jueves, 18 de marzo de 2010

CELOS ENFERMIZOS

¿Es víctima de celos enfermizos? Sepa qué hacer.

El Ministerio de Salud informó que un 30% de los suicidios registrados en lo que va del año fueron provocados por problemas conyugales o “conducta celotípica”

Preocupante. De las 70 personas que se suicidaron en lo que va del año, el 30% lo hizo por problemas conyugales o conducta celotípica (celos enfermizos), según informó el médico Freddy Vásquez Gómez, jefe del Programa de Prevención de Suicido del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado–Hideyo Noguchi, del Ministerio de Salud.

Los celos excesivos o “conducta celotípica” están ligados a la afectividad y relacionados a la inseguridad y desconfianza hacia la pareja.

El especialista recomienda a las personas estar atenta durante la etapa del enamoramiento o noviazgo, por ser un tiempo propicio para ver si la mujer o el varón presenta “conductas celotípicas”. Para estos casos recomienda recurrir a terapias individuales y de pareja, pero sobre todo basar la relación en la comunicación y confianza.

ALGO NORMAL, PERO...

Vásquez Gómez explicó que si bien es natural sentir celos hay que cuidar que la situación no se salga de control y empiecen a presentarse conductas como las llamadas incesantes al celular para saber dónde y con quién está la pareja, y si está coqueteando con alguien más.

“Esto lleva a una relación enfermiza. Uno de los involucrados provoca miedo o temor y ocasiona la depresión de la persona afectada” advirtió.

El psiquiatra explicó que en el Perú se están incrementando muchos casos de “conducta celotípica”, provocada principalmente por una conducta machista.

Recuerde que los casos de celos enfermizos casi siempre desencadenan en violencia familiar, perjudicando la situación laboral y económica de la familia y pueden culminar, como se ha dicho, en homicidio, suicidio de la mujer o del varón, o incluso de los hijos.

Ver el artículo original con comentarios en:
http://elcomercio.pe/noticia/448311/victima-celos-enfermizos-sepa-que-hacer
En el comentario #22 de esa noticia, propongo algunas soluciones para los celos patológicos.

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martes, 16 de marzo de 2010

SIEMPRE JUNTOS

Cuando nos enamoramos, vivimos momentos llenos de emoción, ilusión, entrega y pasión. Nos sentimos como niños, dispuestos a dar y a entregar lo mejor de cada uno de nosotros. Pero a pesar de lo maravilloso que significa vivir la etapa mágica del enamoramiento, para que éste se mantenga en el tiempo y la relación florezca de forma positiva, queda todavía un largo camino por recorrer.

Podemos encontrar en una relación, compañía, cariño, apoyo, interés, amistad, confianza, protección, comprensión... en fin, una serie de valores indispensables para complementar nuestro bienestar emocional. Pero en ningún momento deberíamos esperar que la otra persona se convierta en el sentido absoluto de nuestra vida, en el responsable de nuestra felicidad, en la respuesta a todas nuestras inquietudes, en la solución a nuestros problemas, en el responsable de todo lo que nos pasa o en el proveedor de todo lo que nos hace falta materialmente, porque si es así, sufriremos la frustración de ver negadas nuestras expectativas.

Todo lo positivo que encontremos en nuestra pareja al comienzo de la relación, debería ser suficiente para iniciar y mantener una convivencia sana, grata, que con el tiempo y debido a las transformaciones personales que ocurran en cada uno de nosotros, vaya aumentando el bienestar y la satisfacción de los dos.

Es importante comprender que para experimentar un mayor bienestar, tenemos que asumir la responsabilidad de trabajar en nosotros mismos para cambiar algunas de las programaciones negativas que nos sabotean esa posibilidad. Con el apoyo, el interés y la compañía de nuestra pareja podremos sanar las heridas del pasado, bajar el nivel de expectativa y disfrutar aún más de cada momento positivo y agradable que compartimos.

Mantener el amor entre los dos, implica el cuidado diario de la relación. Aprendamos a mantener a raya el estrés para que no trastorne nuestra manera de ser, evitemos traer los problemas del trabajo a la relación todo el tiempo, dejemos de hablar constantemente sobre los que nos preocupa o inquieta con respecto al futuro. Mantener una cierta higiene emocional, nos ayudará a proteger la relación de todas las situaciones inesperadas y cambiantes que puedan afectar nuestra vida.

Para que una relación de pareja funcione, existe una serie de elementos que tenemos que tomar en cuenta:

Respetate a ti mismo. Recuerda que nosotros le enseñamos a los demás cómo es que van a tratarnos. El amor nos exige entregarnos, pero sin perder de vista nuestros propios deseos y necesidades. En la medida en que te valores y respetes más, tu pareja aprenderá a respetarte y a valorarte.

No renuncies a tus sueños personales. No puedes abandonar tus sueños. Muchas veces las personas abandonan sus sueños personales pensando que al ayudar a su pareja a cumplir los suyos se sentirán igualmente llenos. Es momento de recordar que cada uno de nosotros debe buscar y alcanzar el éxito a través del cumplimiento de sus propias metas aun cuando éstas sean compartidas con la pareja.

No permitan que los padres de ambos intervengan en la relación. La lealtad hacia la pareja debería ser más importante que cualquier compromiso familiar. En algunos casos, los comentarios y la presencia constante de los padres termina afectando negativamente la relación. Establecer límites firmes y amplios les permitirá construir una vida juntos tomando en cuenta los intereses y las necesidades de ambos.

Recuerda que tu pareja no ve las cosas como tú. La mayoría de los desacuerdos que experimentamos en la convivencia obedecen a la necesidad que tenemos de cambiar el comportamiento de la otra persona. Esperamos que piense, actúe y analice las situaciones igual a como lo haríamos nosotros. Reconocer y aceptar nuestros diferentes puntos de vista, nos ayudará a ganar una visión más amplia de cada situación.

Podemos establecer acuerdos. Querer convencer a nuestra pareja para que siempre nos dé la razón, puede llevarnos a una crisis y a la separación. No podemos sentarnos en la mesa esperando que el otro haga lo que nosotros queremos, llegar a un acuerdo significa tomar en cuenta el planteamientos de cada uno y luego construir una tercera alternativa tomando en cuenta la necesidad de los dos.

Hablar siempre de nosotros. El bienestar de una relación de pareja siempre depende del trabajo y la atención de los dos. Cuando comenzamos a ver la relación unilateralmente hacemos juicios y críticas constantemente. Además nos vamos volviendo apáticos, irritables, dramáticos o indiferentes, con el riesgo de apagar la llama del amor. Mantener siempre la actitud de incluir, tomar en cuenta o considerar a nuestra pareja, nos hará sentir queridos e importantes.

