hay que encararlas a tiempo.” Para algunas parejas, una necesidad; para otras, un desafío.
Fuente: Perfil
http://www.psicologosperu.com/
El alza es sostenida desde 2001. La idea es encontrar un “árbitro” que logre mediar en los conflictos. Los hombres son más reticentes
(DIARIOC, 05/07/2010) Un árbitro. Eso es lo que buscan cada vez más parejas. El pedido -lejos de ser causado por la fiebre mundialista- se relaciona con los problemas de comunicación que hombres y mujeres se animan a tratar en terapia conjunta. Desde 2001 -cuando la crisis económica terminó de erosionar la delicada armonía de algunos matrimonios-, la cantidad de consultas crece sostenidamente. En el último año, el incremento trepó hasta el 30% según coinciden Dante Ciciaro, director de la Asociación Pareja y Familia Actual, y Tamara Lizevsky, miembro de Psicólogos en Red.
“Hay apertura al diálogo de lo que constituye la intimidad. Es habitual que los problemas de pareja se hablen más abiertamente que antes”, explica Lizevsky. Sin embargo, para algunos matrimonios el tema aún es tabú. “Es difícil admitir que hay un problema e ir a terapia parece hacerlo más grave todavía. Nosotros no comentamos mucho que vamos. Además, la idea de que si vas a terapia te separás está muy instalada. Y no es verdad. Nosotros encontramos un lugar para hablar”, comenta Laura A., de 32 años.
En conflicto. Los tratamientos son de 12 sesiones en promedio, y suelen ser las mujeres quienes proponen iniciarlos. “A ellas suele molestarles la sensación de que pasa algo y no se habla. Entonces, buscan un tercero que pueda abrir el juego”, dice Rosalía Alvarez, secretaria de Investigación de Pareja y Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
“Sabrina propuso ir a terapia y yo acepté enseguida”, cuenta Leandro Rivera, de 33 años. Sus dos hijos adolescentes de un matrimonio anterior conviven la mitad de la semana con la pareja. “No tengo hijos ni el punto de vista de un padre. Eso generaba algunas discusiones. Las personas solteras suelen ser más permisivas; duermen un domingo hasta tarde o se saltan una comida si quieren. Con los chicos no es así”, describe Sabrina Rovere, diseñadora gráfica de 35 años. Contentos por haber ido a terapia coinciden en que “fue positivo que la terapeuta nos diese pautas muy claras de convivencia”.
Catarsis actoral. A diferencia de ciertas terapias individuales, el rol de los profesionales es muy activo. Opinan y orientan, aunque siempre priorizan el diálogo de la pareja para resolver antagonismos. En situaciones extremas, algunos recurren al psicodrama. “Cuando el enfrentamiento es muy encarnizado, les pido que inviertan los roles, que cada uno se ponga en el lugar del otro, aunque no es lo que más hago”, explica Hilda Abelleira, psicóloga de la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo.
En una de las primeras sesiones, la terapeuta de Liliana Suárez y su ex marido les pidió que dibujasen, por separado, su árbol genealógico. El desinterés mutuo quedó plasmado cuando los dos olvidaron incluir a su cónyuge en el dibujo. “Yo había empezado actividades para tratar de estar mejor. Mi autoestima mejoró, pero para mi esposo eso generó cambios en mí. Veníamos con algunas crisis sin resolver, como un negocio del que éramos socios y quebró”, señala la mujer de 47 años. Tras 11 años de convivencia, la pareja se separó. “Fuimos muy al final. La terapia podría habernos ayudado si nos hubiésemos decidido cuatro años antes”, explica.
Las parejas jóvenes no dejan pasar tanto tiempo para buscar ayuda. En promedio pasan entre dos y tres años antes decidirse. “Yo estuve un año mal antes de ir a terapia. Teníamos problemas de comunicación y de objetivos”, cuenta Karina Pérez, empleada administrativa de 38 años. Aunque el intento no funciónó “porque él no lograba aceptar que había un problema”, Pérez considera que la terapia puede ser positiva “si ambos están interesados en participar”.
No va más. El “aguante” en el matrimonio ya no es un modelo de vida y algunas parejas buscan en terapia una forma de separarse de la mejor manera posible. Ese fue el caso de Diego A., un escritor de 56 años, que recurrió a consulta de pareja en dos oportunidades.
“La primera vez -afirma- logramos cambios que le dieron una sobrevida de cinco años a la relación. La segunda, fuimos para un cierre. Las terapias de pareja no son una solución mágica. Para que sirvan hay que encararlas a tiempo.” Para algunas parejas, una necesidad; para otras, un desafío.
Fuente: Perfil
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
sábado, 31 de julio de 2010
TERAPIA DE PAREJA
¿Cómo distinguir entre una crisis y el final de una relación?
El amor, no impide las crisis, pero sí puede convertirse en el principal elemento de apoyo, para buscarles una solución
La manera en que cada miembro de la pareja afronta ese periodo de problemas, es individual y depende de los recursos positivos o negativos que cada uno disponga.
Miedo al cambio
El modo en que se superen los problemas dependerá que una pareja, refiriéndose a una etapa conflictiva, hable de una crisis más o la perciba como lo que fue el principio del fin.
Esto obedece a factores como la madurez emocional, la habilidad para gestionar los conflictos, la duración de la relación, las redes de que disponga o el momento personal en que se encuentre.
No hay criterios fijos a los que recurrir para determinar si una relación toca ya su fin.
Además, cuanto más duradera haya sido esa unión y cuando la ruptura afecte a más personas –los hijos son el argumento que muchas personas esgrimen para seguir conviviendo, a pesar de la crisis-, más difícil se hará tomar la decisión de romper.
Podría decirse que el momento en el que una relación deja de aportar a los miembros de la pareja ese conjunto de elementos que la propició –afectividad y emoción, seguridad, disfrute sexual…-, se alcanza el punto de inflexión en el que se debe producir el cambio.
Reconocer si se está atravesando una época con dificultades graves o si se está ante el principio del fin de la relación, es una tarea ardua para los miembros de la pareja, ya que inmersos en un sinfín de emociones, sentimientos y sensaciones, resulta difícil serenarse lo suficiente para hacer una reflexión tranquila que los conduzca a esclarecer en qué punto de la relación se encuentran.
No es extraño que se produzcan autoengaños, más o menos conscientes, que surgen como resistencia al cambio, ya sea para replantearse la pareja y seguir adelante con cambios, o bien para iniciar definitivamente una separación.
¿Simple crisis o separación?
En función del modo en que se afronte una crisis, de cómo se comporten los miembros de la pareja ante esa etapa, la unión saldrá reforzada o será la primera fase del fin.
Es decir, ante una fase conflictiva de la pareja la pregunta no es “¿es esto el fin?”, sino “¿quiero que sea el fin?, ¿me interesa seguir con el compromiso que supone esta relación?”.
En definitiva, una mala racha será sólo una crisis si es superada, pero se convertirá en una separación si la unión acaba. La respuesta a algunas preguntas puede brindar pistas que ayudarán a tomar una decisión en esa difícil coyuntura:
•¿Se aman?
•¿Miran juntos en la misma dirección?
•¿Tienen todavía algunas metas en conjunto?
•¿Sienten profundo interés por la otra persona?
•¿Se desean?
•¿Tienen confianza total el uno en el otro?
•¿Y en la propia relación?
•¿Reflexionan y se comprometen para ver qué pueden aportar a la otra persona y a la relación para mejorarla?
Es muy importante tener presente el alcance de las decisiones, sobre todo si se opta por terminar con la relación.
No se separan dos personas, sino a veces una familia con hijos, todo un entramado de relaciones y amigos, de dependencias económicas, por lo que si la pareja se encuentra con frenos que impiden que la reflexión prospere, es conveniente acudir a un o una especialista en temas de pareja, que desbloquee la situación y habilite espacios para que la reflexión reúna las garantías deseables.
Introducirá equilibrio y establecerá un protocolo para ayudar a la pareja a decidir mejor.
Para fortalecer la pareja
Se deben desarrollar estas habilidades:
•Aceptar que la vida en común es enteramente responsabilidad de ambos. No esperar que el otro miembro de la pareja los haga feliz. La propia felicidad depende, de cada uno
•Saber que no tienen que resolver la vida de la otra persona, buscándole soluciones, dándole consejos y marcándole las pautas de cómo debe vivir su vida.
•Aprender a escuchar. Para ello dejar lo que están haciendo, vaciarse de otros pensamientos que distraigan la atención e intentar colocarse en el lugar del otro, para entender cómo se siente.
•Aprender a dialogar. Las opinión de cada uno, su forma de entender y de aprehender la realidad no son la verdad absoluta, sino sólo la propia.
•Aprender a consensuar. Lo mío y lo tuyo han de ser tenidos en cuenta y debatidos para poder llegar a definir “lo nuestro”.
•Aprender a compartir. Darse el uno al otro: preguntar cómo se encuentra, qué le incomoda, qué quiere y desea.
•Aprender a pedir. Mostrar la vulnerabilidad es la mejor muestra de amor, ya que ésta, no se la enseña a cualquiera.
•Dedicar tiempo específico para la pareja.
•Compartir hobbies, tiempos lúdicos, fantasías e ilusiones, al igual que acompañarse en los momentos tristes, duros y penosos.
•Compartir la economía. Forma parte de la relación de pareja.
•Aprender a utilizar los conflictos y las crisis, para aprender más de simismos, ver qué necesita cada uno y cuál es el dolor que suscita en la pareja. Que estos sean trampolín de desarrollo y no de estancamiento que no lleva a ninguna parte. Hablar cuanto sea necesario, para que el problema no quede enquistado. No hay mayor desastre que el silencio.
•Mimar con orgullo a la pareja. El sexo, las caricias y el “te quiero” han de decirse, hay que explicitarlos. No valen los sobreentendidos.
Para lograr todo esto a veces es importante consultar a tiempo, antes de llegar a la separación ya que generalmente es muy difícil hacerlo solos.
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El amor, no impide las crisis, pero sí puede convertirse en el principal elemento de apoyo, para buscarles una solución
La manera en que cada miembro de la pareja afronta ese periodo de problemas, es individual y depende de los recursos positivos o negativos que cada uno disponga.
Miedo al cambio
El modo en que se superen los problemas dependerá que una pareja, refiriéndose a una etapa conflictiva, hable de una crisis más o la perciba como lo que fue el principio del fin.
Esto obedece a factores como la madurez emocional, la habilidad para gestionar los conflictos, la duración de la relación, las redes de que disponga o el momento personal en que se encuentre.
No hay criterios fijos a los que recurrir para determinar si una relación toca ya su fin.
Además, cuanto más duradera haya sido esa unión y cuando la ruptura afecte a más personas –los hijos son el argumento que muchas personas esgrimen para seguir conviviendo, a pesar de la crisis-, más difícil se hará tomar la decisión de romper.
Podría decirse que el momento en el que una relación deja de aportar a los miembros de la pareja ese conjunto de elementos que la propició –afectividad y emoción, seguridad, disfrute sexual…-, se alcanza el punto de inflexión en el que se debe producir el cambio.
Reconocer si se está atravesando una época con dificultades graves o si se está ante el principio del fin de la relación, es una tarea ardua para los miembros de la pareja, ya que inmersos en un sinfín de emociones, sentimientos y sensaciones, resulta difícil serenarse lo suficiente para hacer una reflexión tranquila que los conduzca a esclarecer en qué punto de la relación se encuentran.
No es extraño que se produzcan autoengaños, más o menos conscientes, que surgen como resistencia al cambio, ya sea para replantearse la pareja y seguir adelante con cambios, o bien para iniciar definitivamente una separación.
¿Simple crisis o separación?
En función del modo en que se afronte una crisis, de cómo se comporten los miembros de la pareja ante esa etapa, la unión saldrá reforzada o será la primera fase del fin.
Es decir, ante una fase conflictiva de la pareja la pregunta no es “¿es esto el fin?”, sino “¿quiero que sea el fin?, ¿me interesa seguir con el compromiso que supone esta relación?”.
En definitiva, una mala racha será sólo una crisis si es superada, pero se convertirá en una separación si la unión acaba. La respuesta a algunas preguntas puede brindar pistas que ayudarán a tomar una decisión en esa difícil coyuntura:
•¿Se aman?
•¿Miran juntos en la misma dirección?
•¿Tienen todavía algunas metas en conjunto?
•¿Sienten profundo interés por la otra persona?
•¿Se desean?
•¿Tienen confianza total el uno en el otro?
•¿Y en la propia relación?
•¿Reflexionan y se comprometen para ver qué pueden aportar a la otra persona y a la relación para mejorarla?
Es muy importante tener presente el alcance de las decisiones, sobre todo si se opta por terminar con la relación.
No se separan dos personas, sino a veces una familia con hijos, todo un entramado de relaciones y amigos, de dependencias económicas, por lo que si la pareja se encuentra con frenos que impiden que la reflexión prospere, es conveniente acudir a un o una especialista en temas de pareja, que desbloquee la situación y habilite espacios para que la reflexión reúna las garantías deseables.
Introducirá equilibrio y establecerá un protocolo para ayudar a la pareja a decidir mejor.
Para fortalecer la pareja
Se deben desarrollar estas habilidades:
•Aceptar que la vida en común es enteramente responsabilidad de ambos. No esperar que el otro miembro de la pareja los haga feliz. La propia felicidad depende, de cada uno
•Saber que no tienen que resolver la vida de la otra persona, buscándole soluciones, dándole consejos y marcándole las pautas de cómo debe vivir su vida.
•Aprender a escuchar. Para ello dejar lo que están haciendo, vaciarse de otros pensamientos que distraigan la atención e intentar colocarse en el lugar del otro, para entender cómo se siente.
•Aprender a dialogar. Las opinión de cada uno, su forma de entender y de aprehender la realidad no son la verdad absoluta, sino sólo la propia.
•Aprender a consensuar. Lo mío y lo tuyo han de ser tenidos en cuenta y debatidos para poder llegar a definir “lo nuestro”.
•Aprender a compartir. Darse el uno al otro: preguntar cómo se encuentra, qué le incomoda, qué quiere y desea.
•Aprender a pedir. Mostrar la vulnerabilidad es la mejor muestra de amor, ya que ésta, no se la enseña a cualquiera.
•Dedicar tiempo específico para la pareja.
•Compartir hobbies, tiempos lúdicos, fantasías e ilusiones, al igual que acompañarse en los momentos tristes, duros y penosos.
•Compartir la economía. Forma parte de la relación de pareja.
•Aprender a utilizar los conflictos y las crisis, para aprender más de simismos, ver qué necesita cada uno y cuál es el dolor que suscita en la pareja. Que estos sean trampolín de desarrollo y no de estancamiento que no lleva a ninguna parte. Hablar cuanto sea necesario, para que el problema no quede enquistado. No hay mayor desastre que el silencio.
•Mimar con orgullo a la pareja. El sexo, las caricias y el “te quiero” han de decirse, hay que explicitarlos. No valen los sobreentendidos.
Para lograr todo esto a veces es importante consultar a tiempo, antes de llegar a la separación ya que generalmente es muy difícil hacerlo solos.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
viernes, 30 de julio de 2010
TERAPIAS DE PAREJA
Los problemas de pareja desembocan inevitablemente, si la relación no se quiebra, en la terapia de pareja. Este es un buen camino a seguir cuando los canales de diálogo de la pareja se ven completamente cerrados, y sin embargo un pasado fuerte de amor, o un presente de responsabilidades, brinda a los integrantes de la pareja el ánimo de reconstruir la armonía original, o bien elaborar códigos de convivencia completamente nuevos, que permitan a la pareja seguir adelante y vencer la prueba del tiempo. A continuación, un artículo que te ayudará mucho si tu pareja tiene problemas de esta índole.
