¿Cuantas veces terminamos hiriendo a los que más queremos con nuestras actitudes y comentarios, sin notarlo? Te has preguntado alguna vez. ¿Cómo podríamos relacionarnos con la misma persona que amamos, sin lastimarnos?
Somos diferentes en lo personal. Cada uno de nosotros ha sido formado con parámetros, consideraciones, creencias y valores propios y diferentes al resto de las personas y aun, cuando espiritualmente estemos hechos de la misma naturaleza... Nuestras diferencias personales, nos separaran si nos fijamos en ellas, al momento de relacionarnos y de convivir con la persona amada.
Hay personas que desde el comienzo de la relación, ya están pensando que cuando se casen lograrán cambiar aquellas actitudes que le molestan de su futura pareja; otras, una vez que se establece la convivencia, se pasan la vida en común, queriendo cambiar o doblegar la forma de ser de su pareja, casi siempre con la intención de mejorar su condición de vida. Ciertamente podemos aportar sugerencias positivas, producto de nuestra experiencia, a la otra persona, pero debemos aprender a respetar el proceso y el tiempo que le tome, para decidir si la incorpora o no. Ahora bien, cuando nos convertimos en personas perseguidoras del otro a través del sermón, la critica o el juicio constante, corremos el riesgo de que esta actitud nos lleve a distanciarnos, a enfriarnos y hasta crear un resentimiento que nos impulse a agredirnos.
¿Alguna vez has pensado en la posibilidad de aceptar a tu pareja como es? Reflexiona acerca de las cualidades y de las limitaciones personales que tiene tu pareja y pregúntate si pudieses vivir de buena manera con ellas.
Aquellas características positivas de la personalidad de la pareja que encontramos en el comienzo de la relación, debieran bastar para que tengamos una buena convivencia y si a lo largo de ella, vamos transformándonos el uno al otro para convertirnos en mejores personas, este será un regalo extra, producto del amor, la entrega y el trabajo que hemos realizado individualmente, por el bienestar de los dos y de los niños que formen parte de nuestro espacio familiar.
Forzar a la pareja a aceptarnos a sabiendas de que tenemos ciertos hábitos o actitudes negativas hacia nosotros mismos o hacia nuestros seres queridos, es una falta de consideración y respeto hacia la persona que nos ama. Espero que ni en los momentos más difíciles digas la frase: Yo soy así y si me quieres bien y si no...
Comienza por reconocer todo lo positivo
Deja de fijarte en todo lo negativo que hace tu pareja y comienza a reconocer todos sus esfuerzos positivos. Evita decir tu nunca o tu siempre especialmente si es para referirte a sus errores.
Recuerda aquello que te hizo enamorar, es posible que continúe ahí.
No hagas comentarios hirientes
Cuando estas alterado, generalmente dices cosas que mas tarde cuando ha bajado la emoción te arrepientes de haber dicho. Evita hacer uso del conocimiento que tienes de sus debilidades para herirlo más. Ya es suficiente con el dolor que se han causado producto de la discusión.
Pide disculpas rápidamente
No te acuestes a dormir peleado y sin hablarle a tu pareja. Se tú quien tome la iniciativa para pedir disculpas y recuperar el buen animo entre los dos. Recuerda que cualquier esfuerzo dirigido a sanar las heridas y a conectarnos de nuevo al amor siempre será beneficioso para los dos.
Piensa antes de hablar
Pregúntate siempre antes de hacerle una observación a tu pareja si vas a ayudarle de alguna manera con ella. Luego encuentra el mejor momento y las palabras adecuadas para que reciba tu observación de buena manera y no como una crítica más dirigida a descalificarle o a bajar su autoestima.
Disponte a hacer las paces
Acepta los esfuerzos que hace tu pareja por animarte y disculparse. Evita mantenerte cerrado y resentido, busquen juntos la mejor manera de solucionar sus diferencias y asuman el compromiso de hacer cuanto sea necesario para lograrlo entre los dos. Si todavía lo quieres, vale la pena sonreír y pasar el resto de la vida juntos y a gusto.
Busquen ayuda de un buen profesional
Cuando sabes que las diferencias parecen irreconciliables, es importante buscar la ayuda de un consejero que los ayude a encontrar el camino para lograr la reconciliación, y así fortalecer el amor que existe entre los dos.
Muchas personas se han pasado la vida buscando a ese alguien especial que los amara incondicionalmente, para toda la vida. Valoremos el esfuerzo que realiza nuestra pareja para entregarnos lo mejor y tratemos de corresponderle con Amor.
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