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viernes, 12 de marzo de 2010

SABER ESCUCHAR

Hoy en dia todos queremos hablar y hay muy pocos dispuestos a escuchar. Una persona me comentaba en estos días que ya sólo saluda a sus clientes diciéndoles ¡hola!, porque si agrega la pregunta: ¿Cómo está?, inmediatamente viene una respuesta larguísima acompañada de la historia en detalle de todos sus males personales. Y ya sea como esta persona que se siente cansada para cargar con las historias de los demás o porque estamos agobiados con tantas cosas pendientes que tenemos en la cabeza o porque definitivamente no tenemos el hábito de escuchar sino que hemos desarrollado la capacidad de hablar todo el tiempo y sin parar, no nos escuchamos lo suficiente.

La comunicación es una calle de doble vía y es más sabio muchas veces escuchar con atención a los demás, que hablar.

No saber escuchar provoca errores y la mayoría de nuestros conflictos personales. El mal oyente reclama la atención de quien habla, piensa en lo que dirá entretanto, interrumpe para controlar la conversación y generalmente se aferra a sus opiniones. Algunos de los obstáculos de la comunicación son: Un ambiente lleno de ruido donde se nos dificulta hablar y escuchar a la otra persona; los prejuicios, las ideas y la actitud que tenemos con respecto a nuestras diferencias con los demás; el estatus, porque atendemos a aquellas personas que nos parecen más importantes y preparadas que otras; el pensar sólo en la satisfacción de nuestros propios intereses; y el ruido interior que nos impide prestar atención al mensaje o a la persona que nos habla.

Para ser un buen oyente tenemos que dejar de lado nuestros propios asuntos y escuchar a la persona con un interés genuino, que nos permita comprender su historia. Un buen oyente no es la persona que analiza las palabras y su significado conceptualmente, sino el que logra que la persona que habla se siente apreciado y motivado a expresar sus ideas y sentimientos.

Escuchar significa atender totalmente a la persona que nos habla, sin interrumpirlo, sin juzgarlo o criticarlo. Implica muchas veces dejar lo que estamos haciendo para prestarle un poco de atención. Cuántas veces le hablas a tu pareja de algo importante mientras él o ella están viendo televisión o leyendo el periódico... te contestan mecánicamente, tú le dices que no te presta atención y te responde casi literalmente tu frase final... ¿Cómo te sientes? Estoy segura de que lo que te gustaría es que apagara el televisor o cerrara el periódico y te pusiera atención. Cuando nos escuchan, nos sentimos queridos e importantes, además muchas veces ocurre que después de contarle nuestra historia a un buen amigo, como por arte de magia, alcanzamos la claridad que nos permite reconocer la salida o la solución y todo esto, sin que nuestro amigo haya abierto la boca para darnos su sabio consejo. Así funciona la magia de escucharnos y apoyarnos en todo momento. Prestar atención al escuchar es un gesto de amor.

Podemos aprender a escuchar bien:

GUARDA SILENCIO. Mientras la otra persona te habla, mantén un silencio respetuoso y atento. Si te es posible, mírale a los ojos, de esta manera sentirá que le atiendes y que te interesas por sus ideas o vivencias. Evita interrumpirlo para opinar o criticarlo con ligereza. Espera hasta que haya finalizado para compartir con él tus comentarios.

MUESTRATE INTERESADO. Puedes hacer gestos afirmativos mientras te habla para mostrar que estás siguiendo la conversación. También puedes usar frases afirmativas, como: "Entiendo cómo te sientes", "Estoy seguro de que harás lo mejor"; sirven para darle confianza a nuestro interlocutor y al mismo tiempo, muestran nuestro interés en su historia y el deseo sincero de apoyarlos.

RESUMIR LA CONVERSACION. Asegúrate de que la persona terminó de hablar preguntándole: ¿Ya terminaste? ¿Quieres decirme algo más? Y luego hazle un resumen de sus ideas para asegurar la claridad de la comunicación y tu comprensión de su historia. Además, así le haces saber a tu interlocutor que estás esforzándote por comprenderlo.

APAGA TU MENTE. Mientras escuchas a la otra persona deja de pensar en que tus ideas, planteamientos o decisiones son mejores. Concéntrate en el deseo de comprender qué siente, cómo piensa, qué sabe y qué puede aportar a tu vida en este momento. Muéstrate abierto a los puntos de vista de los demás, sin juzgarlos y sin anticiparte a lo que la otra persona va a decir. Recuerda de vez en cuando detenerte para darle espacio a la otra persona de expresar sus ideas o hacer sus comentarios.

Practica escuchar con atención y con amor a tus seres queridos, tal vez descubras que son personas diferentes a las que imaginabas... Darles un espacio respetuoso y seguro donde puedan expresarse, los hará sentir queridos y especiales.

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miércoles, 10 de marzo de 2010

¿ERES ALERGICO A LOS CONSEJOS?

Tengo una amiga que acaba de terminar con una relación sentimental donde no recibía ningún tipo de satisfacción afectiva, se mantenía en ella solo por la justificación que daba a cada situación que vivía con su pareja. Durante algún tiempo sus amigos más cercanos le sugirieron que terminara con esa relación, que no era buena ni justa para ella, que era preferible que se quedara sola un tiempo mientras sanaba. Pero ella, siempre tenía una explicación para justificar su negativa a romper definitivamente.

Reflexionando acerca de su situación, encontré un factor común presente en diferentes situaciones por las que atraviesan muchas personas adultas, la negativa a escuchar y considerar como válidos los comentarios o sugerencias que nos hacen aquellas personas que nos quieren incondicionalmente, y que lo único que desean es nuestro bienestar.

Es cierto que no podemos dejarnos llevar por las consideraciones o los consejos que nos dan los demás, porque en la mayoría de los casos, lo que buscan es satisfacer su interés personal. Pero hay personas diferentes, aquellas a las que nos une un vínculo afectivo limpio y desinteresado construido a través del cariño, deberíamos, al menos, escuchar lo que nos dicen, para luego reflexionar y decidir si aceptamos su comentario o lo desechamos. ¿Alguna vez habías pensado en esto?

Escuchar a la otra persona, no quiere decir que estemos obligados a hacer lo que él o ella sugiere que hagamos... sólo implica abrir una pequeña puerta a través de la cual podamos recibir un comentario imparcial y objetivo que nos permita considerar otros aspectos de la situación que enfrentamos y que por sentirnos afectados, no podemos observar con claridad.