¿Cuáles son los pasos a seguir en una terapia de pareja?
1 - ASUMIR QUE SE TIENE UN PROBLEMA
Siempre uno de los componentes de una pareja tiene resistencia a empezar una terapia de pareja cuando el otro se lo propone. De manera que la primera etapa antes de encara la terapia seria identificar claramente la existencia de un problema. Hacerle comprender al otro que es necesario consultar a alguien para que los ayude a superar la situación.
2 - NO REPETIR LOS MISMOS ERRORES
Parte del trabajo del analista y de los analizados es no repetir los mismos errores que cometen en las discusiones en la pareja durante la terapia. Muchas parejas caen rápidamente en la descalificación, en la agresión, en el mutismo mientras están siendo analizadas continuando así el círculo vicioso del rencor. Encarar la terapia significa estar dispuesto a intentar nuevas formas de comunicación, de expresión para así poder lograr nuevos resultados.
3 - ENTENDER QUE EL OTRO ES UN SER HUMANO
Durante la terapia se da un proceso gradual y lento en el que las dos partes se dan cuenta de que la persona con la que conviven es también un ser humano ¿Que significa esto? Que es siendo un ser humano tiene humores, intereses, debilidades, diferentes a las nuestras. Esto que parece muy fácil de enunciar es muy difícil de interiorizar y gran parte de los problemas de parejas suceden por su causa.
4 - PROFUNDIZAR EL DIALOGO
Profundizar el diálogo es el mecanismo esencial que propone la terapia de pareja para revertir el proceso de fractura y separación. No solo tendrán que dialogar mas que antes, sino que deberán hacerlo como ejercicio de fundamental del saneamiento. Si uno no sabe como se siente el otro, si siente odio, rencor, tristeza, felicidad nunca podrán entenderse.
5 - RECONOCER LOS ESTADOS EMOCIONALES
A través del dialogo las parejas aprenderán a reconocer sus estados de ánimos y aprenderán a actuar en consecuencia. Si una parte de la pareja esta sintiendo tristeza la otra sabrá como animarla, si tiene rencor la otra lo reconocerá y podrá darle un espacio para que lo elimine. Los estados de ánimo y saber como identificarlos comprenden otra parte esencial de la curación.
6 - SER CONCIENTE DE LA DIFERENCIA DE PERSONALIDADES
La pareja deberá entender que hay cosas arraigadas en la personalidad que ninguna terapia podrá modificar. Siendo concientes de ello sabrán se mas tolerantes el uno con el otro cuando se acerque a estos puntos. Intentar modificar la personalidad de un ser humano conlleva inevitablemente a choques y problemas, ya sea una pareja o en cualquier mortal. Si no nos agrada algo que está profundamente arraigado en otro y no lo podremos modificar lo mas sano será que la parte que demande el cambio sea la que haga el cambio.
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¿Cuáles son los pasos a seguir en una terapia de pareja?
1 - ASUMIR QUE SE TIENE UN PROBLEMA
Siempre uno de los componentes de una pareja tiene resistencia a empezar una terapia de pareja cuando el otro se lo propone. De manera que la primera etapa antes de encara la terapia seria identificar claramente la existencia de un problema. Hacerle comprender al otro que es necesario consultar a alguien para que los ayude a superar la situación.
2 - NO REPETIR LOS MISMOS ERRORES
Parte del trabajo del analista y de los analizados es no repetir los mismos errores que cometen en las discusiones en la pareja durante la terapia. Muchas parejas caen rápidamente en la descalificación, en la agresión, en el mutismo mientras están siendo analizadas continuando así el círculo vicioso del rencor. Encarar la terapia significa estar dispuesto a intentar nuevas formas de comunicación, de expresión para así poder lograr nuevos resultados.
3 - ENTENDER QUE EL OTRO ES UN SER HUMANO
Durante la terapia se da un proceso gradual y lento en el que las dos partes se dan cuenta de que la persona con la que conviven es también un ser humano ¿Que significa esto? Que es siendo un ser humano tiene humores, intereses, debilidades, diferentes a las nuestras. Esto que parece muy fácil de enunciar es muy difícil de interiorizar y gran parte de los problemas de parejas suceden por su causa.
4 - PROFUNDIZAR EL DIALOGO
Profundizar el diálogo es el mecanismo esencial que propone la terapia de pareja para revertir el proceso de fractura y separación. No solo tendrán que dialogar mas que antes, sino que deberán hacerlo como ejercicio de fundamental del saneamiento. Si uno no sabe como se siente el otro, si siente odio, rencor, tristeza, felicidad nunca podrán entenderse.
5 - RECONOCER LOS ESTADOS EMOCIONALES
A través del dialogo las parejas aprenderán a reconocer sus estados de ánimos y aprenderán a actuar en consecuencia. Si una parte de la pareja esta sintiendo tristeza la otra sabrá como animarla, si tiene rencor la otra lo reconocerá y podrá darle un espacio para que lo elimine. Los estados de ánimo y saber como identificarlos comprenden otra parte esencial de la curación.
6 - SER CONCIENTE DE LA DIFERENCIA DE PERSONALIDADES
La pareja deberá entender que hay cosas arraigadas en la personalidad que ninguna terapia podrá modificar. Siendo concientes de ello sabrán se mas tolerantes el uno con el otro cuando se acerque a estos puntos. Intentar modificar la personalidad de un ser humano conlleva inevitablemente a choques y problemas, ya sea una pareja o en cualquier mortal. Si no nos agrada algo que está profundamente arraigado en otro y no lo podremos modificar lo mas sano será que la parte que demande el cambio sea la que haga el cambio.
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viernes, 2 de julio de 2010
CUIDANDO NUESTRA INTIMIDAD
Todas las personas poseen su propio ideal respecto al matrimonio, tal vez este ideal provenga de lo leído en alguna revista o libro, o de lo escuchado en la letra de una canción o inclusive, de una percepción de las vivencias en el hogar de origen.
Luego de algunos años de matrimonio, cuando la realidad no corresponde tanto a aquellas fantasías e ideales, la relación puede comenzar a deteriorarse y la pareja comenzar a alejarse uno del otro.
Por lo tanto, para evitar las desilusiones matrimoniales, se debe comprender que el matrimonio se construye a partir del esfuerzo diario, y no de ideales estereotipados que en la mayoría de los casos son imposibles de alcanzar.
El autor Gary Chapman, en su libro Los Cinco Lenguajes del Amor, cita: "En el corazón de la existencia humana se encuentra el deseo de tener intimidad y de ser amado por el otro. El matrimonio esta diseñado para llenar esa necesidad de intimidad y amor".
Para llenar tal necesidad, las parejas deben realizar un esfuerzo por cuidar esa intimidad, por mantener cada día aquellas cosas que les acercan y el compromiso de mejorar aquellas que las alejan, más allá de una intimidad puramente sexual.
Así, existen algunas manifestaciones de amor que pueden ayudar a la pareja a crecer y acercarse cada día más en su relación conyugal:
Tiempo de calidad
Uno de los elementos más valiosos para lograr la intimidad integral en la pareja es invertir tiempo para compartir: Esto va más allá del hecho de estar juntos; dos personas pueden estar una al lado de la otra, en una misma habitación, pero esto no quiere decir necesariamente, que estén compartiendo tiempo juntas. Cuando la pareja comparte espacios, se requiere una atención completa entre los dos.
Tiempo de calidad no significa que haya que pasar largas horas contemplándose el uno al otro a los ojos, se trata de que ese espacio tenga un propósito en común, que se disfrute estando juntos, sin importar la actividad que se esté realizando.
Palabras de afirmación
Como lo indica el Dr. Gary Chapman, "El propósito del amor no es lograr algo que usted quiere, sino hacer algo por el bienestar de la persona que ama. Sin embargo, es un hecho que cuando recibimos palabras estimulantes nos sentimos mucho más gustosamente motivados para retribuir". La manera en la que se habla es realmente importante.
Además, al tratar uno de los cónyuges de ponerse en los zapatos del otro, y expresar suave y bondadosamente su comprensión, se desarrollan sentimientos de empatia que los acercarán más como pareja.
Las palabras positivas elevan la estima de la persona amada, le dan un lugar y un valor, mientras que las palabras de humillación solo sirven para destruir y alejar a la pareja. Cuando se ha actuado mal, también es importante reconocerlo y pedir perdón expresamente.
Recibir regalos
Cuando se mantienen y cuidan día a día los pequeños detalles y las expresiones de afecto, la intimidad de la pareja va creciendo. Sin embargo, se debe recordar que existe un regalo que no tiene precio, y que expresa los sentimientos de forma más clara que cualquier obsequio que se le pueda dar al cónyuge, este es el estar incondicionalmente a su lado, cuando lo necesita.
Al estar cerca en los momentos difíciles, la pareja desarrolla la solidaridad, compasión y se identifican uno con el otro.
Cuidando el romance
Cuando se va a disfrutar de una relación íntima, se deben conocer los deseos y preferencias de cada uno, al amar físicamente a la pareja se necesita conocer lo que ella quiere.
El romance no es algo que simplemente ocurre, debe ser cultivado, este principio implica dedicación, constancia y voluntad. Cuando la pareja toma tiempo para demostrarse su amor, por medio de besos, abrazos, gestos y palabras positivas crece en ella la aceptación, el ánimo y además, la estima mutua se eleva.
Amar a la pareja es una decisión que se debe tomar cada día, cuidar de la intimidad constituye un acto voluntario en el que se decide amar, a pesar de los momentos difíciles, teniendo a la persona amada en un lugar de gran estima.
Acercamiento
Existen elementos y actitudes que definitivamente, aumentarán el romanticismo y acercarán a la pareja:
•Construir caminos juntos a partir de metas comunes, desarrollando la habilidad de motivarse y fortalecerse mutuamente.
•Tomar tiempo para demostrarse su amor, por medio de besos, abrazos, gestos y palabras positivas, haciendo crecer en la pareja la aceptación, el ánimo y la estima.
•Mantener día a día los pequeños detalles y las expresiones de afecto, para crear así la necesidad de estar juntos.
•Planear y compartir tiempo a solas.
Por Patricia Odio, Psicóloga
Bibliografía: Chapman, G (1996) Los cinco lenguajes del amor. Miami:Unilit
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Luego de algunos años de matrimonio, cuando la realidad no corresponde tanto a aquellas fantasías e ideales, la relación puede comenzar a deteriorarse y la pareja comenzar a alejarse uno del otro.
Por lo tanto, para evitar las desilusiones matrimoniales, se debe comprender que el matrimonio se construye a partir del esfuerzo diario, y no de ideales estereotipados que en la mayoría de los casos son imposibles de alcanzar.
El autor Gary Chapman, en su libro Los Cinco Lenguajes del Amor, cita: "En el corazón de la existencia humana se encuentra el deseo de tener intimidad y de ser amado por el otro. El matrimonio esta diseñado para llenar esa necesidad de intimidad y amor".
Para llenar tal necesidad, las parejas deben realizar un esfuerzo por cuidar esa intimidad, por mantener cada día aquellas cosas que les acercan y el compromiso de mejorar aquellas que las alejan, más allá de una intimidad puramente sexual.
Así, existen algunas manifestaciones de amor que pueden ayudar a la pareja a crecer y acercarse cada día más en su relación conyugal:
Tiempo de calidad
Uno de los elementos más valiosos para lograr la intimidad integral en la pareja es invertir tiempo para compartir: Esto va más allá del hecho de estar juntos; dos personas pueden estar una al lado de la otra, en una misma habitación, pero esto no quiere decir necesariamente, que estén compartiendo tiempo juntas. Cuando la pareja comparte espacios, se requiere una atención completa entre los dos.
Tiempo de calidad no significa que haya que pasar largas horas contemplándose el uno al otro a los ojos, se trata de que ese espacio tenga un propósito en común, que se disfrute estando juntos, sin importar la actividad que se esté realizando.
Palabras de afirmación
Como lo indica el Dr. Gary Chapman, "El propósito del amor no es lograr algo que usted quiere, sino hacer algo por el bienestar de la persona que ama. Sin embargo, es un hecho que cuando recibimos palabras estimulantes nos sentimos mucho más gustosamente motivados para retribuir". La manera en la que se habla es realmente importante.
Además, al tratar uno de los cónyuges de ponerse en los zapatos del otro, y expresar suave y bondadosamente su comprensión, se desarrollan sentimientos de empatia que los acercarán más como pareja.
Las palabras positivas elevan la estima de la persona amada, le dan un lugar y un valor, mientras que las palabras de humillación solo sirven para destruir y alejar a la pareja. Cuando se ha actuado mal, también es importante reconocerlo y pedir perdón expresamente.
Recibir regalos
Cuando se mantienen y cuidan día a día los pequeños detalles y las expresiones de afecto, la intimidad de la pareja va creciendo. Sin embargo, se debe recordar que existe un regalo que no tiene precio, y que expresa los sentimientos de forma más clara que cualquier obsequio que se le pueda dar al cónyuge, este es el estar incondicionalmente a su lado, cuando lo necesita.
Al estar cerca en los momentos difíciles, la pareja desarrolla la solidaridad, compasión y se identifican uno con el otro.
Cuidando el romance
Cuando se va a disfrutar de una relación íntima, se deben conocer los deseos y preferencias de cada uno, al amar físicamente a la pareja se necesita conocer lo que ella quiere.
El romance no es algo que simplemente ocurre, debe ser cultivado, este principio implica dedicación, constancia y voluntad. Cuando la pareja toma tiempo para demostrarse su amor, por medio de besos, abrazos, gestos y palabras positivas crece en ella la aceptación, el ánimo y además, la estima mutua se eleva.
Amar a la pareja es una decisión que se debe tomar cada día, cuidar de la intimidad constituye un acto voluntario en el que se decide amar, a pesar de los momentos difíciles, teniendo a la persona amada en un lugar de gran estima.
Acercamiento
Existen elementos y actitudes que definitivamente, aumentarán el romanticismo y acercarán a la pareja:
•Construir caminos juntos a partir de metas comunes, desarrollando la habilidad de motivarse y fortalecerse mutuamente.
•Tomar tiempo para demostrarse su amor, por medio de besos, abrazos, gestos y palabras positivas, haciendo crecer en la pareja la aceptación, el ánimo y la estima.
•Mantener día a día los pequeños detalles y las expresiones de afecto, para crear así la necesidad de estar juntos.
•Planear y compartir tiempo a solas.
Por Patricia Odio, Psicóloga
Bibliografía: Chapman, G (1996) Los cinco lenguajes del amor. Miami:Unilit
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
martes, 15 de junio de 2010
¿ESTAS LISTO PARA OTRA OPORTUNIDAD?
Muchas personas después de experimentar un cambio brusco de vida, se ven en la necesidad de enfrentar una nueva etapa. Es en ese momento cuando se preguntan: ¿Qué hago? ¿Cómo voy a vivir el resto de mis días? Tengo una amiga, que estaba en la cima de su carrera como ejecutiva, había alcanzado el nivel profesional que tanto deseó en los últimos años, tenía una buena pareja, disfrutaba de un cómodo estilo de vida... Un día tuvo un fuerte accidente y despertó con las dos piernas paralizadas, además de muchas heridas. Le tomó un año recuperarse para volver a caminar, pero en ese proceso perdió a su pareja, su trabajo y a la mayoría de sus amigos, además de las ganas de vivir y hasta el rumbo que llevaba su vida. Gracias al apoyo que le brindaron sus familiares y a las sabias palabras de un buen consejero, comprendió que necesitaba cambiar de vida. Así que tomó la decisión valiente de salir adelante. Inició un proyecto totalmente diferente.
