Eviten discutir delante de los hijos.
Me da gusto cuando las parejas consultantes
mencionan que nunca vieron discutir a sus padres:
eso significa que dichos padres se cuidaron bastante
de no discutir frente a los hijos,
ya que como toda pareja que ha sido criada
en distintos ambientes, va a haber diferencias de opinión.
Sin embargo, ambos o uno de los dos puede ser
el más consciente, maduro, sensato, espiritual,
a veces uno y a veces el otro,
para darse cuenta de que es necesario arreglar sus diferencias
en otro espacio, saliendo del lugar,
yendo a otra habitación, enviando a los hijos a otra habitación, etc.
Para las parejas aún solteras y/o sin hijos,
vayan entrenándose en mejorar su comunicación,
sus discusiones para que logren entrenarse en lograr
la estabilidad emocional de ambos como pareja
antes de traer hijos al mundo.
Y para los que ya son padres, hay esperanza:
siempre se puede mejorar
SI UNO ASÍ LO DESEA.
La mejor disciplina (en vez de decirles que no griten)
es mediante el ejemplo de los propios padres
que no gritan entre sí para solucionar sus dificultades.
Que su infancia sea incluso mejor que la nuestra.