Durante la infancia, muchas personas estuvieron sometidas a la presión de unos padres dominantes y perseguidores que constantemente les decían qué hacer, y por esta razón crecieron con una cierta rebeldía o posición defensiva frente al comentario, consejo o sugerencia que le hacen los demás. "Nadie aprende por experiencia ajena"... dice una frase popular que nos recuerda, que cada uno de nosotros tiene su momento y su oportunidad para reconocer una verdad. No importa cuántas veces alguien intentó mostrarte la perspectiva real de tu situación, sólo la pudiste reconocer cuando estabas listo para asumirla.

La próxima vez que tu pareja, un buen amigo o una persona en la que confías se acerque para hacerte un comentario o darte una sugerencia... pregúntate: ¿Quién va a salir beneficiado realmente si yo tomo en cuenta sus palabras? ¿El o yo? Así te será más fácil abrirte para escuchar.

Cuando somos jóvenes, pensamos que somos capaces de conducirnos sin necesidad de que nuestros padres o las figuras de autoridad nos digan o sugieran cómo hacerlo... pero lo cierto es que casi todos descubrimos en el tiempo, que si hubiésemos escuchado con más conciencia, nos habríamos evitado parte del sufrimiento. Atrévete a mejorar la comunicación y a recuperar la confianza entre tus padres y tú. Recuerda que ellos siempre quieren lo mejor para ti.

De vez en cuando nos hace falta descansar o apoyarnos en la confianza que nos produce una persona, no porque seamos débiles y busquemos su aprobación sino, porque su estilo de vida, sus experiencias con resultados positivos y el amor incondicional que siente hacia nosotros, nos muestre que podemos hacerlo. No seas dependiente emocionalmente de los demás ni te dejes manipular por ellos para satisfacer sus propios intereses, esto no es justo para ti. Decide buscar las personas apropiadas con quienes compartir tus inquietudes o tus dudas, de manera que puedas confiar en su consejo.

Para tener presente

- Cuando estás afectado no tienes la claridad necesaria para analizar una situación

- Evita justificar situaciones injustas y difíciles para ti

- Busca el apoyo y la compañía de una persona en la que confías. Enfrentar solo un problema lo hace más difícil de resolver

- Abrete mentalmente para escuchar y luego reflexionar acerca de la sugerencia que te haga otra persona

- Tú eres el único que puede y debe tomar la decisión final. No busques el que otros lo hagan por ti

Si alguien confía en ti... Antes de hacer un comentario con ligereza, colócate en su lugar para que puedas comprender qué siente o qué piensa. Después, comparte con esa persona tus comentarios sin juzgarlo o descalificarlo. Ayúdalo a analizar los pro y los contra de su situación, evita tomar decisiones por él. Hazlo con respeto y mucho cariño, muchas veces esto es suficiente para que la otra persona encuentre por sí misma la respuesta o la claridad que está buscando.

Suelta el pasado...

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lunes, 8 de marzo de 2010

RESPETO A NUESTRAS DIFERENCIAS

¿Cuantas veces terminamos hiriendo a los que más queremos con nuestras actitudes y comentarios, sin notarlo? Te has preguntado alguna vez. ¿Cómo podríamos relacionarnos con la misma persona que amamos, sin lastimarnos?

Somos diferentes en lo personal. Cada uno de nosotros ha sido formado con parámetros, consideraciones, creencias y valores propios y diferentes al resto de las personas y aun, cuando espiritualmente estemos hechos de la misma naturaleza... Nuestras diferencias personales, nos separaran si nos fijamos en ellas, al momento de relacionarnos y de convivir con la persona amada.

Hay personas que desde el comienzo de la relación, ya están pensando que cuando se casen lograrán cambiar aquellas actitudes que le molestan de su futura pareja; otras, una vez que se establece la convivencia, se pasan la vida en común, queriendo cambiar o doblegar la forma de ser de su pareja, casi siempre con la intención de mejorar su condición de vida. Ciertamente podemos aportar sugerencias positivas, producto de nuestra experiencia, a la otra persona, pero debemos aprender a respetar el proceso y el tiempo que le tome, para decidir si la incorpora o no. Ahora bien, cuando nos convertimos en personas perseguidoras del otro a través del sermón, la critica o el juicio constante, corremos el riesgo de que esta actitud nos lleve a distanciarnos, a enfriarnos y hasta crear un resentimiento que nos impulse a agredirnos.

¿Alguna vez has pensado en la posibilidad de aceptar a tu pareja como es? Reflexiona acerca de las cualidades y de las limitaciones personales que tiene tu pareja y pregúntate si pudieses vivir de buena manera con ellas.

Aquellas características positivas de la personalidad de la pareja que encontramos en el comienzo de la relación, debieran bastar para que tengamos una buena convivencia y si a lo largo de ella, vamos transformándonos el uno al otro para convertirnos en mejores personas, este será un regalo extra, producto del amor, la entrega y el trabajo que hemos realizado individualmente, por el bienestar de los dos y de los niños que formen parte de nuestro espacio familiar.

Forzar a la pareja a aceptarnos a sabiendas de que tenemos ciertos hábitos o actitudes negativas hacia nosotros mismos o hacia nuestros seres queridos, es una falta de consideración y respeto hacia la persona que nos ama. Espero que ni en los momentos más difíciles digas la frase: Yo soy así y si me quieres bien y si no...

Comienza por reconocer todo lo positivo

Deja de fijarte en todo lo negativo que hace tu pareja y comienza a reconocer todos sus esfuerzos positivos. Evita decir tu nunca o tu siempre especialmente si es para referirte a sus errores.
Recuerda aquello que te hizo enamorar, es posible que continúe ahí.

No hagas comentarios hirientes

Cuando estas alterado, generalmente dices cosas que mas tarde cuando ha bajado la emoción te arrepientes de haber dicho. Evita hacer uso del conocimiento que tienes de sus debilidades para herirlo más. Ya es suficiente con el dolor que se han causado producto de la discusión.

Pide disculpas rápidamente

No te acuestes a dormir peleado y sin hablarle a tu pareja. Se tú quien tome la iniciativa para pedir disculpas y recuperar el buen animo entre los dos. Recuerda que cualquier esfuerzo dirigido a sanar las heridas y a conectarnos de nuevo al amor siempre será beneficioso para los dos.

Piensa antes de hablar

Pregúntate siempre antes de hacerle una observación a tu pareja si vas a ayudarle de alguna manera con ella. Luego encuentra el mejor momento y las palabras adecuadas para que reciba tu observación de buena manera y no como una crítica más dirigida a descalificarle o a bajar su autoestima.