Hoy tiene un taller de artesanos donde le da rienda suelta a su creatividad, le ofrece la oportunidad a otras personas de aprender y compartir la experiencia.
Ella al igual que otros, es un ejemplo y un motivo de estímulo para recordarnos que siempre podemos darnos una segunda oportunidad a pesar de las circunstancias adversas.
Sentir temor frente a lo desconocido o rabia y resentimiento frente a lo que vivimos tan inesperadamente, es natural... Mas lo importante es que después de haber vivido el duelo necesario podamos impulsarnos de nuevo para salir a la superficie de la vida, poniendo en práctica las herramientas y el conocimiento que adquirimos a lo largo de la vida y que tan celosamente guardamos en nuestra memoria por tanto tiempo. ¡Sí podemos volver a comenzar y hacerlo de una manera exitosa y satisfactoria!
Enfrentar lo desconocido que nos depara la vida cuando nos encontramos en el umbral de un nuevo comienzo, puede ser una de las experiencias más enriquecedoras que hayamos tenido, sobre todo, si estamos abiertos y dispuestos a descubrir el sentido positivo que traerá a nuestra vida. Es importante mantener siempre en forma nuestra capacidad de adaptación a los cambios, pues la esperanza de que nuestra vida transcurra en la comodidad y la seguridad de lo conocido, sin experimentar altibajos o cambios, es una idea que puede volvernos vulnerables e incapaces de aceptar y manejar todo lo inesperado que siempre se presenta en nuestra vida.
El mejor equipaje para recorrer la aventura de la vida consiste en: tener esperanza, curiosidad, un buen sentido del humor, realismo, flexibilidad, confianza en nosotros mismos y sentirnos preparados para superar los obstáculos que se atraviesen en nuestro camino sin tenerle miedo al fracaso.
Nuestra infelicidad puede ser causada por la incapacidad de ver lo que nos gustaría ser o lo que de verdad quisiéramos hacer en un momento dado. Es necesario romper con la pasividad y la inercia que ha envuelto nuestra vida en los últimos meses, para hacer los ajustes y los cambios necesarios en nuestra manera de afrontar la vida, con determinación, voluntad y valor, de manera que podamos retomar el camino de nuestros más ansiados sueños.
Pasos para darte una segunda oportunidad
Primer paso:
Recupera la calma: Es muy importante que analices, sin emociones, tu situación para que no tomes una decisión radical sólo por dejarte llevar por un impulso o por una serie de emociones negativas. Espera a estar más sereno, especialmente si acabas de experimentar una ruptura sentimental o la pérdida del trabajo, para tomar una buena decisión.
Segundo paso:
¡Prepárate!: Analiza cuáles son los recursos que tienes y en los que podrás apoyarte para iniciar una nueva etapa en tu vida, como: la adaptabilidad, la creatividad o la capacidad económica con la que cuentas para empezar. Sé muy honesto al momento de evaluar y reconocer tus limitaciones y valora tu capacidad de adaptarte a otro medio o situaciones nuevas para ti.
Tercer paso:
Elabora un nuevo plan: Este tiene que ser realista y muy acorde con tus posibilidades. Pues si te dejas llevar por la fantasía y las emociones, seguramente te frustrarás al descubrir que la realidad era otra. Es muy importante proyectar hacia adelante las consecuencias de nuestras decisiones de manera que podamos preparar un pequeño plan.
Cuarto paso:
Toma en cuenta los riesgos: Cambiar nuestro estilo de vida implica riesgos. Por lo tanto deja siempre abierta una puerta para rectificar el camino si fuese necesario. Aceptar la posibilidad de equivocarnos sin considerarlo un fracaso es un acto de humildad y madurez emocional. Sé flexible frente a lo impredecible que muchas veces se atraviesa entre nosotros y lo que nos hemos propuesto. Recuerda que nunca se avanza en linea recta, por eso mantente siempre dispuesto para buscar alternativas.
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Hoy tiene un taller de artesanos donde le da rienda suelta a su creatividad, le ofrece la oportunidad a otras personas de aprender y compartir la experiencia.
Ella al igual que otros, es un ejemplo y un motivo de estímulo para recordarnos que siempre podemos darnos una segunda oportunidad a pesar de las circunstancias adversas.
Sentir temor frente a lo desconocido o rabia y resentimiento frente a lo que vivimos tan inesperadamente, es natural... Mas lo importante es que después de haber vivido el duelo necesario podamos impulsarnos de nuevo para salir a la superficie de la vida, poniendo en práctica las herramientas y el conocimiento que adquirimos a lo largo de la vida y que tan celosamente guardamos en nuestra memoria por tanto tiempo. ¡Sí podemos volver a comenzar y hacerlo de una manera exitosa y satisfactoria!
Enfrentar lo desconocido que nos depara la vida cuando nos encontramos en el umbral de un nuevo comienzo, puede ser una de las experiencias más enriquecedoras que hayamos tenido, sobre todo, si estamos abiertos y dispuestos a descubrir el sentido positivo que traerá a nuestra vida. Es importante mantener siempre en forma nuestra capacidad de adaptación a los cambios, pues la esperanza de que nuestra vida transcurra en la comodidad y la seguridad de lo conocido, sin experimentar altibajos o cambios, es una idea que puede volvernos vulnerables e incapaces de aceptar y manejar todo lo inesperado que siempre se presenta en nuestra vida.
El mejor equipaje para recorrer la aventura de la vida consiste en: tener esperanza, curiosidad, un buen sentido del humor, realismo, flexibilidad, confianza en nosotros mismos y sentirnos preparados para superar los obstáculos que se atraviesen en nuestro camino sin tenerle miedo al fracaso.
Nuestra infelicidad puede ser causada por la incapacidad de ver lo que nos gustaría ser o lo que de verdad quisiéramos hacer en un momento dado. Es necesario romper con la pasividad y la inercia que ha envuelto nuestra vida en los últimos meses, para hacer los ajustes y los cambios necesarios en nuestra manera de afrontar la vida, con determinación, voluntad y valor, de manera que podamos retomar el camino de nuestros más ansiados sueños.
Pasos para darte una segunda oportunidad
Primer paso:
Recupera la calma: Es muy importante que analices, sin emociones, tu situación para que no tomes una decisión radical sólo por dejarte llevar por un impulso o por una serie de emociones negativas. Espera a estar más sereno, especialmente si acabas de experimentar una ruptura sentimental o la pérdida del trabajo, para tomar una buena decisión.
Segundo paso:
¡Prepárate!: Analiza cuáles son los recursos que tienes y en los que podrás apoyarte para iniciar una nueva etapa en tu vida, como: la adaptabilidad, la creatividad o la capacidad económica con la que cuentas para empezar. Sé muy honesto al momento de evaluar y reconocer tus limitaciones y valora tu capacidad de adaptarte a otro medio o situaciones nuevas para ti.
Tercer paso:
Elabora un nuevo plan: Este tiene que ser realista y muy acorde con tus posibilidades. Pues si te dejas llevar por la fantasía y las emociones, seguramente te frustrarás al descubrir que la realidad era otra. Es muy importante proyectar hacia adelante las consecuencias de nuestras decisiones de manera que podamos preparar un pequeño plan.
Cuarto paso:
Toma en cuenta los riesgos: Cambiar nuestro estilo de vida implica riesgos. Por lo tanto deja siempre abierta una puerta para rectificar el camino si fuese necesario. Aceptar la posibilidad de equivocarnos sin considerarlo un fracaso es un acto de humildad y madurez emocional. Sé flexible frente a lo impredecible que muchas veces se atraviesa entre nosotros y lo que nos hemos propuesto. Recuerda que nunca se avanza en linea recta, por eso mantente siempre dispuesto para buscar alternativas.
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sábado, 29 de mayo de 2010
¿PODEMOS CAMBIAR A OTROS?
"En estos días conversaba con una persona que me contaba: Tengo un amigo del que todos abusan, es tan bueno que no puede decir que no, por esta razón ha perdido mucho dinero y bienestar. He tratado de ayudarlo a cambiar y no he conseguido nada, es muy terco. Pasa el tiempo y le siguen sucediendo las mismas cosas... ¿Cómo puedo ayudarlo?
Escuchándolo pensaba: ¿Cuántas veces hemos querido cambiar el comportamiento, la actitud o las decisiones de otra persona? ¿ En cuántos momentos nos hemos sentido frustrados al intentarlo y no conseguir ningún resultado? ¿Te has sentido alguna vez así? Es tiempo de hacer juntos una reflexión al respecto... ¿Podemos realmente nosotros, cambiar el comportamiento de otra persona? Yo creo que no. Lo que sí podemos hacer, es influir en ellos con nuestro comentarios y buenos sentimientos, para que ellos reflexionen y consideren la posibilidad de tomar en cuenta y analizar nuestra propuesta, aun cuando la decisión final siempre sea de ellos.
Cuando nuestros hijos están pequeños, me refiero hasta que son adolescentes, todavía podemos influenciarlos si les damos un buen ejemplo y mantenemos una buena comunicación con ellos. Pero, si nuestros hijos son mayores de edad... lo mejor que podemos hacer es conversar con ellos y explicarles las consecuencias de las posibles elecciones que tomarán en un momento dado y de qué manera estas decisiones los van a afectar a ellos directamente. Es el momento de confiar en que dentro de ellos se encuentran los valores y las herramientas que hemos compartido con ellos a lo largo de su vida. En la mayoría de los casos, insistir en que acepten nuestros argumentos o sugerencias pudiera ser la causa por la que ellos cierren la puerta de la comunicación con nosotros. Lo más importante será hacerles saber que siempre podrán contar con nosotros, aun cuando terminen haciendo algo equivocado.
Cuando nos referimos a la pareja, tendríamos que preguntarnos si nos gustaría vivir con alguien que constantemente nos juzga o critica con la intención de ayudarnos a mejorar nuestro comportamiento... Muchas veces, sin darnos cuenta y motivados por la mejor de las intenciones nos convertimos en personas sermoneadoras, constantemente estamos diciéndole a nuestra pareja o a nuestros hijos lo que deben cambiar para tener una vida mejor y en ese intento se nos olvida reconocer todas las actitudes positivas que también tienen esas personas. Pregúntate: ¿Te sientes bien con las características positivas de la personalidad de tu pareja?, si ¿podrías vivir con él o con ella sin que cambiara tanto su manera de ser? Si la respuesta es sí, relaja un poco tu actitud, suelta el control y comienza a reconocer todos los esfuerzos que también hace esa persona para agradarte y ser una buena persona. Es el momento de recordar que no somos perfectos, todos tenemos una serie de cualidades que tenemos que aprender a reforzar y a usar, y unas limitaciones que tenemos que aprender a aceptar y a superar.
Podemos ciertamente compartir con ellos nuestras observaciones y sugerencias, pero igualmente tendremos que aceptar el hecho de que sólo cambiarán cuando estén listos esencialmente para hacerlo. Yo sé que sufres y te da rabia cuando ves que tu amigo o tu ser querido se resiste a cambiar, especialmente, si atraviesa por una situación difícil, pero recuerda que tal vez necesita vivir esa experiencia para alcanzar la conciencia y la madurez que le permita estar listo para reconocer la importancia de cambiar. Todos los procesos de cambio son individuales y sólo podemos hacerlo a través de nuestra voluntad y trabajo personal.
¿Qué podemos hacer para apoyar a una persona adulta?
Exprésale tus sugerencias. Acercate a la persona y cuéntale lo que piensas, explícale de qué manera sus actitudes o su comportamiento están afectando negativamente su vida. Dile claramente que no tienes ningún interés personal en ello.
Exprésale tu apoyo incondicional. La próxima vez dile a la persona: Estoy dispuesto a ayudarte a salir de donde estás. Quiero que sepas que puedes contar conmigo; cuando estés listo llámame. No quiero que sientas que te estoy persiguiendo para que lo hagas. Tómate tu tiempo.
Comparte alguna experiencia personal. Muchas veces compartir con otros la historia de alguna situación personal parecida a la que atraviesan ellos, hace que se interesen y se abran a la comunicación. Además si puedes contarles qué te impulso a cambiar y en qué herramientas te apoyaste para lograrlo puede ser muy positivo.
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Escuchándolo pensaba: ¿Cuántas veces hemos querido cambiar el comportamiento, la actitud o las decisiones de otra persona? ¿ En cuántos momentos nos hemos sentido frustrados al intentarlo y no conseguir ningún resultado? ¿Te has sentido alguna vez así? Es tiempo de hacer juntos una reflexión al respecto... ¿Podemos realmente nosotros, cambiar el comportamiento de otra persona? Yo creo que no. Lo que sí podemos hacer, es influir en ellos con nuestro comentarios y buenos sentimientos, para que ellos reflexionen y consideren la posibilidad de tomar en cuenta y analizar nuestra propuesta, aun cuando la decisión final siempre sea de ellos.
Cuando nuestros hijos están pequeños, me refiero hasta que son adolescentes, todavía podemos influenciarlos si les damos un buen ejemplo y mantenemos una buena comunicación con ellos. Pero, si nuestros hijos son mayores de edad... lo mejor que podemos hacer es conversar con ellos y explicarles las consecuencias de las posibles elecciones que tomarán en un momento dado y de qué manera estas decisiones los van a afectar a ellos directamente. Es el momento de confiar en que dentro de ellos se encuentran los valores y las herramientas que hemos compartido con ellos a lo largo de su vida. En la mayoría de los casos, insistir en que acepten nuestros argumentos o sugerencias pudiera ser la causa por la que ellos cierren la puerta de la comunicación con nosotros. Lo más importante será hacerles saber que siempre podrán contar con nosotros, aun cuando terminen haciendo algo equivocado.
Cuando nos referimos a la pareja, tendríamos que preguntarnos si nos gustaría vivir con alguien que constantemente nos juzga o critica con la intención de ayudarnos a mejorar nuestro comportamiento... Muchas veces, sin darnos cuenta y motivados por la mejor de las intenciones nos convertimos en personas sermoneadoras, constantemente estamos diciéndole a nuestra pareja o a nuestros hijos lo que deben cambiar para tener una vida mejor y en ese intento se nos olvida reconocer todas las actitudes positivas que también tienen esas personas. Pregúntate: ¿Te sientes bien con las características positivas de la personalidad de tu pareja?, si ¿podrías vivir con él o con ella sin que cambiara tanto su manera de ser? Si la respuesta es sí, relaja un poco tu actitud, suelta el control y comienza a reconocer todos los esfuerzos que también hace esa persona para agradarte y ser una buena persona. Es el momento de recordar que no somos perfectos, todos tenemos una serie de cualidades que tenemos que aprender a reforzar y a usar, y unas limitaciones que tenemos que aprender a aceptar y a superar.
Podemos ciertamente compartir con ellos nuestras observaciones y sugerencias, pero igualmente tendremos que aceptar el hecho de que sólo cambiarán cuando estén listos esencialmente para hacerlo. Yo sé que sufres y te da rabia cuando ves que tu amigo o tu ser querido se resiste a cambiar, especialmente, si atraviesa por una situación difícil, pero recuerda que tal vez necesita vivir esa experiencia para alcanzar la conciencia y la madurez que le permita estar listo para reconocer la importancia de cambiar. Todos los procesos de cambio son individuales y sólo podemos hacerlo a través de nuestra voluntad y trabajo personal.
¿Qué podemos hacer para apoyar a una persona adulta?
