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jueves, 20 de mayo de 2010

CLAVES PARA DARLE VIDA A TU CORAZON

1 Haz un calendario personal. Señala en él cada una de las fechas que son importantes porque te conectan a emociones y sentimientos positivos.

2 Haz una oración para pedir felicidad. Orar funciona. Vale la pena hacerlo para agradecer por lo bueno que llega a nuestra vida y también para pedir regalos y bendiciones.

3Las dificultades son temporales. Generalmente somos nosotros los que les damos fuerza y poder a los momentos difíciles con nuestros miedos y pensamientos.

4 Usa aromas agradables. Oler puede mejorar tu estado emocional. Enciende una velita o una varita de incienso antes de ir a la cama, dormirás más profundo y relajado.

5 Envía un mensaje de apoyo y cariño. Haz una nota con frases como: ¡Eres especial!, ¡Te quiero mucho!, y colócala en un lugar donde tus seres queridos puedan encontrarla.

6 Llénate de cariño. Sólo por un día evita juzgar y criticar a tus seres queridos. Piensa en ellos con amor, y practica aceptarlos como son.

7 Crea un ritual para levantarte. Puedes escuchar tu música preferida, meterte en la cama unos minutos más con tus hijos, preparar un desayuno especial.

8 Mantén la esperanza. Cierra los ojos y recuerda alguna situación que te inquiete, respira e imagina que vienen ángeles en tu ayuda, que todo se resuelve de la mejor manera.

9 Mira el cielo. Detente por unos minutos para observar y disfrutar del cielo, mira como se mueven las nubes, las formas que crean, reconoce los colores, siente la paz.

10 Aprende de tus errores. Reconoce tus errores, acéptalos y en lugar de castigarte, pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esto? y ¿qué puedo hacer para corregirlos?

11 Asume un reto. Si de vez en cuando te sientes desmotivado, plantéate un reto, vence alguna limitación o aprende algo nuevo. ¡Siempre podemos volver a comenzar!

12 Respira desde tu abdomen. Imagina que tu abdomen se llena de aire y luego bótalo suavemente. Esto te ayudará a bajar la tensión y el estrés.

13 Reconoce la puerta que está abierta. En lugar de quedarte parado y sufriendo frente a la puerta que se cerró en tu vida, busca la otra que seguro ya está abierta y comienza de nuevo.

14 Consiéntete un poco. Generalmente vivimos para complacer a otros. De vez en cuando date un gusto sin sentirte culpable, ¡eres especial y te lo mereces!.

15 Haz una caja de recuerdos. En una caja mete objetos que te recuerden los gratos momentos. Abrela con frecuencia y conéctate a ellos.

16 Administra las noticias negativas. Es bueno mantenerse informado, pero escuchar sólo noticias negativas puede elevar el nivel de ansiedad y estrés.

17 Guarda una foto inspiradora. Elige la foto de un paisaje, una mascota o un ser querido que con sólo mirarla te haga sentir alegría y amor.

18 Suelta la tensión de tus hombros. Toma aire mientras subes los hombros, déjalos ahí por unos segundos, luego exhala y bájalos lentamente. Hazlo varias veces.

19 Haz un cumplido. Tómate un par de minutos para hacerle un cumplido a otra persona.

20 Practica el perdón. Llena tu corazón de amor y envíale un pensamiento de perdón a esa persona que te hirió. Sana el resentimiento y libérate de ese recuerdo.

21 Toma un poco de sol. Tomar unos minutos de sol temprano en la mañana te ayudará a sentirte bien y a dormir mejor.

22 Aprecia el momento de llegar a casa. Detente unos minutos antes de abrir la puerta para sentir que llegaste a tu hogar a salvo. Deja afuera todas las preocupaciones.

23 Realiza un acto bondadoso. Hacer acciones solidarias, positivas y amorosas nos ayuda a sentirnos mejor.

24 Baja el estrés. Haz una lista con todo lo que tienes pendiente y ocúpate de las cosas más sencillas.

25 Sonríe. Asume el compromiso de sonreírle a todas las personas con las que te encuentres. Obtendrás una sonrisa de vuelta.

26 Camina una hora al día. Prueba caminar al aire libre para oxigenarte y relajar la tensión.

27 Reúnete con tus amigos. Llámalos e invítalos a compartir un buen rato.

28 Canta en la ducha o en el carro. Atrévete a cantar a pesar de tu temor a hacer el ridículo. Te sentirás muy bien.

29 Camina descalzo en el jardín. Hazlo imaginando que todas tus preocupaciones las absorbe la tierra.

30 Revive momentos felices. Ve al rescate de los momentos gratos de tu vida, recuérdalos con detalle, y llénate de los sentimientos positivos que te produjeron.