Disponte a hacer las paces

Acepta los esfuerzos que hace tu pareja por animarte y disculparse. Evita mantenerte cerrado y resentido, busquen juntos la mejor manera de solucionar sus diferencias y asuman el compromiso de hacer cuanto sea necesario para lograrlo entre los dos. Si todavía lo quieres, vale la pena sonreír y pasar el resto de la vida juntos y a gusto.

Busquen ayuda de un buen profesional

Cuando sabes que las diferencias parecen irreconciliables, es importante buscar la ayuda de un consejero que los ayude a encontrar el camino para lograr la reconciliación, y así fortalecer el amor que existe entre los dos.

Muchas personas se han pasado la vida buscando a ese alguien especial que los amara incondicionalmente, para toda la vida. Valoremos el esfuerzo que realiza nuestra pareja para entregarnos lo mejor y tratemos de corresponderle con Amor.

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viernes, 5 de marzo de 2010

Y VIVIERON FELICES...

Nos gustaría que la felicidad y el amor nos acompañaran a vivir toda la vida... Muchas personas han llegado a pensar que son una utopía; tal vez marcados por el dolor de una ruptura, y que sólo existen en la mente de aquellos que los desean.

Estoy seguro que cuando te casaste lo hiciste pensando en que sería para siempre y tal vez hoy te encuentres como una persona que me escribió hace poco y que acaba de tomar la decisión de divorciarse de su esposo después de muchos años de casados. Tienen un hijo, una casa que consiguieron con el esfuerzo y el trabajo de ambos y una cantidad de recuerdos y momentos compartidos con ilusión y sentimiento.

La primera reacción es pensar que todo es una pesadilla y que realmente no te está sucediendo. Más tarde viene la negación acompañada de un gran sentimiento de confusión: Esto no me está pasando a mí, tiene que haber una equivocación en alguna parte... aun, cuando tu cabeza fría y sin sentimientos te muestra los hechos. Lo próximo es el dolor, esa sensación que pareces no aguantar dentro del pecho, que te quita el sueño, las ganas de comer, te roba la alegría y hasta las ganas de vivir. Por último aparece el temor, ese sentimiento que se alimenta de todos tus pensamientos negativos, de las imágenes nefastas de todo lo que supones que te ocurrirá a ti y a tus hijos producto de esta separación. Es así como el sufrimiento se instala en tu interior avivado por el círculo que se genera entre tus pensamientos y temores.

Te conviertes entonces en la resistencia más fuerte a vencer, pues cada vez que algún ser querido se acerca para compartir contigo palabras alentadoras y positivas, respondes o piensas: Es que no comprenden lo que siento, es que no están en mi situación.

Tienes razón de sentirte adolorido y molesto con la vida, después de todo esta es una de las pérdidas más grandes que puedes experimentar, sobre todo si estabas enamorada de verdad, tenías la fantasía de que era recíproco y que sería para siempre. Aun así, estoy segura de que llegará ese instante mágico en que te sientas lo suficientemente fortalecida como para cerrar ese capítulo de tu vida, trabajar el perdón, pasar la página y comenzar a vivir de nuevo con confianza y alegría.

Yo sé que en este momento observas frente a ti un panorama incierto y que desconfías del efecto real que tienen mis palabras y las de todas las personas que tratan de apoyarte para que salgas de nuevo a la superficie de la vida, es natural, te tomará tiempo comprobarlo. Estoy seguro que lo superarás y que en un tiempo te preguntarás por qué no te diste cuenta de todas las señales que estuvieron presente durante la última etapa de la relación. ¡Gracias a Dios, todo pasa!

Definitivamente es diferente la situación, cuando eres tú quien toma la decisión de separarse con serenidad y responsabilidad; quiero decir habiendo tratado de solucionar los conflictos o las diferencias entre los dos y sin haberlo logrado. En cambio, si lo haces porque el comportamiento de tu pareja te obliga a tomar una decisión como esa, tu dolor será parecido al de la persona que abandonan en contra de sus sentimientos.

Vamos, ¡tú puedes levantarte de ahí! Vive tu duelo con intensidad, llora todo lo que necesites, hazlo hasta que ya no te queden lágrimas. Comparte tu tristeza con tus amigos verdaderos o con tu familia si sabes que puedes apoyarte en ellos, porque no te enjuiciarán, no te presionarán para que rectifiques tu decisión, sino que comprenderán y respetarán tu proceso dándote el cariño y la protección que necesites.

Hay personas que silenciosa y estoicamente soportan el dolor sin darse el permiso de liberarlo y pedir ayuda para superarlo. Espero que no seas tú una de esas personas. Mereces otra oportunidad, concédetela con gentileza.

Para recordar:

- Lo más importante para la estabilidad de tus hijos es tu recuperación emocional.

- Deja de darle vueltas una y otra vez en tu cabeza a los recuerdos amargos. No te sientas víctima.

- Es natural que experimentes temor de continuar tu vida solo.

- Si tu decisión es terminar, no guardes expectativas de continuar con la relación, porque así te harás menos daño.

- No involucres a tus hijos en el proceso. No los obligues a tomar partido. Ambos seguirán siendo sus padres.

- Cada vez que te asalten los miedos, repítete a ti mismo: "Yo puedo superar esta situación por difícil que sea", "Yo puedo continuar adelante con mi vida", "Vamos a estar muy bien". La repetición de frases afirmativas y positivas te ayudará a tener la fortaleza, el valor y la confianza para salir adelante.

- Recuerda que nunca estás solo, la presencia de Dios te acompaña siempre. Piensa que tienes la oportunidad de madurar y descubrir un nuevo significado del amor y la felicidad, que tendrás la oportunidad de compartir con tus hijos cuando te vuelvas a enamorar.

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miércoles, 3 de marzo de 2010

CUANDO TU PAREJA SE VA

Me sorprende la fuerza que tiene en muchas personas el deseo de permanecer al lado de una pareja que sentimentalmente no desea continuar con la relación y que, además, expresa abiertamente que ya no siente amor.

Cómo es posible que en algunos casos el temor a quedarnos solos, el falso orgullo o una baja estima nos lleven a manipular a la otra persona para que se quede a nuestro lado, pensando que de esta manera lograremos reavivar la llama del amor...