Exprésale tus sugerencias. Acercate a la persona y cuéntale lo que piensas, explícale de qué manera sus actitudes o su comportamiento están afectando negativamente su vida. Dile claramente que no tienes ningún interés personal en ello.
Exprésale tu apoyo incondicional. La próxima vez dile a la persona: Estoy dispuesto a ayudarte a salir de donde estás. Quiero que sepas que puedes contar conmigo; cuando estés listo llámame. No quiero que sientas que te estoy persiguiendo para que lo hagas. Tómate tu tiempo.
Comparte alguna experiencia personal. Muchas veces compartir con otros la historia de alguna situación personal parecida a la que atraviesan ellos, hace que se interesen y se abran a la comunicación. Además si puedes contarles qué te impulso a cambiar y en qué herramientas te apoyaste para lograrlo puede ser muy positivo.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
jueves, 20 de mayo de 2010
CLAVES PARA DARLE VIDA A TU CORAZON
1 Haz un calendario personal. Señala en él cada una de las fechas que son importantes porque te conectan a emociones y sentimientos positivos.
2 Haz una oración para pedir felicidad. Orar funciona. Vale la pena hacerlo para agradecer por lo bueno que llega a nuestra vida y también para pedir regalos y bendiciones.
3Las dificultades son temporales. Generalmente somos nosotros los que les damos fuerza y poder a los momentos difíciles con nuestros miedos y pensamientos.
4 Usa aromas agradables. Oler puede mejorar tu estado emocional. Enciende una velita o una varita de incienso antes de ir a la cama, dormirás más profundo y relajado.
5 Envía un mensaje de apoyo y cariño. Haz una nota con frases como: ¡Eres especial!, ¡Te quiero mucho!, y colócala en un lugar donde tus seres queridos puedan encontrarla.
6 Llénate de cariño. Sólo por un día evita juzgar y criticar a tus seres queridos. Piensa en ellos con amor, y practica aceptarlos como son.
7 Crea un ritual para levantarte. Puedes escuchar tu música preferida, meterte en la cama unos minutos más con tus hijos, preparar un desayuno especial.
8 Mantén la esperanza. Cierra los ojos y recuerda alguna situación que te inquiete, respira e imagina que vienen ángeles en tu ayuda, que todo se resuelve de la mejor manera.
9 Mira el cielo. Detente por unos minutos para observar y disfrutar del cielo, mira como se mueven las nubes, las formas que crean, reconoce los colores, siente la paz.
10 Aprende de tus errores. Reconoce tus errores, acéptalos y en lugar de castigarte, pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esto? y ¿qué puedo hacer para corregirlos?
11 Asume un reto. Si de vez en cuando te sientes desmotivado, plantéate un reto, vence alguna limitación o aprende algo nuevo. ¡Siempre podemos volver a comenzar!
12 Respira desde tu abdomen. Imagina que tu abdomen se llena de aire y luego bótalo suavemente. Esto te ayudará a bajar la tensión y el estrés.
13 Reconoce la puerta que está abierta. En lugar de quedarte parado y sufriendo frente a la puerta que se cerró en tu vida, busca la otra que seguro ya está abierta y comienza de nuevo.
14 Consiéntete un poco. Generalmente vivimos para complacer a otros. De vez en cuando date un gusto sin sentirte culpable, ¡eres especial y te lo mereces!.
15 Haz una caja de recuerdos. En una caja mete objetos que te recuerden los gratos momentos. Abrela con frecuencia y conéctate a ellos.
16 Administra las noticias negativas. Es bueno mantenerse informado, pero escuchar sólo noticias negativas puede elevar el nivel de ansiedad y estrés.
17 Guarda una foto inspiradora. Elige la foto de un paisaje, una mascota o un ser querido que con sólo mirarla te haga sentir alegría y amor.
18 Suelta la tensión de tus hombros. Toma aire mientras subes los hombros, déjalos ahí por unos segundos, luego exhala y bájalos lentamente. Hazlo varias veces.
19 Haz un cumplido. Tómate un par de minutos para hacerle un cumplido a otra persona.
20 Practica el perdón. Llena tu corazón de amor y envíale un pensamiento de perdón a esa persona que te hirió. Sana el resentimiento y libérate de ese recuerdo.
21 Toma un poco de sol. Tomar unos minutos de sol temprano en la mañana te ayudará a sentirte bien y a dormir mejor.
22 Aprecia el momento de llegar a casa. Detente unos minutos antes de abrir la puerta para sentir que llegaste a tu hogar a salvo. Deja afuera todas las preocupaciones.
23 Realiza un acto bondadoso. Hacer acciones solidarias, positivas y amorosas nos ayuda a sentirnos mejor.
24 Baja el estrés. Haz una lista con todo lo que tienes pendiente y ocúpate de las cosas más sencillas.
25 Sonríe. Asume el compromiso de sonreírle a todas las personas con las que te encuentres. Obtendrás una sonrisa de vuelta.
26 Camina una hora al día. Prueba caminar al aire libre para oxigenarte y relajar la tensión.
27 Reúnete con tus amigos. Llámalos e invítalos a compartir un buen rato.
28 Canta en la ducha o en el carro. Atrévete a cantar a pesar de tu temor a hacer el ridículo. Te sentirás muy bien.
29 Camina descalzo en el jardín. Hazlo imaginando que todas tus preocupaciones las absorbe la tierra.
30 Revive momentos felices. Ve al rescate de los momentos gratos de tu vida, recuérdalos con detalle, y llénate de los sentimientos positivos que te produjeron.
31 Juega con tus hijos. Comparte con ellos un buen partido de su deporte favorito, un juego de mesa o una buena película. Acércate a ellos y hazlos sentir queridos.
32 Abrete a recibir. A veces podemos estar ciegos a los regalos. Acepta y valora todo lo que recibes.
33 Bebe agua al levantarte. El corazón, la sangre y los riñones forman una unidad que se limpia y purifica a sí misma, sin embargo su eficiencia depende del volumen de agua que circule por ella.
34 Mantente enamorado. Ocúpate de mantener la llama del amor viva con frases amorosas, respeto, caricias y una buena comunicación.
35 Practica técnicas de crecimiento interior. El yoga, la meditación o la visualización te ayudan a afrontar serenamente los conflictos y a mantener tu balance emocional.
36 Escucha con atención. Atender a los demás enriquece tu vida y fortalece tus relaciones personales.
37 Practica la gratitud. No hay mayor fuente de plenitud que el agradecimiento.
38 Simplifica tu vida. Este puede ser el momento ideal para reducir tu lista de necesidades, tal vez tienes mucho más de lo que puedes usar y disfrutar.
39 Combate la soledad. ¿Estás solo? Deja de esperar y toma la iniciativa de buscar un poco de compañía.
40 No lo tomes a modo personal. Extiende tu comprensión hacia las actitudes y el comportamiento de los demás, piensa que están muy ocupados o que no se dieron cuenta.
41 Planta una flor. Elige un lugar de tu casa donde sembrar una planta. También puedes hacerlo en un lugar público, y compartir esos sentimientos con los demás.
42 Reconcíliate con tu familia. Vale la pena acercarte a ellos para compartir e intercambiar de vez en cuando cariño y compañía.
43 Reparte abrazos. Tus abrazos pueden acompañar, apoyar, sanar y transmitir cariño y amor, abraza con todo el cuerpo, como cuando eras niño.
44 Desarrolla tu sentido del humor. Reír es terapéutico, y hacerlo a carcajadas es mucho mejor.
45 Deja la violencia. No te dejes llevar por la ira, cada vez que la sientas venir, respira profundo. Es preferible caminar un rato, antes de reaccionar agresivamente.
46 Practica la tolerancia. Aprende a reconocer las semejanzas primero que las diferencias para encontrar los elementos en común que nos permitan conversar y llegar a acuerdos.
47 Sé auténtico. No uses máscaras para complacer a los demás, atrévete a ser tú mismo.
48 Deja salir tu niño interior. Date permiso para ser espontáneo, para sorprenderte por los milagros, para jugar y disfrutar más la vida.
49 Mantén una actitud positiva. Decide buscar y resaltar los aspectos positivos de cada situación. Deja de quejarte y de lamentarte.
50 Presta servicio. Infórmate sobre las iniciativas que existen para prestar servicios comunitarios y colabora con alguno de ellos.
51 Establece contacto con la Divinidad. Acércate a Dios también para dar gracias por todos sus regalos y bendiciones. Confía en que su presencia te acompaña, guía y apoya en todo momento.
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2 Haz una oración para pedir felicidad. Orar funciona. Vale la pena hacerlo para agradecer por lo bueno que llega a nuestra vida y también para pedir regalos y bendiciones.
3Las dificultades son temporales. Generalmente somos nosotros los que les damos fuerza y poder a los momentos difíciles con nuestros miedos y pensamientos.
4 Usa aromas agradables. Oler puede mejorar tu estado emocional. Enciende una velita o una varita de incienso antes de ir a la cama, dormirás más profundo y relajado.
5 Envía un mensaje de apoyo y cariño. Haz una nota con frases como: ¡Eres especial!, ¡Te quiero mucho!, y colócala en un lugar donde tus seres queridos puedan encontrarla.
6 Llénate de cariño. Sólo por un día evita juzgar y criticar a tus seres queridos. Piensa en ellos con amor, y practica aceptarlos como son.
7 Crea un ritual para levantarte. Puedes escuchar tu música preferida, meterte en la cama unos minutos más con tus hijos, preparar un desayuno especial.
8 Mantén la esperanza. Cierra los ojos y recuerda alguna situación que te inquiete, respira e imagina que vienen ángeles en tu ayuda, que todo se resuelve de la mejor manera.
9 Mira el cielo. Detente por unos minutos para observar y disfrutar del cielo, mira como se mueven las nubes, las formas que crean, reconoce los colores, siente la paz.
10 Aprende de tus errores. Reconoce tus errores, acéptalos y en lugar de castigarte, pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esto? y ¿qué puedo hacer para corregirlos?
11 Asume un reto. Si de vez en cuando te sientes desmotivado, plantéate un reto, vence alguna limitación o aprende algo nuevo. ¡Siempre podemos volver a comenzar!
12 Respira desde tu abdomen. Imagina que tu abdomen se llena de aire y luego bótalo suavemente. Esto te ayudará a bajar la tensión y el estrés.
13 Reconoce la puerta que está abierta. En lugar de quedarte parado y sufriendo frente a la puerta que se cerró en tu vida, busca la otra que seguro ya está abierta y comienza de nuevo.
14 Consiéntete un poco. Generalmente vivimos para complacer a otros. De vez en cuando date un gusto sin sentirte culpable, ¡eres especial y te lo mereces!.
15 Haz una caja de recuerdos. En una caja mete objetos que te recuerden los gratos momentos. Abrela con frecuencia y conéctate a ellos.
16 Administra las noticias negativas. Es bueno mantenerse informado, pero escuchar sólo noticias negativas puede elevar el nivel de ansiedad y estrés.
17 Guarda una foto inspiradora. Elige la foto de un paisaje, una mascota o un ser querido que con sólo mirarla te haga sentir alegría y amor.
18 Suelta la tensión de tus hombros. Toma aire mientras subes los hombros, déjalos ahí por unos segundos, luego exhala y bájalos lentamente. Hazlo varias veces.
19 Haz un cumplido. Tómate un par de minutos para hacerle un cumplido a otra persona.
20 Practica el perdón. Llena tu corazón de amor y envíale un pensamiento de perdón a esa persona que te hirió. Sana el resentimiento y libérate de ese recuerdo.
21 Toma un poco de sol. Tomar unos minutos de sol temprano en la mañana te ayudará a sentirte bien y a dormir mejor.
22 Aprecia el momento de llegar a casa. Detente unos minutos antes de abrir la puerta para sentir que llegaste a tu hogar a salvo. Deja afuera todas las preocupaciones.
23 Realiza un acto bondadoso. Hacer acciones solidarias, positivas y amorosas nos ayuda a sentirnos mejor.
24 Baja el estrés. Haz una lista con todo lo que tienes pendiente y ocúpate de las cosas más sencillas.
25 Sonríe. Asume el compromiso de sonreírle a todas las personas con las que te encuentres. Obtendrás una sonrisa de vuelta.
26 Camina una hora al día. Prueba caminar al aire libre para oxigenarte y relajar la tensión.
27 Reúnete con tus amigos. Llámalos e invítalos a compartir un buen rato.
28 Canta en la ducha o en el carro. Atrévete a cantar a pesar de tu temor a hacer el ridículo. Te sentirás muy bien.
29 Camina descalzo en el jardín. Hazlo imaginando que todas tus preocupaciones las absorbe la tierra.
30 Revive momentos felices. Ve al rescate de los momentos gratos de tu vida, recuérdalos con detalle, y llénate de los sentimientos positivos que te produjeron.
31 Juega con tus hijos. Comparte con ellos un buen partido de su deporte favorito, un juego de mesa o una buena película. Acércate a ellos y hazlos sentir queridos.
32 Abrete a recibir. A veces podemos estar ciegos a los regalos. Acepta y valora todo lo que recibes.
33 Bebe agua al levantarte. El corazón, la sangre y los riñones forman una unidad que se limpia y purifica a sí misma, sin embargo su eficiencia depende del volumen de agua que circule por ella.
34 Mantente enamorado. Ocúpate de mantener la llama del amor viva con frases amorosas, respeto, caricias y una buena comunicación.
35 Practica técnicas de crecimiento interior. El yoga, la meditación o la visualización te ayudan a afrontar serenamente los conflictos y a mantener tu balance emocional.
36 Escucha con atención. Atender a los demás enriquece tu vida y fortalece tus relaciones personales.
37 Practica la gratitud. No hay mayor fuente de plenitud que el agradecimiento.
38 Simplifica tu vida. Este puede ser el momento ideal para reducir tu lista de necesidades, tal vez tienes mucho más de lo que puedes usar y disfrutar.
39 Combate la soledad. ¿Estás solo? Deja de esperar y toma la iniciativa de buscar un poco de compañía.
40 No lo tomes a modo personal. Extiende tu comprensión hacia las actitudes y el comportamiento de los demás, piensa que están muy ocupados o que no se dieron cuenta.
41 Planta una flor. Elige un lugar de tu casa donde sembrar una planta. También puedes hacerlo en un lugar público, y compartir esos sentimientos con los demás.
42 Reconcíliate con tu familia. Vale la pena acercarte a ellos para compartir e intercambiar de vez en cuando cariño y compañía.
43 Reparte abrazos. Tus abrazos pueden acompañar, apoyar, sanar y transmitir cariño y amor, abraza con todo el cuerpo, como cuando eras niño.
44 Desarrolla tu sentido del humor. Reír es terapéutico, y hacerlo a carcajadas es mucho mejor.
45 Deja la violencia. No te dejes llevar por la ira, cada vez que la sientas venir, respira profundo. Es preferible caminar un rato, antes de reaccionar agresivamente.
46 Practica la tolerancia. Aprende a reconocer las semejanzas primero que las diferencias para encontrar los elementos en común que nos permitan conversar y llegar a acuerdos.
47 Sé auténtico. No uses máscaras para complacer a los demás, atrévete a ser tú mismo.
48 Deja salir tu niño interior. Date permiso para ser espontáneo, para sorprenderte por los milagros, para jugar y disfrutar más la vida.
49 Mantén una actitud positiva. Decide buscar y resaltar los aspectos positivos de cada situación. Deja de quejarte y de lamentarte.
50 Presta servicio. Infórmate sobre las iniciativas que existen para prestar servicios comunitarios y colabora con alguno de ellos.
51 Establece contacto con la Divinidad. Acércate a Dios también para dar gracias por todos sus regalos y bendiciones. Confía en que su presencia te acompaña, guía y apoya en todo momento.
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miércoles, 12 de mayo de 2010
HABLANDO DE SUEGROS
"Hace mucho tiempo, una joven llamada Lili se casó y se fue a vivir con el marido y la suegra. Después de algunos de algunos días, no se entendía con ella. Sus personalidades eran muy diferentes y Lili fue irritándose con los hábitos de la suegra. Los meses pasaron y Lili y su suegra cada vez discutían más y peleaban. Lili, no soportando más vivir con la suegra, decidió visitar a un amigo de su padre.
Después de oírla, el señor Huang tomó un paquete de hierbas venenosas y le dijo: Dale estas hierbas, poco a poco para no causar sospechas ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda tienes que hacerlo como te digo. Lili respondió: "Sí, haré todo como Ud. me lo pide". Lili volvió a su hogar para comenzar el proyecto. Pasaron las semanas y cada día, Lili servía una comida especialmente tratada a su suegra. Siempre recordaba lo que el señor Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre. Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada.
En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable y más fácil el trato con ella. Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.
Un día Lili fue nuevamente en procura del señor Huang, para pedirle ayuda y le dijo: "Querido señor Huang, por favor ayúdeme No quiero ya que mi suegra muera por causa del veneno que le he dado. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. ". El señor Huang sonrió : "Lili no tienes por qué preocuparte Tú suegra no ha cambiado, la que ha cambiado has sido tú. Las hierbas que le di eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en tu mente, en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que le diste a ella".
Cada situacion que vivimos tiene dos puntos de vista. Tenemos que aprender a considerar la perspectiva que tiene la otra persona desde su posición, pues muchas veces es diferente a la nuestra. El secreto del bien vivir con otros, dependerá en gran medida de esta capacidad.
Para muchas de las parejas que constituyen su propio hogar, se hace muy difícil mantener una buena relación con los suegros, es decir con los padres de ambos. Debido a que como hijos esperamos muchas veces que los padres respeten nuestro espacio familiar.
Hagamos algunas reflexiones juntos: ¿Podremos esperar realmente que nuestros padres cambien su comportamiento o su actitud hacia nosotros? ¿Tiene sentido el que permitamos que con sus comentarios bien intencionados o con su actuación protectora, nos afecten hasta el punto de experimentar un mal sentimiento hacia ellos? Tal vez es el momento de crecer emocionalmente un poco más, a tiempo de poder aceptarlos como son, para disfrutar de nuestra relación con ellos, considerando que en la mayoría de los casos el sentimiento que los mueve a actuar de esa manera es el amor.
Recuerda que una persona tiene poder sobre nosotros en la medida en que esperemos recibir aprobación, aceptación o reconocimiento por parte de ella. Independientemente de cual sea la causa del conflicto con ellos, es importante abrirnos a la búsqueda de los elementos que puedan ayudarnos a sanar la dinámica familiar para poner un poco de orden en el amor. ¿Has pensado que tal vez te corresponde a ti como hijo adulto e independiente, establecer ciertos límites que marquen la pauta de una nueva forma de relación entre ustedes? Deja de esperar a que ellos actúen de otra manera y cambia tú, la expectativa que tienes acerca de su comportamiento.
Atrévete a hablar con ellos acerca de tus sentimientos e ideas libremente. Hazlo sin necesitar que estén siempre de acuerdo contigo.
Establece límites claros, firmes y gentiles con respecto al espacio que deseas conservar para la intimidad de tu pareja y familia.
Acéptalos como son, sin esperar a que sean diferentes. Son así; disfrútalos.
No reacciones a sus comentarios. Piensa que no lo hacen con mala intencion, espera el mejor momento y aclara la situacion para que no pase de nuevo.
Apoya a tu pareja, pidele su colaboracion para que juntos resuelvan calmadamente los desacuerdos.
No hagas público tus desacuerdos y dificultades, a menos que desees que ellos participen en la búsqueda de la solución.
Perdónalos por cualquier error o herida del pasado. Piensa que te dieron lo mejor de sí en ese momento.
Refuerza tu autoestima, no necesites la calificación o el reconocimiento por parte de tus padres. Valorate a ti mismo.
Evita que te manipulen con culpa.
Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa y todo va a estar bien.
http://www.psicologosperu.com
Después de oírla, el señor Huang tomó un paquete de hierbas venenosas y le dijo: Dale estas hierbas, poco a poco para no causar sospechas ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda tienes que hacerlo como te digo. Lili respondió: "Sí, haré todo como Ud. me lo pide". Lili volvió a su hogar para comenzar el proyecto. Pasaron las semanas y cada día, Lili servía una comida especialmente tratada a su suegra. Siempre recordaba lo que el señor Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre. Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada.
En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable y más fácil el trato con ella. Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.
Un día Lili fue nuevamente en procura del señor Huang, para pedirle ayuda y le dijo: "Querido señor Huang, por favor ayúdeme No quiero ya que mi suegra muera por causa del veneno que le he dado. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. ". El señor Huang sonrió : "Lili no tienes por qué preocuparte Tú suegra no ha cambiado, la que ha cambiado has sido tú. Las hierbas que le di eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en tu mente, en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que le diste a ella".
Cada situacion que vivimos tiene dos puntos de vista. Tenemos que aprender a considerar la perspectiva que tiene la otra persona desde su posición, pues muchas veces es diferente a la nuestra. El secreto del bien vivir con otros, dependerá en gran medida de esta capacidad.
Para muchas de las parejas que constituyen su propio hogar, se hace muy difícil mantener una buena relación con los suegros, es decir con los padres de ambos. Debido a que como hijos esperamos muchas veces que los padres respeten nuestro espacio familiar.
Hagamos algunas reflexiones juntos: ¿Podremos esperar realmente que nuestros padres cambien su comportamiento o su actitud hacia nosotros? ¿Tiene sentido el que permitamos que con sus comentarios bien intencionados o con su actuación protectora, nos afecten hasta el punto de experimentar un mal sentimiento hacia ellos? Tal vez es el momento de crecer emocionalmente un poco más, a tiempo de poder aceptarlos como son, para disfrutar de nuestra relación con ellos, considerando que en la mayoría de los casos el sentimiento que los mueve a actuar de esa manera es el amor.
Recuerda que una persona tiene poder sobre nosotros en la medida en que esperemos recibir aprobación, aceptación o reconocimiento por parte de ella. Independientemente de cual sea la causa del conflicto con ellos, es importante abrirnos a la búsqueda de los elementos que puedan ayudarnos a sanar la dinámica familiar para poner un poco de orden en el amor. ¿Has pensado que tal vez te corresponde a ti como hijo adulto e independiente, establecer ciertos límites que marquen la pauta de una nueva forma de relación entre ustedes? Deja de esperar a que ellos actúen de otra manera y cambia tú, la expectativa que tienes acerca de su comportamiento.
Atrévete a hablar con ellos acerca de tus sentimientos e ideas libremente. Hazlo sin necesitar que estén siempre de acuerdo contigo.
Establece límites claros, firmes y gentiles con respecto al espacio que deseas conservar para la intimidad de tu pareja y familia.
Acéptalos como son, sin esperar a que sean diferentes. Son así; disfrútalos.
No reacciones a sus comentarios. Piensa que no lo hacen con mala intencion, espera el mejor momento y aclara la situacion para que no pase de nuevo.
Apoya a tu pareja, pidele su colaboracion para que juntos resuelvan calmadamente los desacuerdos.
No hagas público tus desacuerdos y dificultades, a menos que desees que ellos participen en la búsqueda de la solución.
Perdónalos por cualquier error o herida del pasado. Piensa que te dieron lo mejor de sí en ese momento.
Refuerza tu autoestima, no necesites la calificación o el reconocimiento por parte de tus padres. Valorate a ti mismo.
Evita que te manipulen con culpa.
Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa y todo va a estar bien.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
miércoles, 5 de mayo de 2010
TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL DE PAREJA
Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
martes, 4 de mayo de 2010
¿POR QUE SE ACABA EL AMOR?
Porque se comete errores, como pensar que una vez que la relación ha adquirido cierta solidez o cierto tiempo, ya se es dueño de la otra persona, o viceversa.
Porque el hombre se aburre de la mujer cuando ésta comienza a volverse cantaletosa y la vida en el hogar se convierte en un infierno. Ahí ya se ha roto la comunicación.
Porque la mujer se aburre del hombre cuando éste la mira como el reemplazo de su madre, la niñera de sus hijos, la cocinera, la lavandera y el alma de llaves; y para completar la quiere dispuesta en la cama y entrando dinero al hogar igual que él.
Porque al conocerse se muestran falsos comportamientos, como tolerancias excesivas y verdades a medias.
Porque cuando hay problemas generalmente ninguno quiere dar el brazo a torcer.
Porque al principio de la relación nos preocupamos por mostrarnos bellos, interesantes y adecuados, escondiendo los aspectos no tan agradables de nosotros.
Porque a las parejas les da miedo desinhibirse en la intimidad, expresar lo que les gusta, por temor a lo que piense el otro; y prefieren cumplir fantasías sexuales con terceras personas.
Porque no se respetan los espacios, ni se respeta la individualidad profesional y personal del otro.
Porque las parejas se apegan y en su inseguridad sufren y hacen sufrir al otro con sus celos.
Porque se dejan de expresar las cosas que gustan del otro asumiendo que ya lo sabe.
Porque se cree que la otra persona viene a nuestra vida a hacernos felices y que todo será un jardín de rosas; cuando lo cierto es que en toda relación hay desavenencias y disgustos.
Porque se asume que la pareja tiene que actuar, sentir y pensar como el otro, robándoles su propia personalidad.
Porque uno le da poder al otro para dañarlo, cuando decide dejar que le afecten las decisiones, actos y palabras de ese ser que tanto ama.
Porque se tienen tantas carencias afectivas, que se cree que al llegar la media naranja, ésta las va a suplir; cuando la verdad es que cada uno tiene la responsabilidad de llenar su vida de amor.
Porque los seres humanos están convencidos que es normal que con los años las relaciones de pareja se deterioren, cuando es todo lo contrario; con el tiempo si se toman sabias acciones, el amor crece, y al hacer el amor, este se hace con más conciencia y plenitud.
Porque se daña la comunicación y cada vez que se expresa algo, es para ofender y hacer sentir culpable al otro.
La infidelidad es una de las mayores quejas entre hombres y mujeres; cuando se llega a este punto es porque la comunicación se dañó hace muuuuuucho rato.
Porque las parejas se vuelven irrespetuosas con las palabras y con los actos.
Porque las parejas se vuelven tan posesivas que retiran las amistades y hasta familiares del otro, para absorber de manera dañina.
Porque la pareja se convierte en una proveedora de bienes y servicios ante un techo y unos hijos y dejan en un segundo plano lo verdaderamente importante: “El amor que los unió”
Porque las parejas pierden sensualidad, al descubrir sus cuerpos desnudos en la cotidianidad, al hacer actos ordinarios y de mala educación, al dejar de coquetear como se hacía en el noviazgo.
Porque la mujer comienza a sentir apatía para hacer el amor, y el hombre se siente rechazado, y ninguno de los dos habla sobre el tema.
En algunos ocasiones la mujer comienza a sentir esta apatía porque físicamente esta inconforme con su cuerpo y no es capaz de expresárselo al hombre, o porque éste la incentiva tan poquito, y cuando él quiere la acción a ella la toma por sorpresa, haciéndola sentir como un objeto.
Porque se da rienda suelta a la cólera, y se dicen palabras que hieren, dejando una huella imborrable en el corazón del otro.
Porque la pareja asume que los problemas son síntomas de que la relación va mal, cuando las desavenencias son las mejores oportunidades para saber qué se puede mejorar, y volver la relación más fuerte.
Porque las parejas no expresan lo que les molesta y esperan que se llene la taza para reventar, ocasionando a veces hasta daños irreparables, como violencia verbal y violencia física.
Porque las parejas le invierten dinero a una casa, un carro, la ropa, pero rara vez invierte dinero a talleres de superación personal, talleres de pareja, visitar a un terapeuta; porque se creen capaces de arreglar el problema solo.
Es tiempo de recuperar el amor en la pareja, con detalles, con actos de honestidad, de respeto, solidaridad, comprensión y apoyo.
Porque las parejas se duermen en la pasividad, buscando afuera, cuando deben solucionar el problema adentro; ya que las relaciones se construyen con el dialogo, el respeto y la constancia.
Muchas parejas rompen su relación, cuando los problemas que tenían solamente eran de forma; y buscan nuevas parejas, para descubrir que la primera era mucho mejor. Por eso hay que intentar revivir el amor, el respeto y la confianza, antes que terminar en una separación.
Porque la mujer se descuida en su apariencia física creyendo que ya pescó a su hombre y que no necesita conquistarlo más, qué así la acepta.
Porque el hombre también se descuida en su apariencia física y presume que ello lo adora aún con esos kilos de más.
Conquistar es fácil, lo difícil es conservar la conquista, ahí esta el verdadero mérito.
Llegar a la vejez con una buena pareja, no es cuestión de elegir a alguien con quien nos agrade conversar. Es ser más observadores en las reacciones del otro y ponerle un poco de razón y otro poco de corazón a la etapa del enamoramiento, para que cuando este termine, quede el verdadero amor, el real.
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Porque el hombre se aburre de la mujer cuando ésta comienza a volverse cantaletosa y la vida en el hogar se convierte en un infierno. Ahí ya se ha roto la comunicación.
Porque la mujer se aburre del hombre cuando éste la mira como el reemplazo de su madre, la niñera de sus hijos, la cocinera, la lavandera y el alma de llaves; y para completar la quiere dispuesta en la cama y entrando dinero al hogar igual que él.
Porque al conocerse se muestran falsos comportamientos, como tolerancias excesivas y verdades a medias.
Porque cuando hay problemas generalmente ninguno quiere dar el brazo a torcer.
Porque al principio de la relación nos preocupamos por mostrarnos bellos, interesantes y adecuados, escondiendo los aspectos no tan agradables de nosotros.
Porque a las parejas les da miedo desinhibirse en la intimidad, expresar lo que les gusta, por temor a lo que piense el otro; y prefieren cumplir fantasías sexuales con terceras personas.
Porque no se respetan los espacios, ni se respeta la individualidad profesional y personal del otro.
Porque las parejas se apegan y en su inseguridad sufren y hacen sufrir al otro con sus celos.
Porque se dejan de expresar las cosas que gustan del otro asumiendo que ya lo sabe.
Porque se cree que la otra persona viene a nuestra vida a hacernos felices y que todo será un jardín de rosas; cuando lo cierto es que en toda relación hay desavenencias y disgustos.
Porque se asume que la pareja tiene que actuar, sentir y pensar como el otro, robándoles su propia personalidad.
Porque uno le da poder al otro para dañarlo, cuando decide dejar que le afecten las decisiones, actos y palabras de ese ser que tanto ama.
Porque se tienen tantas carencias afectivas, que se cree que al llegar la media naranja, ésta las va a suplir; cuando la verdad es que cada uno tiene la responsabilidad de llenar su vida de amor.
Porque los seres humanos están convencidos que es normal que con los años las relaciones de pareja se deterioren, cuando es todo lo contrario; con el tiempo si se toman sabias acciones, el amor crece, y al hacer el amor, este se hace con más conciencia y plenitud.
Porque se daña la comunicación y cada vez que se expresa algo, es para ofender y hacer sentir culpable al otro.
La infidelidad es una de las mayores quejas entre hombres y mujeres; cuando se llega a este punto es porque la comunicación se dañó hace muuuuuucho rato.