Tengo una amiga que en este momento, sufre el desamor de su pareja, piensa que ya no tiene sentido continuar viviendo, mucho menos seguir trabajando por cumplir sus metas. Su depresión es inmensa, llora casi todo el tiempo y no acepta las invitaciones que le hacemos sus amigos para distraerla un poco, para ayudarla a calmar su ansiedad y a sanar su dolor. Ella ha decidido encerrarse a vivir su duelo indefinidamente.

¿Qué puedo hacer para ayudarla a salir de ahí, a superar su difícil situación a pesar de ella? ¿Cómo evitar que sienta tanto dolor y resentimiento? Pienso que lo primero que debemos hacer para ayudarla es colocarnos en su lugar y comprender cómo se siente, de manera que podamos mostrar la empatía necesaria que le permita abrirse para escuchar y aceptar nuestros comentarios y sugerencias amorosas y desinteresadas. Mostrar respeto por el dolor del otro es el principio de un trabajo que nos dejará apoyarle a lo largo del proceso que le llevará a sanar sus heridas sentimentales para recuperar su autoestima, dejar el pasado atrás, perdonar y, más adelante, darse otra oportunidad.

En verdad no es fácil experimentar una pérdida sentimental, comprendo tu situación y sentimientos. Aún así quiero sugerirte que te des el tiempo necesario para sanar tus heridas, que mantengas distancia física con tu ex pareja, que evites darle vuelta en tu cabeza una y otra vez al recuerdo del momento de la ruptura tratando de buscar los detalles que te den una pista para descubrir las razones que causaron el que tomara esa decisión. Evita sentirte culpable absoluta, recuerda que la responsabilidad del bienestar o del malestar de la relación siempre es de dos. Disponte a perdonar a la persona despues de haber tomado la decisión valiente de soltarte, para conceder el espacio que ambos necesitan para reflexionar acerca de todo lo sucedido.

Recuerda que cuando la ausencia, el abandono o el desamor no tienen remedio, tenemos que saber pasar la página para sanar el corazón y recuperar la alegría por la vida.

Claves para superar el desamor

Acepta tu realidad. A la persona que ha sufrido el abandono, le costará mucho aceptar que la relación se ha terminado... pero, siendo esto muy duro, es el primer paso para iniciar un proceso de recuperación emocional. Acepta lo que no puedes cambiar, para que el dolor salga rápidamente de tu vida.

Vence el deseo imposible. A pesar de que tu deseo sea conservar a la persona amada, debes reunir el valor y la determinacion para soltarte de esa expectativa. Recuerda que aunque pienses que vas a morir sin la compañía de tu pareja, no es así, morirá la dependencia, pero tú retomarás la vida de una manera más positiva.

Vive tu duelo. Aceptar y respetar tu dolor implica vivir el duelo de una pérdida significativa. Llora si tienes ganas, siéntete víctima, desahógate... y luego toma la decisión firme y valiente de impulsarte para salir de nuevo a la superficie de la vida. Tú puedes salir de ahí para recuperar de nuevo la alegría de vivir.

Perdona. Aun cuando creas que tu pareja es responsable de la ruptura de la relación, es importante que puedas llenar tu corazón de comprensión para perdonarle. Sólo a través del perdón sincero podemos sanar las heridas y soltar los lazos que nos mantuvieron atados al pasado a través del recuerdo triste del dolor vivido. Perdona desde el corazón y pasa la página.

Quiérete y valórate. Es importante que aprendas a valorarte por ti mismo, que puedas reconocer y apreciar tus cualidades y tus características más positivas; elevarás tu autoestima, fortaleciendo la confianza en ti mismo, vencerás la culpa que te pueda asaltar y podrás retomar tu vida con valor, confianza y determinacion.

Dejar pasar el tiempo es la mejor medicina. Distrae tu mente, acompáñate de buenos amigos, concéntrate en hacer las tareas cotidianas con dedicación, reconoce la presencia de Dios en tu interior y recupera tu paz, recordando que todo sucede por una buena razón, aunque en este momento no puedas reconocerlo. Eres una persona especial y mereces atraer a tu vida a una pareja que te valore, te respete y ame de la misma manera como tú estás dispuesto a hacerlo.

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martes, 2 de marzo de 2010

PREPARADO PARA VIVIR EN PAREJA

Tengo una Amiga, relativamente joven, que en este momento está sin pareja. Ella ha vivido su soltería obligada con tranquilidad, inclusive podría decir que hasta con entusiasmo. Pero en los últimos meses ha comenzado a sentirse visiblemente desanimada y agresiva, producto de la incapacidad repentina de aceptar y manejar la soledad por más tiempo. Conversando con ella resaltan frases que repiten otras personas que se encuentran en la misma situación: “Yo creo que me voy a quedar sola”, “Me reuní hace unos días con mis amigas y la mayoría está casada y hasta tres de ellas ya tienen hijos”, “Ya no quiero ir a las reuniones familiares para que me pregunten si tengo novio y cuándo me voy a casar”, “Es muy difícil encontrar una pareja en estos días”... Son muchas las razones por las cuales una persona adulta permanece sola y es difícil predecir si en algún momento encontrará la persona ideal con la que sueña compartir la vida. Yo creo que gran parte de los obstáculos a vencer se encuentran en nuestra mente y son los prejuicios o las creencias que adquirimos desde muy pequeños y que además son reforzados con los comentarios de nuestros amigos y familiares frecuentemente. Por ejemplo una autoestima baja hace que creamos que nadie lo suficientemente bueno se fijará en nosotros o que no seremos capaces de mantener una relación. Otra de las causas podría ser nuestra actitud independiente, generada por vivir tanto tiempo solos y tener que resolver todas las situaciones por nosotros mismos, al volvernos autosuficientes y capaces, muchas veces alejamos a las otras personas de nuestro lado. También puede sucedernos que al haber pasado mucho tiempo solos, nos hallamos acostumbrado a nuestra libertad y a nuestro espacio personal siendo cada vez más difícil compartirlo con otra persona que será diferente de nosotros en sus hábitos y comportamiento. Pero también es posible que una experiencia sentimental difícil en el pasado nos convierta en personas agresivas y distantes, construyendo una coraza emocional que nosotros no vemos pero que los demás reconocen con facilidad. Otra posibilidad es que nuestras expectativas acerca de nuestra pareja ideal sean tan altas que no encontremos a nadie que nos haga sentir mariposas en el estómago. Esta última me parece que es una de las más comunes. Todos conocemos la teoría que dice: Tener una relación de pareja implica compartir parte de nuestro espacio de libertad e intimidad con la otra persona, de manera que ambos nos sintamos incluidos y tomados en cuenta. ¿Pero estamos listos para hacerlo?

En la medida en que nos acostumbramos a vivir solos, vamos acomodando el estilo de vida a nuestras necesidades y deseos, haciendo que sea más difícil ceder parte de nuestro territorio cuando llegue el momento de compartirlo.

Este es el momento perfecto para iniciar un proceso de autobservación. Reconoce tus actitudes, escucha tus palabras y mírate en el espejo para conocer tu expresión corporal y luego pregúntate si eres la persona ideal que puede atraer a su vida a esa persona especial que estas esperando. Si la respuesta es no, prepárate para serlo. Nadie llega a nuestra vida por casualidad, todo encuentro es causal y si queremos cambiar el patrón de las personas que atraemos tenemos que hacer algún cambio significativo en nuestra personalidad y comportamiento.

Algunas claves para recibir el amor

Valórate a ti mismo. Lo primero que tienes que hacer es reconocer y valorar tus cualidades y las características positivas de tu personalidad. Cree que eres una persona muy especial que merece compartir su vida con una persona que te respete, ame y valore lo suficiente. Muéstrate como eres y alguien especial llegará a tu vida para compartirla.

Perdona. El próximo paso consiste en practicar el perdón hacia esa persona que de una u otra forma te afectó, haciendo que construyeras una coraza emocional para protegerte del dolor y la traición en una nueva relación. Llénate de amor y perdónalo, para que puedas pasar la página y sanar tu corazón.

Deja de esperar. Vive tu vida con entusiasmo y alegría. Sé tú mismo, practica algún deporte o un hobbie. Es importante que salgas del encerramiento en el que te encuentras... Anímate a pasar un buen rato con tus amigos o con los compañeros del trabajo, inscríbete en un club o en una actividad donde conozcas personas nuevas y diferentes.

No permitas que la soledad te lleve a involucrarte en una relación sin que exista amor verdadero, haciéndote pagar un precio altísimo por un poco de cariño y compañía. ¡Eres una persona muy especial!

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lunes, 1 de marzo de 2010

A TIEMPO PARA EL AMOR

Tenemos una pareja de amigos, casados desde hace 14 años, con problemas como los de todas las parejas, pensaban ellos... hasta hace unos días, cuando él le pidió el divorcio a ella, y comenzó una historia llena de vacío y tristeza...

La primera pregunta que nos pasa por la mente es: ¿Qué paso? Pero si todo estaba tan bien... ¡tiene que ser que se enamoró de otra! En una relación generalmente, el hombre se preocupa de cuidar a su pareja si esta es más joven o muy atractiva y nosotras, sólo cuando notamos que él empieza a actuar diferente, sale muy perfumado, se preocupa por su ropa... es entonces cuando nuestra luz de alarma se enciende y sentimos que algo no anda bien a pesar de que sólo unas horas antes, considerábamos que nuestra relación era a prueba de fuego, en un momento... la preocupación nos invade. Ojalá, que las sospechas sean infundadas y no sea demasiado tarde.
Nuestra relación de pareja es como una casa, que por fuera se ve muy bien, pero por dentro se puede estar desmoronando... tal vez la magia se ha perdido, y no nos hemos dado cuenta, a pesar de que las señales están ahí... Algunas de las señales de alarma que nos muestran que algo anda mal en la relación son: cuando ya no existen los detalles, cuando nos interesa pasar más tiempo con los amigos que con la pareja, cuando discutimos por todo, cuando los silencios en compañía se vuelven eternos, cuando hablamos y pareciera que lo hacemos en dos idiomas completamente diferentes... tal vez se esfumó o dejamos escapar la pasión o la química que había entre los dos. Esto no ocurre por la decisión de alguien, sino por negligencia y falta de cuidado.

Si sentimos que nuestra relación peligra, evitemos sentirnos culpables, los problemas en una relación siempre son causados por dos... tratemos de invertir algo de tiempo, creatividad y el deseo de mantener una magnifica relación. Si hay amor... ¡esto hará la diferencia!

¿Cómo avivar la llama del amor?

Atiende a las señales: Recuerda que es importante resolver los pequeños desacuerdos, aun cuando ya haya pasado la afectación, siguen estando pendientes por resolver. ¿Cómo es la comunicación entre ustedes? Es hora de cambiar, anímate, entrégate, háblale y sobre todo escúchalo, interésate sinceramente en él y en sus cosas, sé consecuente con sus debilidades y vulnerabilidad.

Vuélvete divertida: ¿Recuerdas cuando tú y tu pareja se reían sin motivo aparente? Muchas veces consideramos el matrimonio como una empresa constituida sólo para pagar cuentas, tener hijos, tener una linda casa, la ropa limpia y muchas obligaciones más, sin un minuto de tregua o descanso... vayan a divertirse juntos, consigue una persona de confianza que cuide tus hijos una vez a la semana y ¡salgan a disfrutar y a renovar el amor!

Refuerza la confianza: Deja de perseguir a tu pareja, evita la cantaleta o la critica permanente. Conviértete en su cómplice, en su mejor amigo, complácelo de vez en cuando en sus caprichos a veces sin sentido, comparte sus sueños y fracasos sin juzgarlo ni desanimarlo. Dale su espacio, y te aseguro que lo sorprenderás.

Sorpréndelo: Vence la monotonía. Hacer algo inesperado, demuestra que estás pensando en él, equivale a declarar: Eres especial para mí, te llevo en mi corazón, aunque no estemos juntos todo el tiempo.
No tiene que ser costoso pero sí especial, que tal ese helado delicioso de las mil calorías o ese arroz que su mamá le preparaba, pero que a ti no te gusta...

Cuida tu apariencia: Siempre, mantente linda y atractiva para él y para ti. No hay ninguna excusa para estar desarreglada y decir... es que tengo tantas cosas que hacer... ¡que más da, ya me conoce arreglada! La relación crece en la seguridad de lo cotidiano y lo habitual, pero también requiere de la refrescante novedad y espontaneidad para que no se deteriore.

No permitamos que las muchas obligaciones y la rutina del día a día, nos hagan perder la riqueza del amor entre los dos... Decidan cambiar de actitud a tiempo de avivar la llama del amor y convertir el matrimonio y la vida juntos, en una gran aventura que les permita crecer y enriquecer la relación y la familia. No permitas que la chispa de la relación se apague con el tiempo, trata de revivir esos días cuando tú y tu pareja se conocieron, recuerden el sentimiento que los envolvía cada vez que se veían y se murmuraban dulces tonterías. ¡Avivemos la llama del amor!