Porque las parejas se vuelven irrespetuosas con las palabras y con los actos.
Porque las parejas se vuelven tan posesivas que retiran las amistades y hasta familiares del otro, para absorber de manera dañina.
Porque la pareja se convierte en una proveedora de bienes y servicios ante un techo y unos hijos y dejan en un segundo plano lo verdaderamente importante: “El amor que los unió”
Porque las parejas pierden sensualidad, al descubrir sus cuerpos desnudos en la cotidianidad, al hacer actos ordinarios y de mala educación, al dejar de coquetear como se hacía en el noviazgo.
Porque la mujer comienza a sentir apatía para hacer el amor, y el hombre se siente rechazado, y ninguno de los dos habla sobre el tema.
En algunos ocasiones la mujer comienza a sentir esta apatía porque físicamente esta inconforme con su cuerpo y no es capaz de expresárselo al hombre, o porque éste la incentiva tan poquito, y cuando él quiere la acción a ella la toma por sorpresa, haciéndola sentir como un objeto.
Porque se da rienda suelta a la cólera, y se dicen palabras que hieren, dejando una huella imborrable en el corazón del otro.
Porque la pareja asume que los problemas son síntomas de que la relación va mal, cuando las desavenencias son las mejores oportunidades para saber qué se puede mejorar, y volver la relación más fuerte.
Porque las parejas no expresan lo que les molesta y esperan que se llene la taza para reventar, ocasionando a veces hasta daños irreparables, como violencia verbal y violencia física.
Porque las parejas le invierten dinero a una casa, un carro, la ropa, pero rara vez invierte dinero a talleres de superación personal, talleres de pareja, visitar a un terapeuta; porque se creen capaces de arreglar el problema solo.
Es tiempo de recuperar el amor en la pareja, con detalles, con actos de honestidad, de respeto, solidaridad, comprensión y apoyo.
Porque las parejas se duermen en la pasividad, buscando afuera, cuando deben solucionar el problema adentro; ya que las relaciones se construyen con el dialogo, el respeto y la constancia.
Muchas parejas rompen su relación, cuando los problemas que tenían solamente eran de forma; y buscan nuevas parejas, para descubrir que la primera era mucho mejor. Por eso hay que intentar revivir el amor, el respeto y la confianza, antes que terminar en una separación.
Porque la mujer se descuida en su apariencia física creyendo que ya pescó a su hombre y que no necesita conquistarlo más, qué así la acepta.
Porque el hombre también se descuida en su apariencia física y presume que ello lo adora aún con esos kilos de más.
Conquistar es fácil, lo difícil es conservar la conquista, ahí esta el verdadero mérito.
Llegar a la vejez con una buena pareja, no es cuestión de elegir a alguien con quien nos agrade conversar. Es ser más observadores en las reacciones del otro y ponerle un poco de razón y otro poco de corazón a la etapa del enamoramiento, para que cuando este termine, quede el verdadero amor, el real.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
domingo, 2 de mayo de 2010
PODEMOS SUPERAR UNA RUPTURA
La separación de una pareja es uno de los sucesos más estresantes y difíciles de superar. Hoy quiero compartir algunas reflexiones que espero les ayuden a sanar las heridas del corazón para que puedan pasar la página en algún momento de la vida.
Mientras escribo, pienso que realmente la única medicina que puede calmar el dolor de una ruptura sentimental es el tiempo. En el momento cuando te encuentras en el ojo del huracán... afectado, no hay palabras ni comentarios positivos que puedan serenar tu ansiedad, mucho menos calmar tus emociones, especialmente si fuiste la persona a la que dejaron. Con el tiempo descubrirás que te sucedió por una buena razón... Pues todas las situaciones que vivimos encierran una enseñanza.
Pero no me gustaría que recuerdes, una vez más, todo lo que has vivido... ¡pues ya forma parte del pasado! Te sugiero que distraigas tu mente y que, por unos minutos, te desconectes de la preocupación, el miedo y la rabia que puedas sentir en este instante. ¡Este es el momento de sanar! Abre tu corazón y tu mente para que puedas dar los pasos necesarios para curar tus heridas y recuperar la serenidad y la claridad que te permitan continuar con tu vida. Vamos, yo sé que ha sido intenso y difícil, pero hagamos juntos una reflexión: tú también fuiste partícipe activo de la relación, tomaste decisiones importantes, asumiste responsabilidades con las que cumpliste, llegaste a ser independiente antes del compromiso o durante la relación... ¿Entonces, cómo puedes perder el manejo y el sentido de tu vida tan fácilmente? ¡Siempre puedes volver a comenzar! Eres una persona muy especial... Estoy seguro de que en algún lugar hay otra persona especial esperando el momento de encontrarse contigo para compartir la vida.
No pienses tanto. Deja de darle vueltas en tu cabeza a lo que pudiste hacer que ya no hiciste. Sólo vale la pena si aún estás a tiempo de evitar la separación, en cuyo caso es indispensable que tu pareja esté de acuerdo. No les permitas a tus pensamientos que te lleven a recordar los detalles tristes. Distrae tu mente.
Vive tu duelo. Es natural que te sientas herido y adolorido, en realidad acabas de experimentar una pérdida. Hacerte el fuerte y aparentar que no has sentido nada, pueden llevarte a guardar y reprimir emociones negativas que más tarde se devolverán contra ti. Te sugiero que las dejes salir.
Comparte con un amigo. Hablar con alguien interesado en nuestra historia puede ser terapéutico, pues nos ayuda a liberarnos un poco de la carga. Evita contarle a mucha gente acerca de tu situación para que el comentario negativo de ellos no aumente tu tensión.
No busques culpables. Mientras más insistas en sentirte culpable por lo que pasó, o en hacer culpable a tu pareja, lo único que lograrás será aumentar tu malestar. Piensa que en una relación de pareja ambos son parcialmente responsables de lo que se ha vivido.
No guardes esperanzas. Muchas veces, la razón por la cual el dolor te acompaña por tanto tiempo es porque, en el fondo de tu corazón, todavía conservas la esperanza de que esa persona reconsidere su decisión o revise su comportamiento y regrese. Es preferible soltar... si esa persona es para ti, regresará en otras condiciones.
No tengas miedo. Recupera la confianza en ti mismo. Reconoce tus capacidades y, al mismo tiempo, recuerda que dentro de ti se encuentran las herramientas necesarias para superar esa situación por más difícil que sea. ¡Tú puedes salir de ahí! Pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esta situación? Y, con mucha suavidad, permítete aprenderlo.
Perdona. Aunque te parezca muy difícil de hacer... en el momento en
que te sientas más fortalecido, llénate del amor que sientes por algunos
de tus otros seres queridos y perdónale. Vamos, mereces ser libre para que puedas abrirte de nuevo a recibir los regalos y las oportunidades que La Divinidad tiene para ti.
No hay fórmulas mágicas que nos eviten afrontar el problema para poder superarlo. Estas son algunas de las muchas herramientas que pueden ayudarte a reunir la fortaleza, el valor, la fe y el ánimo para levantarte y comenzar de nuevo. ¡Adelante!
http://www.psicologosperu.com/
Mientras escribo, pienso que realmente la única medicina que puede calmar el dolor de una ruptura sentimental es el tiempo. En el momento cuando te encuentras en el ojo del huracán... afectado, no hay palabras ni comentarios positivos que puedan serenar tu ansiedad, mucho menos calmar tus emociones, especialmente si fuiste la persona a la que dejaron. Con el tiempo descubrirás que te sucedió por una buena razón... Pues todas las situaciones que vivimos encierran una enseñanza.
Pero no me gustaría que recuerdes, una vez más, todo lo que has vivido... ¡pues ya forma parte del pasado! Te sugiero que distraigas tu mente y que, por unos minutos, te desconectes de la preocupación, el miedo y la rabia que puedas sentir en este instante. ¡Este es el momento de sanar! Abre tu corazón y tu mente para que puedas dar los pasos necesarios para curar tus heridas y recuperar la serenidad y la claridad que te permitan continuar con tu vida. Vamos, yo sé que ha sido intenso y difícil, pero hagamos juntos una reflexión: tú también fuiste partícipe activo de la relación, tomaste decisiones importantes, asumiste responsabilidades con las que cumpliste, llegaste a ser independiente antes del compromiso o durante la relación... ¿Entonces, cómo puedes perder el manejo y el sentido de tu vida tan fácilmente? ¡Siempre puedes volver a comenzar! Eres una persona muy especial... Estoy seguro de que en algún lugar hay otra persona especial esperando el momento de encontrarse contigo para compartir la vida.
No pienses tanto. Deja de darle vueltas en tu cabeza a lo que pudiste hacer que ya no hiciste. Sólo vale la pena si aún estás a tiempo de evitar la separación, en cuyo caso es indispensable que tu pareja esté de acuerdo. No les permitas a tus pensamientos que te lleven a recordar los detalles tristes. Distrae tu mente.
Vive tu duelo. Es natural que te sientas herido y adolorido, en realidad acabas de experimentar una pérdida. Hacerte el fuerte y aparentar que no has sentido nada, pueden llevarte a guardar y reprimir emociones negativas que más tarde se devolverán contra ti. Te sugiero que las dejes salir.
Comparte con un amigo. Hablar con alguien interesado en nuestra historia puede ser terapéutico, pues nos ayuda a liberarnos un poco de la carga. Evita contarle a mucha gente acerca de tu situación para que el comentario negativo de ellos no aumente tu tensión.
No busques culpables. Mientras más insistas en sentirte culpable por lo que pasó, o en hacer culpable a tu pareja, lo único que lograrás será aumentar tu malestar. Piensa que en una relación de pareja ambos son parcialmente responsables de lo que se ha vivido.
No guardes esperanzas. Muchas veces, la razón por la cual el dolor te acompaña por tanto tiempo es porque, en el fondo de tu corazón, todavía conservas la esperanza de que esa persona reconsidere su decisión o revise su comportamiento y regrese. Es preferible soltar... si esa persona es para ti, regresará en otras condiciones.
No tengas miedo. Recupera la confianza en ti mismo. Reconoce tus capacidades y, al mismo tiempo, recuerda que dentro de ti se encuentran las herramientas necesarias para superar esa situación por más difícil que sea. ¡Tú puedes salir de ahí! Pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esta situación? Y, con mucha suavidad, permítete aprenderlo.
Perdona. Aunque te parezca muy difícil de hacer... en el momento en
que te sientas más fortalecido, llénate del amor que sientes por algunos
de tus otros seres queridos y perdónale. Vamos, mereces ser libre para que puedas abrirte de nuevo a recibir los regalos y las oportunidades que La Divinidad tiene para ti.
No hay fórmulas mágicas que nos eviten afrontar el problema para poder superarlo. Estas son algunas de las muchas herramientas que pueden ayudarte a reunir la fortaleza, el valor, la fe y el ánimo para levantarte y comenzar de nuevo. ¡Adelante!
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Venegas Chalen Luis Alberto
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martes, 20 de abril de 2010
VIVIR LA VIDA DEL OTRO
"Si has reconocido algunas de las señales que indican que el bienestar de la relación está en peligro, en lugar de ignorarlas, toma la iniciativa de conversar sobre la situación, para que ambos puedan expresar lo que sienten y lo que esperan"
'Un pequeño grillo cantor quería atravesar un lago y decidió aprender a nadar, pero se enamoró perdidamente de una bella rana. Al enterarse ésta de los planes de su novio, le dijo: 'No te preocupes, yo te puedo llevar'. A lo que el grillo repuso: 'es un viaje largo y no sé nadar'.
'No te preocupes, viajarás encima de mí y nada te pasará', replicó la rana. Y así comenzaron el largo viaje. Todo iba muy bien hasta que la rana vio que venía un gran pez. Presa del pánico se sumergió, dejando así a la deriva al pobre grillo, que como no sabía nadar, se ahogó en la mitad del lago".
Con frecuencia, al enamorarnos, nuestro estilo de vida cambia de manera insospechada. En la mayoría de los casos la pareja se convierte en el centro de nuestra atención, hasta el punto de que abandonamos nuestra identidad, dejando olvidados nuestros sueños, metas, intereses personales y hasta las relaciones familiares y sociales que manteníamos antes de iniciar la relación sentimental.
Esto nos puede parecer muy normal, pues sabemos que compartir nuestra vida en pareja implica ceder parte de nuestra individualidad para incluir a la otra persona, de manera que podamos experimentar el placer de la vida compartida. Pero es importante conservar parte de nuestra identidad y no renunciar completamente a ella, pues esto significaría perder totalmente la autonomía que nos hace falta para definir el rumbo y el sentido que le daremos a nuestra vida; además, un cierto grado de autonomía nos dará la fortaleza y la capacidad de establecer ciertos limites que cuiden de nuestra integridad, bienestar y derecho a la felicidad.
Hay personas que pagan un precio muy alto por permanecer al lado de la pareja y lograr un poco de su atención y cariño, cuando, en realidad, el maltrato no es sólo físico sino emocional y psicológico, sometiéndose a la humillación de suplicar por el amor y la compañía de la persona que las domina, renunciando, así, a sus propias expectativas de vida.
Al sentirse incapaces de expresar sus necesidades y sentimientos verdaderos, e inseguros de afrontar y tomar las riendas de su propia vida, deciden convertirse en alguien que no son, para tratar de complacer las necesidades y expectativas que de ellos tiene la pareja. El día en que el vacío, la tristeza, la nostalgia, la ira o la frustración se instalan en su corazón, se dan cuenta de que el amor se ha ido escapando. Es, entonces, cuando se preocupan y se lamentan del poco interés que demuestra la pareja, sintiéndose victimas del sacrificio que hicieron y del desamor.
¿Hasta dónde y hasta cuándo?
Si has reconocido algunas de las señales que indican que el bienestar de la relación está en peligro, en lugar de ignorarlas, toma la iniciativa de conversar sobre la situación, para que ambos puedan expresar lo que sienten y lo que esperan, asumiendo el riesgo que implica preguntar y recibir respuestas cuando de sentimientos se trata. La vida en pareja no debe ser una experiencia cargada de sufrimiento, sino una oportunidad de compartir el camino y las vivencias que los lleven a conseguir la plenitud. El amor, el respeto a la individualidad, la comunicación, la valoración, la intimidad, los detalles, las caricias, la fidelidad y el compromiso de mantener encendida la llama de la pasión, entre otros aspectos, harán que la convivencia tenga un profundo y especial significado.
"La clave para querer a otra persona, es quererte a ti mismo y darte el valor necesario para conservar la autonomía que te permita compartir la vida sin perderte de vista".
Prepárate. Renueva tus sueños, recupera tus amigos, ahorra, prepárate en algún arte u oficio para aportar al hogar y tener la autonomía necesaria en caso de perder el apoyo de tu pareja.
Ten un proyecto personal. Independientemente de los planes y las metas que tengan en común, interésate en tener un proyecto propio. Puede ser terminar los estudios que abandonaste, inscribirte en algún curso, practicar algún deporte o desarrollarte profesionalmente sin poner en riesgo el equilibrio familiar.
Pídele apoyo a tu pareja. Hagan el compromiso de apoyarse para cambiar esos hábitos y actitudes que tanto daño les han causado. Acuerden alguna seña que les recuerde sonreír, soltar, suavizar el carácter, ser amables o, simplemente, respirar y disfrutar el momento.
Crea espacios para conversar. Es muy importante hablar con frecuencia acerca de lo que sentimos y pensamos, sin juzgar o buscar culpables, más bien con la intención de limar las asperezas y superar las dificultades para acercarnos y satisfacernos más.
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'Un pequeño grillo cantor quería atravesar un lago y decidió aprender a nadar, pero se enamoró perdidamente de una bella rana. Al enterarse ésta de los planes de su novio, le dijo: 'No te preocupes, yo te puedo llevar'. A lo que el grillo repuso: 'es un viaje largo y no sé nadar'.
'No te preocupes, viajarás encima de mí y nada te pasará', replicó la rana. Y así comenzaron el largo viaje. Todo iba muy bien hasta que la rana vio que venía un gran pez. Presa del pánico se sumergió, dejando así a la deriva al pobre grillo, que como no sabía nadar, se ahogó en la mitad del lago".
Con frecuencia, al enamorarnos, nuestro estilo de vida cambia de manera insospechada. En la mayoría de los casos la pareja se convierte en el centro de nuestra atención, hasta el punto de que abandonamos nuestra identidad, dejando olvidados nuestros sueños, metas, intereses personales y hasta las relaciones familiares y sociales que manteníamos antes de iniciar la relación sentimental.
Esto nos puede parecer muy normal, pues sabemos que compartir nuestra vida en pareja implica ceder parte de nuestra individualidad para incluir a la otra persona, de manera que podamos experimentar el placer de la vida compartida. Pero es importante conservar parte de nuestra identidad y no renunciar completamente a ella, pues esto significaría perder totalmente la autonomía que nos hace falta para definir el rumbo y el sentido que le daremos a nuestra vida; además, un cierto grado de autonomía nos dará la fortaleza y la capacidad de establecer ciertos limites que cuiden de nuestra integridad, bienestar y derecho a la felicidad.
Hay personas que pagan un precio muy alto por permanecer al lado de la pareja y lograr un poco de su atención y cariño, cuando, en realidad, el maltrato no es sólo físico sino emocional y psicológico, sometiéndose a la humillación de suplicar por el amor y la compañía de la persona que las domina, renunciando, así, a sus propias expectativas de vida.
Al sentirse incapaces de expresar sus necesidades y sentimientos verdaderos, e inseguros de afrontar y tomar las riendas de su propia vida, deciden convertirse en alguien que no son, para tratar de complacer las necesidades y expectativas que de ellos tiene la pareja. El día en que el vacío, la tristeza, la nostalgia, la ira o la frustración se instalan en su corazón, se dan cuenta de que el amor se ha ido escapando. Es, entonces, cuando se preocupan y se lamentan del poco interés que demuestra la pareja, sintiéndose victimas del sacrificio que hicieron y del desamor.
¿Hasta dónde y hasta cuándo?
Si has reconocido algunas de las señales que indican que el bienestar de la relación está en peligro, en lugar de ignorarlas, toma la iniciativa de conversar sobre la situación, para que ambos puedan expresar lo que sienten y lo que esperan, asumiendo el riesgo que implica preguntar y recibir respuestas cuando de sentimientos se trata. La vida en pareja no debe ser una experiencia cargada de sufrimiento, sino una oportunidad de compartir el camino y las vivencias que los lleven a conseguir la plenitud. El amor, el respeto a la individualidad, la comunicación, la valoración, la intimidad, los detalles, las caricias, la fidelidad y el compromiso de mantener encendida la llama de la pasión, entre otros aspectos, harán que la convivencia tenga un profundo y especial significado.
"La clave para querer a otra persona, es quererte a ti mismo y darte el valor necesario para conservar la autonomía que te permita compartir la vida sin perderte de vista".
Prepárate. Renueva tus sueños, recupera tus amigos, ahorra, prepárate en algún arte u oficio para aportar al hogar y tener la autonomía necesaria en caso de perder el apoyo de tu pareja.
Ten un proyecto personal. Independientemente de los planes y las metas que tengan en común, interésate en tener un proyecto propio. Puede ser terminar los estudios que abandonaste, inscribirte en algún curso, practicar algún deporte o desarrollarte profesionalmente sin poner en riesgo el equilibrio familiar.
Pídele apoyo a tu pareja. Hagan el compromiso de apoyarse para cambiar esos hábitos y actitudes que tanto daño les han causado. Acuerden alguna seña que les recuerde sonreír, soltar, suavizar el carácter, ser amables o, simplemente, respirar y disfrutar el momento.
Crea espacios para conversar. Es muy importante hablar con frecuencia acerca de lo que sentimos y pensamos, sin juzgar o buscar culpables, más bien con la intención de limar las asperezas y superar las dificultades para acercarnos y satisfacernos más.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
jueves, 15 de abril de 2010
¿TE SIENTES MANEJADO POR TUS PADRES?
Hoy en dia hay muchas personas adultas que no pueden mantener una buena relación con sus padres a causa de la manipulación y de la dominación que estos ejercen sobre ellos como hijos.
He tenido la oportunidad de escuchar y leer muchos testimonios de personas sometidas a la voluntad de unos padres que utilizan un mecanismo equivocado para manipularlos de manera que permanezcan a su lado... aun cuando sus hijos ya son adultos y necesitan de su propio espacio.
Toda relación que se mantenga a través de la manipulación y la culpa, produce malestar y con el tiempo la persona que se siente obligada comienza a sentir frustración y resentimiento. Si te sientes un hijo manipulado, te sugiero que reflexiones un poco y analices con calma tu situación, para que puedas encontrar la razón real por la que te encuentras atrapado emocionalmente en esa relación, pudiendo encontrar juntos una solución.
Existen varias razones por las cuales un hijo adulto todavía se encuentra bajo la dominación emocional de un padre. La primera es porque mantiene una relación de dependencia emocional, esto significa que todavía está esperando a ser aprobado o reconocido por esa figura de autoridad, entonces complace y actúa de forma sumisa para obtenerla.
También puede suceder que la dependencia emocional, se deba a la manipulación que los padres ejercen sobre su hijo, haciéndolo sentir responsable del bienestar o de la felicidad de ellos. En este caso el hijo, termina viviendo para satisfacer las necesidades de los padres, aun cuando tenga que sacrificar sus propios sueños y estilo de vida. Lo interesante es que muchas veces el hijo que se comporta de esta forma responsable y hasta sumisa, tiene otros hermanos que no están dispuestos a compartir esta responsabilidad con él.
Estoy seguro que la mayoría de los padres que tienen una actitud dominante hacia sus hijos, están motivados por un amor sobreprotector que los cree incapaces de independizarse de ellos, sin enfrentar algún peligro.
Pero también existe un grupo pequeño de padres que no quieren dejar ir a sus hijos adultos para que formen una pareja o para que vayan a buscar su propia felicidad, debido a que los necesitan para acompañarse y tener a una persona que los ayude incondicionalmente. En muchos casos no es sencilla la solución...
Aprendamos a mantener una comunicación abierta, clara y respetuosa que nos permita expresar nuestras inquietudes y necesidades en un momento dado, sabiendo que seremos escuchados y que juntos analizaremos la situación para encontrar la mejor solución, aun cuando ésta los afecte emocionalmente. Los hijos no son tuyos para siempre, son un préstamo que te da la vida y que en algún momento tienes que dejar ir, confiando que ellos tienen los valores, las herramientas y las cualidades necesarias para afrontar la vida y ser ganadores de su felicidad. Yo sé que siempre veremos a nuestros hijos como si fueran niños pequeños... pero tal vez, ya los tuyos hayan crecido lo suficiente como para soltarlos un poco, mientras todavía estás a su lado para apoyarlos si te necesitan.
Cómo mantener una relación sana con tus padres
Refuerza tu autoestima. Reconoce y valora tus talentos y capacidades, no necesitas la aprobación y el reconocimiento constante por parte de tus padres si ya eres una persona adulta. Confía en que serás capaz de independizarte emocionalmente de ellos cuando llegue el momento de hacerlo.
Corta el cordón umbilical emocional. A veces eres tú el que se aferra a la relación con tus padres, aun cuando ya tienes una relación de pareja o una familia propia. Recuerda que ya es tiempo de soltar la dependencia emocional que te liga a ellos, para no poner en riesgo tu nueva relación. No permitas que ellos intervengan en tu nueva vida y respeta el lugar que tiene tu pareja.
Exprésate con claridad. Busca las mejores palabras y el momento adecuado para hablar con tus padres acerca de la afectación que te produce la relación que mantienes con ellos si este fuera el caso. Háblales de tu necesidad y de tus proyectos y explícales que el hecho de que te vayas de su lado no significa que los vayas a dejar de querer.
Comparte la responsabilidad del cuidado con tus hermanos. Si tienes varios hermanos, hagan una reunión familiar para pensar en el futuro de sus padres, decidan de qué manera podrán compartir las responsabilidades y el cuidado de ellos si lo necesitan en algún momento. Pide ayuda cuando sientas que no puedes cargar con la responsabilidad solo.
No te sientas culpable. Cada uno es responsable de vivir su propia vida, apóyalos generosamente tanto emocional como económicamente, pero hasta donde tú puedas. Cumple con los acuerdos establecidos de antemano y vive tu vida con tranquilidad. Evita que se involucren en tu vida privada, es importante que entiendan que tú tienes tu propia vida y responsabilidades.
Recuerda que si tú les pides ayuda a tus padres para que cuiden a tus hijos, te cocinen e inclusive te vas a vivir a la casa de ellos, no puedes molestarte si más tarde se meten en tu vida. Tal vez se han ganado el derecho de opinar para continuar apoyándote más allá.
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He tenido la oportunidad de escuchar y leer muchos testimonios de personas sometidas a la voluntad de unos padres que utilizan un mecanismo equivocado para manipularlos de manera que permanezcan a su lado... aun cuando sus hijos ya son adultos y necesitan de su propio espacio.
Toda relación que se mantenga a través de la manipulación y la culpa, produce malestar y con el tiempo la persona que se siente obligada comienza a sentir frustración y resentimiento. Si te sientes un hijo manipulado, te sugiero que reflexiones un poco y analices con calma tu situación, para que puedas encontrar la razón real por la que te encuentras atrapado emocionalmente en esa relación, pudiendo encontrar juntos una solución.
Existen varias razones por las cuales un hijo adulto todavía se encuentra bajo la dominación emocional de un padre. La primera es porque mantiene una relación de dependencia emocional, esto significa que todavía está esperando a ser aprobado o reconocido por esa figura de autoridad, entonces complace y actúa de forma sumisa para obtenerla.
También puede suceder que la dependencia emocional, se deba a la manipulación que los padres ejercen sobre su hijo, haciéndolo sentir responsable del bienestar o de la felicidad de ellos. En este caso el hijo, termina viviendo para satisfacer las necesidades de los padres, aun cuando tenga que sacrificar sus propios sueños y estilo de vida. Lo interesante es que muchas veces el hijo que se comporta de esta forma responsable y hasta sumisa, tiene otros hermanos que no están dispuestos a compartir esta responsabilidad con él.
Estoy seguro que la mayoría de los padres que tienen una actitud dominante hacia sus hijos, están motivados por un amor sobreprotector que los cree incapaces de independizarse de ellos, sin enfrentar algún peligro.
Pero también existe un grupo pequeño de padres que no quieren dejar ir a sus hijos adultos para que formen una pareja o para que vayan a buscar su propia felicidad, debido a que los necesitan para acompañarse y tener a una persona que los ayude incondicionalmente. En muchos casos no es sencilla la solución...
Aprendamos a mantener una comunicación abierta, clara y respetuosa que nos permita expresar nuestras inquietudes y necesidades en un momento dado, sabiendo que seremos escuchados y que juntos analizaremos la situación para encontrar la mejor solución, aun cuando ésta los afecte emocionalmente. Los hijos no son tuyos para siempre, son un préstamo que te da la vida y que en algún momento tienes que dejar ir, confiando que ellos tienen los valores, las herramientas y las cualidades necesarias para afrontar la vida y ser ganadores de su felicidad. Yo sé que siempre veremos a nuestros hijos como si fueran niños pequeños... pero tal vez, ya los tuyos hayan crecido lo suficiente como para soltarlos un poco, mientras todavía estás a su lado para apoyarlos si te necesitan.
Cómo mantener una relación sana con tus padres
Refuerza tu autoestima. Reconoce y valora tus talentos y capacidades, no necesitas la aprobación y el reconocimiento constante por parte de tus padres si ya eres una persona adulta. Confía en que serás capaz de independizarte emocionalmente de ellos cuando llegue el momento de hacerlo.
Corta el cordón umbilical emocional. A veces eres tú el que se aferra a la relación con tus padres, aun cuando ya tienes una relación de pareja o una familia propia. Recuerda que ya es tiempo de soltar la dependencia emocional que te liga a ellos, para no poner en riesgo tu nueva relación. No permitas que ellos intervengan en tu nueva vida y respeta el lugar que tiene tu pareja.
Exprésate con claridad. Busca las mejores palabras y el momento adecuado para hablar con tus padres acerca de la afectación que te produce la relación que mantienes con ellos si este fuera el caso. Háblales de tu necesidad y de tus proyectos y explícales que el hecho de que te vayas de su lado no significa que los vayas a dejar de querer.
Comparte la responsabilidad del cuidado con tus hermanos. Si tienes varios hermanos, hagan una reunión familiar para pensar en el futuro de sus padres, decidan de qué manera podrán compartir las responsabilidades y el cuidado de ellos si lo necesitan en algún momento. Pide ayuda cuando sientas que no puedes cargar con la responsabilidad solo.
No te sientas culpable. Cada uno es responsable de vivir su propia vida, apóyalos generosamente tanto emocional como económicamente, pero hasta donde tú puedas. Cumple con los acuerdos establecidos de antemano y vive tu vida con tranquilidad. Evita que se involucren en tu vida privada, es importante que entiendan que tú tienes tu propia vida y responsabilidades.
Recuerda que si tú les pides ayuda a tus padres para que cuiden a tus hijos, te cocinen e inclusive te vas a vivir a la casa de ellos, no puedes molestarte si más tarde se meten en tu vida. Tal vez se han ganado el derecho de opinar para continuar apoyándote más allá.
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Psicólogos Perú: Hipnosis y regresiones. Terapia de Pareja. Psicólogo Luis Venegas Chalen.
domingo, 11 de abril de 2010
LA CLAVE PARA UN AMOR DURADERO
Primer Acto: Me lastimaste.
Segundo Acto: Como tu me lastimaste, yo te lastimé.
Tercer Acto: tú me lastimas más porque te acabo de lastimar, entonces yo te lastimo aún más. Después tú me lastimas otra vez, y yo te lastimo de nuevo. Otra vez tú me lastimas porque yo te acabo de lastimar, y yo te lastimó todavía más, etc.
El punto: es fácil portarse frío, humillante e insensible con alguien quien te ha dicho o hecho algo que tú percibes como frío, humillante o insensible.
Pero ése es el punto. Eso es lo más fácil de hacer.
Normalmente la mayoría de la gente no es mala como especie. Simplemente somos débiles.
Se requiere de esfuerzo para poder hablar de forma valiente, consciente, tierna y abierta sobre el dolor que sentimos, antes de que todo nos caiga encima negativamente.
Sí, se requiere de esfuerzo para tomar la vía difícil y poder expresar tus debilidades y tus preocupaciones con sencillez y cariño. Pero este esfuerzo vale la pena. Porque el amor y la conexión son tus verdaderas fuentes de felicidad. No el dinero, ni los zapatos, ni los autos deportivos, y definitivamente tampoco la satisfacción de sentirte bien acerca de alguien o algo. Aunque sé que esta última a veces nos hace sentir que en realidad somos felices, pero al final sólo nos trae más miseria que gloria.
La próxima vez que alguien a quien tú estimas te haga algo malo, haz un esfuerzo, sé valiente y mata a ese monstruo mientras que aún es pequeño.