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viernes, 26 de febrero de 2010

NOVIOS PARA SIEMPRE

El Noviazgo es una de las más bellas etapas en la relación de pareja, porque es la época durante la cual mostramos nuestra mejor cara, hacemos todo lo que sea necesario para agradar al otro y hacerlo sentir muy especial. Durante este tiempo, tenemos detalles, toleramos y comprendemos a la otra persona, estamos dispuestos a perdonar y a pasar por alto ciertas diferencias sin dejar que nos afecten, nos sentimos motivados y entusiasmados para compartir con la pareja, soñamos juntos y hasta proyectamos lo que será nuestra vida en común. Viéndolo de esta manera, ¿no crees tú que deberíamos ser novios por el resto de la vida? El noviazgo no debería ser sólo una etapa corta y maravillosa que desaparece una vez asumido el compromiso de vivir juntos, para darle paso a otra etapa complicada y desconocida, la convivencia, en donde uno de los dos o los dos al mismo tiempo van cambiando su actitud y comportamiento para convertirse en los perfectos extraños.

La mayoría de las veces el día a día, las responsabilidades y la rutina hacen aflorar una serie de características de la personalidad totalmente desconocida; el estrés y la tensión hacen que ya no cuidemos los detalles, la comunicación, el trato y los gestos que teníamos. Algunas personas se preguntan en ese punto:

¿Es que se acabó el amor?
Qué sensaciones tan especiales tenemos cuando estamos enamorados y somos correspondidos. Tu corazón late aceleradamente cuando te encuentras con ella, te sonrojas, sientes las famosas mariposas en tu estómago… y quiero decirte que en la medida en que cumples años, las sigues sintiendo aunque más calmadas. El deseo de acompañarte con él o con ella, de compartirlo todo y descubrir sus gustos e intereses… ¿Te acuerdas? ¡Puede continuar siendo así! Rescata el amor de todas las presiones y tensiones a la que está sometido en este momento, recuerda cuáles fueron las cosas que te hicieron enamorar, los momentos especiales que compartieron y apóyate en ellos para renovar los votos de amor y comenzar de nuevo una época de noviazgo y enamoramiento. Hemos tenido el regalo de conocer parejas de amigos con muchos años de casados y novios eternos, verlos te recuerda que bien vale la pena hacer crecer el amor entre los dos, fortaleciendo el respeto, la comunicación, el cariño, los detalles, la intimidad y los buenos momentos.

Si en este momento estás solo, tienes la oportunidad de convertirte en la persona ideal que atraiga a su vida a esa pareja con la que deseas compartir el resto de la vida. Prepárate y pregúntate si estás dispuesto a compartir tu espacio vital, a aceptar sus diferencias, a conocer y aprender sus gustos e intereses, si estás más dispuesto a dar que a recibir.

Estás listo para querer y que te quieran sin permitir que las heridas del pasado se interpongan en tu felicidad.

1. Cultivar lo mejor de cada uno para que tengan un mayor crecimiento y desarrollo personal. Recordemos que la relación de pareja en una especie de pote en común donde cada uno coloca lo mejor de sí mismo para sumar al bienestar de los dos.

2. Ser auténticos. Mostrarnos tal cual somos, con nuestras cualidades y limitaciones, hará que podamos conocernos y aceptarnos sin esperar que el otro sea una persona diferente.

3. Fortalecer la empatía entre los dos. Colocarnos en el lugar de la otra persona, para ver las cosas desde su perspectiva hará que sea más sencillo el estar dispuestos a comprender y aceptar sus diferentes puntos de vista.

4. Valorar sus cualidades. En muchos casos sólo llaman nuestra atención los defectos o las características negativas de la otra persona, es muy importante que podamos reconocer sus cualidades y resaltarlas al momento de compartir.

5. Mantener el respeto del uno hacia el otro. Ahí donde terminan tus derechos comienzan los de tu pareja. Cuida tus palabras, gestos y comentarios en todo momento.

6. Afinidad de objetivos e intereses. La pareja ideal no es la que se mira tiernamente el uno al otro, son los que miran y caminan juntos en una misma dirección.

7. Sean cariñosos. Es imprescindible expresarlo todos los días, no permitas que las responsabilidades del día a día te hagan olvidarlo. Las palabras amables, los detalles y las caricias son un medio para expresarlo.

8. Reconozcan los logros, el esfuerzo y las cualidades de la pareja. Más importante que fijarte en sus defectos o debilidades lo es el resaltar todas sus cualidades, esto te ayudará a reconocerla y a valorar su presencia en tu vida.

¡Trabajen cada día para hacer más feliz a su pareja!

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miércoles, 24 de febrero de 2010

EL ARTE DE RECLAMAR

Hacer un reclamo o una observación nos resulta, a veces, bastante difícil. Algunas personas optan por quedarse calladas, temerosas de ocasionar más problemas o de herir susceptibilidades, esperando, con su actitud pasiva, conseguir la aprobación o la consideración de los demás al tratar de mostrarse complacientes; piensan que si reclaman, serán un elemento de discordia dentro del grupo, o correrán el riesgo de que las consideren conflictivas, exigentes o más bien débiles de personalidad.

En realidad no está en la naturaleza de los humanos hacerle daño a los otros; por el contrario, siempre estamos esperando ser aceptados, apreciados y respetados por los demás. Vivimos buscando la mejor manera de mantener una buena relación con las personas y, sin embargo, a veces, sin darnos cuenta, terminamos maltratándolas, incluso a las que más amamos.

Es importante que aprendamos a expresar nuestro malestar cuando nos sentimos maltratados, ignorados o abusados, pues de lo contrario guardaremos un gran resentimiento y tendremos la peor de las opiniones acerca de esa persona, convirtiéndonos en víctima de la situación, y sin darnos la oportunidad de afrontarla para resolverla. Recordemos que todas las emociones que reprimimos se convierten, con el tiempo, en una especie de veneno que nos afecta negativamente.

Cuando alguien sufre las consecuencias de la conducta injusta de otra persona debe reclamar de inmediato, buscando siempre la mejor manera de hacerlo, pues lo más seguro es que quien haya causado la ofensa no esté consciente del daño que ha hecho. La mayoría de las veces vale la pena brindarle la oportunidad de reconocer y corregir sus errores. Expresar lo que sentimos de una forma justa nos ayuda a mantener buenas relaciones. ¡Aprendamos a hacerlo!

Haz tu reclamo personalmente. Siempre es mejor hablar directamente con la persona que nos ha afectado. Nunca tratemos de hacerle llegar el reclamo por intermedio de otro, pues las cosas, en vez de arreglarse, tenderán a complicarse.