Con esto en mente, aquí te doy algunas sugerencias de comunicación para que las recuerdes siempre:
1. Escoge el momento y el lugar adecuado.
¿Tienes por lo menos 30 minutos de tiempo sin interrupciones? ¿Estás en un lugar en donde tu pareja siente que él o ella puede hablar abiertamente y sin prejuicios? ¿Acaso estás en un restaurante ruidoso, en donde es difícil escuchar y necesitas gritar, incluso antes de que tu pareja te motive a hacerlo? Normalmente el mejor lugar para hablar es tu propia casa, a solas, en donde pueden sentarse y verse uno al otro, y a los ojos. Muchos psicólogos sugieren tomes de la mano a tu pareja mientras hablan. Esto ayuda a mantener una conexión cálida durante los momentos más difíciles de la conversación.
2. Antes de comenzar una conversación difícil, deja en claro con tu pareja que tu objetivo es sólo mejorar la relación.
Admite que reconoces que hablar de temas difíciles puede resultar incómodo, pero que prefieres tener una conversación difícil ahora, a tener una relación menos íntima, decadente y poco sincera después. Recuérdale a tu pareja cuánto lo/la valoras. Halaga algunas de sus cualidades que aprecies. En general, debes de estar 100% seguro/a de que tu pareja entienda completamente tu objetivo, y que crea que hablando incrementarán su amor, sin lastimarse, y antes de comenzar con la discusión.
3. Si estás disgustado/a con tu pareja por algo en específico, trata de no generalizarlo al decir “Siempre haces esto. Siempre haces aquello”.
Generalizar simplemente intensificará el estado emocional de tu pareja, pues es mucho más vago y poco creíble. Seamos honestos. Un “siempre” es en realidad algo muy poco probable. Los psicólogos están de acuerdo en limitar la plática al evento específico y reciente que los está molestando. Pues hacer ofensas sobre situaciones pasadas es evidencia inadmisible.
4. Sé consciente y trata de empezar la mayoría de tus frases con “Yo”.
Del mismo modo, trata de no empezar las frases con “Tú”.
La meta: sé dueño/a de tus sentimientos. No deshonres a tu pareja. Por ejemplo, trata de decir algo como: “Siento que ayer me estabas ignorando, y esto me ha dolido. Realmente necesitaba tu cariño después de que mi propuesta fue rechazada en la oficina”, en lugar de: “Eres frío/a, desalmado/a, y nunca me ofreces ni un poco de apoyo”.
5. Crea un beneficio obvio para hablar.
Planea algo para que tú y tu pareja quieran hablar de nuevo. En otras palabras, asegúrate de terminar la conversación enlistando conscientemente todas las cosas positivas que han aprendido gracias a la plática. Haz una lista específica de todas las nuevas acciones que ambos intentarán llevar a cabo para mantener la relación tan fuerte y cariñosa como sea posible.
¡Ah...y aquí es cuando la maravillosa recompensa de “sexo de reconciliación” debe de entrar! De esta forma, al terminar con una nota “positiva y gratificante”, la próxima vez que surja una conversación difícil asociarás esto con hablar de cosas positivas como: ¡“Hacer el amor, y no la guerra”!
Karen Salmansohn es consejera de vida y autora de 27 libros famosos, incluyendo los éxitos: “Basta”, “Maldita sea” y “Hasta Dios es soltero (Así que ya no molesten)”.
Notas para recordar:
El no comunicarse es una solución fácil (pero no inteligente) para salir del problema. Admite que algunos aspectos del amor son difíciles.
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Segundo Acto: Como tu me lastimaste, yo te lastimé.
Tercer Acto: tú me lastimas más porque te acabo de lastimar, entonces yo te lastimo aún más. Después tú me lastimas otra vez, y yo te lastimo de nuevo. Otra vez tú me lastimas porque yo te acabo de lastimar, y yo te lastimó todavía más, etc.
El punto: es fácil portarse frío, humillante e insensible con alguien quien te ha dicho o hecho algo que tú percibes como frío, humillante o insensible.
Pero ése es el punto. Eso es lo más fácil de hacer.
Normalmente la mayoría de la gente no es mala como especie. Simplemente somos débiles.
Se requiere de esfuerzo para poder hablar de forma valiente, consciente, tierna y abierta sobre el dolor que sentimos, antes de que todo nos caiga encima negativamente.
Sí, se requiere de esfuerzo para tomar la vía difícil y poder expresar tus debilidades y tus preocupaciones con sencillez y cariño. Pero este esfuerzo vale la pena. Porque el amor y la conexión son tus verdaderas fuentes de felicidad. No el dinero, ni los zapatos, ni los autos deportivos, y definitivamente tampoco la satisfacción de sentirte bien acerca de alguien o algo. Aunque sé que esta última a veces nos hace sentir que en realidad somos felices, pero al final sólo nos trae más miseria que gloria.
La próxima vez que alguien a quien tú estimas te haga algo malo, haz un esfuerzo, sé valiente y mata a ese monstruo mientras que aún es pequeño.
Con esto en mente, aquí te doy algunas sugerencias de comunicación para que las recuerdes siempre:
1. Escoge el momento y el lugar adecuado.
¿Tienes por lo menos 30 minutos de tiempo sin interrupciones? ¿Estás en un lugar en donde tu pareja siente que él o ella puede hablar abiertamente y sin prejuicios? ¿Acaso estás en un restaurante ruidoso, en donde es difícil escuchar y necesitas gritar, incluso antes de que tu pareja te motive a hacerlo? Normalmente el mejor lugar para hablar es tu propia casa, a solas, en donde pueden sentarse y verse uno al otro, y a los ojos. Muchos psicólogos sugieren tomes de la mano a tu pareja mientras hablan. Esto ayuda a mantener una conexión cálida durante los momentos más difíciles de la conversación.
2. Antes de comenzar una conversación difícil, deja en claro con tu pareja que tu objetivo es sólo mejorar la relación.
Admite que reconoces que hablar de temas difíciles puede resultar incómodo, pero que prefieres tener una conversación difícil ahora, a tener una relación menos íntima, decadente y poco sincera después. Recuérdale a tu pareja cuánto lo/la valoras. Halaga algunas de sus cualidades que aprecies. En general, debes de estar 100% seguro/a de que tu pareja entienda completamente tu objetivo, y que crea que hablando incrementarán su amor, sin lastimarse, y antes de comenzar con la discusión.
3. Si estás disgustado/a con tu pareja por algo en específico, trata de no generalizarlo al decir “Siempre haces esto. Siempre haces aquello”.
Generalizar simplemente intensificará el estado emocional de tu pareja, pues es mucho más vago y poco creíble. Seamos honestos. Un “siempre” es en realidad algo muy poco probable. Los psicólogos están de acuerdo en limitar la plática al evento específico y reciente que los está molestando. Pues hacer ofensas sobre situaciones pasadas es evidencia inadmisible.
4. Sé consciente y trata de empezar la mayoría de tus frases con “Yo”.
Del mismo modo, trata de no empezar las frases con “Tú”.
La meta: sé dueño/a de tus sentimientos. No deshonres a tu pareja. Por ejemplo, trata de decir algo como: “Siento que ayer me estabas ignorando, y esto me ha dolido. Realmente necesitaba tu cariño después de que mi propuesta fue rechazada en la oficina”, en lugar de: “Eres frío/a, desalmado/a, y nunca me ofreces ni un poco de apoyo”.
5. Crea un beneficio obvio para hablar.
Planea algo para que tú y tu pareja quieran hablar de nuevo. En otras palabras, asegúrate de terminar la conversación enlistando conscientemente todas las cosas positivas que han aprendido gracias a la plática. Haz una lista específica de todas las nuevas acciones que ambos intentarán llevar a cabo para mantener la relación tan fuerte y cariñosa como sea posible.
¡Ah...y aquí es cuando la maravillosa recompensa de “sexo de reconciliación” debe de entrar! De esta forma, al terminar con una nota “positiva y gratificante”, la próxima vez que surja una conversación difícil asociarás esto con hablar de cosas positivas como: ¡“Hacer el amor, y no la guerra”!
Karen Salmansohn es consejera de vida y autora de 27 libros famosos, incluyendo los éxitos: “Basta”, “Maldita sea” y “Hasta Dios es soltero (Así que ya no molesten)”.
Notas para recordar:
El no comunicarse es una solución fácil (pero no inteligente) para salir del problema. Admite que algunos aspectos del amor son difíciles.
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miércoles, 7 de abril de 2010
RELACIONES DE PAREJA
Con frecuencia, al enamorarnos, nuestro estilo de vida cambia de manera insospechada. En la mayoría de los casos la pareja se convierte en el centro de nuestra atención, hasta el punto de que abandonamos nuestra identidad, dejando olvidados nuestros sueños, metas, intereses personales y hasta las relaciones familiares y sociales que manteníamos antes de iniciar la relación sentimental.
Esto nos puede parecer muy normal, pues sabemos que compartir nuestra vida en pareja implica ceder parte de nuestra individualidad para incluir a la otra persona, de manera que podamos experimentar el placer de la vida compartida. Pero es importante conservar parte de nuestra identidad y no renunciar completamente a ella, pues esto significaría perder totalmente la autonomía que nos hace falta para definir el rumbo y el sentido que le daremos a nuestra vida; además, un cierto grado de autonomía nos dará la fortaleza y la capacidad de establecer ciertos limites que cuiden de nuestra integridad, bienestar y derecho a la felicidad.
Hay personas que pagan un precio muy alto por permanecer al lado de la pareja y lograr un poco de su atención y cariño, cuando, en realidad, el maltrato no es sólo físico sino emocional y psicológico, sometiéndose a la humillación de suplicar por el amor y la compañía de la persona que las domina, renunciando, así, a sus propias expectativas de vida.
Al sentirse incapaces de expresar sus necesidades y sentimientos verdaderos, e inseguros de afrontar y tomar las riendas de su propia vida, deciden convertirse en alguien que no son, para tratar de complacer las necesidades y expectativas que de ellos tiene la pareja. El día en que el vacío, la tristeza, la nostalgia, la ira o la frustración se instalan en su corazón, se dan cuenta de que el amor se ha ido escapando. Es, entonces, cuando se preocupan y se lamentan del poco interés que demuestra la pareja, sintiéndose victimas del sacrificio que hicieron y del desamor.
¿Hasta dónde y hasta cuándo?
Si has reconocido algunas de las señales que indican que el bienestar de la relación está en peligro, en lugar de ignorarlas, toma la iniciativa de conversar sobre la situación, para que ambos puedan expresar lo que sienten y lo que esperan, asumiendo el riesgo que implica preguntar y recibir respuestas cuando de sentimientos se trata. La vida en pareja no debe ser una experiencia cargada de sufrimiento, sino una oportunidad de compartir el camino y las vivencias que los lleven a conseguir la plenitud. El amor, el respeto a la individualidad, la comunicación, la valoración, la intimidad, los detalles, las caricias, la fidelidad y el compromiso de mantener encendida la llama de la pasión, entre otros aspectos, harán que la convivencia tenga un profundo y especial significado.
"La clave para querer a otra persona, es quererte a ti mismo y darte el valor necesario para conservar la autonomía que te permita compartir la vida sin perderte de vista".
Prepárate. Renueva tus sueños, recupera tus amigos, ahorra, prepárate en algún arte u oficio para aportar al hogar y tener la autonomía necesaria en caso de perder el apoyo de tu pareja.
Ten un proyecto personal. Independientemente de los planes y las metas que tengan en común, interésate en tener un proyecto propio. Puede ser terminar los estudios que abandonaste, inscribirte en algún curso, practicar algún deporte o desarrollarte profesionalmente sin poner en riesgo el equilibrio familiar.
Pídele apoyo a tu pareja. Hagan el compromiso de apoyarse para cambiar esos hábitos y actitudes que tanto daño les han causado. Acuerden alguna seña que les recuerde sonreír, soltar, suavizar el carácter, ser amables o, simplemente, respirar y disfrutar el momento.
Crea espacios para conversar. Es muy importante hablar con frecuencia acerca de lo que sentimos y pensamos, sin juzgar o buscar culpables, más bien con la intención de limar las asperezas y superar las dificultades para acercarnos y satisfacernos más.
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Esto nos puede parecer muy normal, pues sabemos que compartir nuestra vida en pareja implica ceder parte de nuestra individualidad para incluir a la otra persona, de manera que podamos experimentar el placer de la vida compartida. Pero es importante conservar parte de nuestra identidad y no renunciar completamente a ella, pues esto significaría perder totalmente la autonomía que nos hace falta para definir el rumbo y el sentido que le daremos a nuestra vida; además, un cierto grado de autonomía nos dará la fortaleza y la capacidad de establecer ciertos limites que cuiden de nuestra integridad, bienestar y derecho a la felicidad.
Hay personas que pagan un precio muy alto por permanecer al lado de la pareja y lograr un poco de su atención y cariño, cuando, en realidad, el maltrato no es sólo físico sino emocional y psicológico, sometiéndose a la humillación de suplicar por el amor y la compañía de la persona que las domina, renunciando, así, a sus propias expectativas de vida.
Al sentirse incapaces de expresar sus necesidades y sentimientos verdaderos, e inseguros de afrontar y tomar las riendas de su propia vida, deciden convertirse en alguien que no son, para tratar de complacer las necesidades y expectativas que de ellos tiene la pareja. El día en que el vacío, la tristeza, la nostalgia, la ira o la frustración se instalan en su corazón, se dan cuenta de que el amor se ha ido escapando. Es, entonces, cuando se preocupan y se lamentan del poco interés que demuestra la pareja, sintiéndose victimas del sacrificio que hicieron y del desamor.
¿Hasta dónde y hasta cuándo?
Si has reconocido algunas de las señales que indican que el bienestar de la relación está en peligro, en lugar de ignorarlas, toma la iniciativa de conversar sobre la situación, para que ambos puedan expresar lo que sienten y lo que esperan, asumiendo el riesgo que implica preguntar y recibir respuestas cuando de sentimientos se trata. La vida en pareja no debe ser una experiencia cargada de sufrimiento, sino una oportunidad de compartir el camino y las vivencias que los lleven a conseguir la plenitud. El amor, el respeto a la individualidad, la comunicación, la valoración, la intimidad, los detalles, las caricias, la fidelidad y el compromiso de mantener encendida la llama de la pasión, entre otros aspectos, harán que la convivencia tenga un profundo y especial significado.
"La clave para querer a otra persona, es quererte a ti mismo y darte el valor necesario para conservar la autonomía que te permita compartir la vida sin perderte de vista".
Prepárate. Renueva tus sueños, recupera tus amigos, ahorra, prepárate en algún arte u oficio para aportar al hogar y tener la autonomía necesaria en caso de perder el apoyo de tu pareja.
Ten un proyecto personal. Independientemente de los planes y las metas que tengan en común, interésate en tener un proyecto propio. Puede ser terminar los estudios que abandonaste, inscribirte en algún curso, practicar algún deporte o desarrollarte profesionalmente sin poner en riesgo el equilibrio familiar.
Pídele apoyo a tu pareja. Hagan el compromiso de apoyarse para cambiar esos hábitos y actitudes que tanto daño les han causado. Acuerden alguna seña que les recuerde sonreír, soltar, suavizar el carácter, ser amables o, simplemente, respirar y disfrutar el momento.
Crea espacios para conversar. Es muy importante hablar con frecuencia acerca de lo que sentimos y pensamos, sin juzgar o buscar culpables, más bien con la intención de limar las asperezas y superar las dificultades para acercarnos y satisfacernos más.
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