Busca el momento adecuado. Es importante elegir el mejor momento para expresar lo que sentimos y pensamos, cuidando siempre las palabras que vamos a usar para que nuestro mensaje sea recibido y comprendido por la otra persona.

No hagas comparaciones. Éstas predisponen a los demás, hacen que se cierren y que no quieran oír nuestros comentarios aunque éstos sean justificados. A ninguna persona le gusta que le digan que otra lo hace mejor o es más competente.

Evita los preámbulos. Muchas veces le damos tantas vueltas a lo que vamos a decir con frases como "Espero que no te vayas a molestar, pero…", que en lugar de tranquilizar a nuestro interlocutor, logramos que se ponga a la defensiva, interrumpiendo así una buena comunicación.

No te excuses por hacer tu comentario. Sentirte culpable o atemorizado después de expresar tu malestar o frustración le restará valor y fuerza a tu reclamo; además, despertará dudas en la otra persona.

Haz tu reclamo sin emoción. No le pongas carga emocional a tus palabras. El miedo, la agresividad, la ironía, el sarcasmo o el desdén sólo contribuirán a complicar las cosas. La objetividad, la serenidad, la madurez y la paciencia serán tus mejores herramientas.

Muéstrate agradecido. Una vez que hayas hecho tu reclamo no digas frases como: "Espero que esta situación no se vuelva a repetir", más bien, si la persona está dispuesta a hacer algo para corregirlo, dile mirándola a los ojos: "Gracias por escuchar mis observaciones ". Recuerda hacer una sola observación a la vez, porque si haces varios reclamos al mismo tiempo, corres el riesgo de desmoralizar al otro hasta el punto de que se sienta agredido y no solucione nada.

Pide lo que otro pueda corregir. Podemos pedirle que no levante la voz, pero no que esté de acuerdo en todo con nosotros. Podemos insistir en que cambie su forma de reclamar, pero no pedirle que no lo haga cuando sea necesario.

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martes, 23 de febrero de 2010

FUENTES DE DERIVACION



FUENTES DE INTERCONSULTA, DE REFERENCIA O DE RECOMENDACION


Es importante tener presente cómo se realizó la derivación de la pareja y qué relación tienen los miembros de aquélla con la figura del derivador.


  1. Amigos o familiares que han realizado terapia de pareja con buenos resultados. En general, promueven una buena llegada de la pareja.

  2. Profesionales médicos, psicólogos o psicopedagogos que intervienen con algún hijo de la pareja. También es este caso es importante averiguar cómo es valorada esa figura por cada miembro de la pareja.

  3. Educadores de algún hijo de la pareja.

  4. Abogados, o directamente la Justicia.

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domingo, 21 de febrero de 2010

LA PRIMERA ENTREVISTA

La primera entrevista de cualquier tratamiento es crucial. El objetivo imprescindible, cuando se realiza con una pareja, es el de construir con ellos una mirada, en algo mínimamente, al menos, diferente de la que traían al entrar.

Toda primera entrevista tiene dos momentos previos a la concreción:

1) la derivación y
2) el contacto telefónico que habitualmente define el momento del encuentro.

jueves, 18 de febrero de 2010

CICLO VITAL DE LAS PAREJAS

Entre 1 y 3 años de matrimonio: luna de miel

Entre 4 y 7 años de matrimonio: la crisis

Entre 8 y 10 años de la unión: calma en el hogar

De 11 a 14 años unidos: un feliz matrimonio, pero...

Entre 15 y 19 años de convivencia: consolidación

De 20 a 28 años de unión: dulce hogar

Más de 30 años: retiro del trabajo e independencia de los hijos

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MOTIVOS DE CONSULTA

¿Por qué motivos consultan más frecuentemente las parejas?
  • Desajustes en la convivencia frente a una crisis vital

  • Frecuentes discusiones por diversos temas

  • Un miembro de la pareja con alguna enfermedad definida como psiquiátrica, psicosomática u orgánica

  • Derivación de alguna consulta previa por otro miembro de la familia, por ejemplo, un hijo

  • Dificultad para la toma de una decisión vital

  • Adicción de algún tipo en ambos o uno de los miembros de la pareja

  • Episodios de violencia doméstica

  • Dificultades ante nuevas organizaciones familiares

  • etc.

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martes, 16 de febrero de 2010

FUNCIONES DEL TERAPEUTA DE PAREJAS


  • Ampliar la comprensión sobre la percepción que tiene cada miembro de la pareja, tanto de sí mismo como del otro.

  • Ampliar la comprensión sobre la percepción que tiene cada miembro de la pareja sobre el terapeuta.

  • Ampliar la comprensión sobre la percepción que cada miembro de la pareja tiene sobre el tema por el que consultan.

  • Enriquecer, en base a lo anterior, la construcción relacional del problema.

  • Tomar contacto con las creencias que dificultan y con las que facilitan la capacidad para ponerse en la piel del otro.

  • Reconocer, en esas creencias, los determinantes del género.

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sábado, 13 de febrero de 2010

FUNCIONES DE LA PAREJA

¿Para qué sirve la pareja?
  • Confirmación de la identidad

  • Tendencia a la completud

  • Célula de organización social

  • Acatamiento o rebeldía a mandatos sociales y/o familiares

  • Sustento afectivo y/o económico

  • Intermediario para otros logros

  • Perpetuación de la especia

  • Fuente de reaseguro sexual

  • Emancipación

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jueves, 11 de febrero de 2010

OBJETIVOS DE LA TERAPIA DE PAREJAS


OBJETIVOS GENERALES:


  • Reducir o disolver el problema o síntoma que trae a la pareja a la consulta.

  • Una interacción más funcional a través de: a) Promover redefiniciones sobre la pareja y/o cada uno de sus miembros; b) Escucharse mutuamente, evitar circuitos autoperpetuantes, desechar sentimientos negativos, aclarar temáticas no enfrentadas.

  • Lograr la responsabilidad mutua en el conflicto, saliendo de la situación de "víctima".

  • Lograr un auto y heteroconocimiento "mejor".

  • Favorecer los cambios graduales para mejorar la relación.

  • Contribuir en la definición de continuar o no con la relación.

  • Rescatar los mejores recursos de cada miembro de la pareja.

  • Construir con la pareja una comprensión actual-histórica del problema, más funcional que la que traen.

  • Generar formas para salir del problema de manera concreta y realizable.

  • Favorecer la mayor apertura o cierre de sus fronteras como pareja.

  • Ampliar las actitudes de cada miembro, ligadas a su género y a sus mandatos.

  • Lograr un CAMBIO.

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