31 Juega con tus hijos. Comparte con ellos un buen partido de su deporte favorito, un juego de mesa o una buena película. Acércate a ellos y hazlos sentir queridos.

32 Abrete a recibir. A veces podemos estar ciegos a los regalos. Acepta y valora todo lo que recibes.

33 Bebe agua al levantarte. El corazón, la sangre y los riñones forman una unidad que se limpia y purifica a sí misma, sin embargo su eficiencia depende del volumen de agua que circule por ella.

34 Mantente enamorado. Ocúpate de mantener la llama del amor viva con frases amorosas, respeto, caricias y una buena comunicación.

35 Practica técnicas de crecimiento interior. El yoga, la meditación o la visualización te ayudan a afrontar serenamente los conflictos y a mantener tu balance emocional.

36 Escucha con atención. Atender a los demás enriquece tu vida y fortalece tus relaciones personales.

37 Practica la gratitud. No hay mayor fuente de plenitud que el agradecimiento.

38 Simplifica tu vida. Este puede ser el momento ideal para reducir tu lista de necesidades, tal vez tienes mucho más de lo que puedes usar y disfrutar.

39 Combate la soledad. ¿Estás solo? Deja de esperar y toma la iniciativa de buscar un poco de compañía.

40 No lo tomes a modo personal. Extiende tu comprensión hacia las actitudes y el comportamiento de los demás, piensa que están muy ocupados o que no se dieron cuenta.

41 Planta una flor. Elige un lugar de tu casa donde sembrar una planta. También puedes hacerlo en un lugar público, y compartir esos sentimientos con los demás.

42 Reconcíliate con tu familia. Vale la pena acercarte a ellos para compartir e intercambiar de vez en cuando cariño y compañía.

43 Reparte abrazos. Tus abrazos pueden acompañar, apoyar, sanar y transmitir cariño y amor, abraza con todo el cuerpo, como cuando eras niño.

44 Desarrolla tu sentido del humor. Reír es terapéutico, y hacerlo a carcajadas es mucho mejor.

45 Deja la violencia. No te dejes llevar por la ira, cada vez que la sientas venir, respira profundo. Es preferible caminar un rato, antes de reaccionar agresivamente.

46 Practica la tolerancia. Aprende a reconocer las semejanzas primero que las diferencias para encontrar los elementos en común que nos permitan conversar y llegar a acuerdos.

47 Sé auténtico. No uses máscaras para complacer a los demás, atrévete a ser tú mismo.

48 Deja salir tu niño interior. Date permiso para ser espontáneo, para sorprenderte por los milagros, para jugar y disfrutar más la vida.

49 Mantén una actitud positiva. Decide buscar y resaltar los aspectos positivos de cada situación. Deja de quejarte y de lamentarte.

50 Presta servicio. Infórmate sobre las iniciativas que existen para prestar servicios comunitarios y colabora con alguno de ellos.

51 Establece contacto con la Divinidad. Acércate a Dios también para dar gracias por todos sus regalos y bendiciones. Confía en que su presencia te acompaña, guía y apoya en todo momento.

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viernes, 5 de marzo de 2010

Y VIVIERON FELICES...

Nos gustaría que la felicidad y el amor nos acompañaran a vivir toda la vida... Muchas personas han llegado a pensar que son una utopía; tal vez marcados por el dolor de una ruptura, y que sólo existen en la mente de aquellos que los desean.

Estoy seguro que cuando te casaste lo hiciste pensando en que sería para siempre y tal vez hoy te encuentres como una persona que me escribió hace poco y que acaba de tomar la decisión de divorciarse de su esposo después de muchos años de casados. Tienen un hijo, una casa que consiguieron con el esfuerzo y el trabajo de ambos y una cantidad de recuerdos y momentos compartidos con ilusión y sentimiento.

La primera reacción es pensar que todo es una pesadilla y que realmente no te está sucediendo. Más tarde viene la negación acompañada de un gran sentimiento de confusión: Esto no me está pasando a mí, tiene que haber una equivocación en alguna parte... aun, cuando tu cabeza fría y sin sentimientos te muestra los hechos. Lo próximo es el dolor, esa sensación que pareces no aguantar dentro del pecho, que te quita el sueño, las ganas de comer, te roba la alegría y hasta las ganas de vivir. Por último aparece el temor, ese sentimiento que se alimenta de todos tus pensamientos negativos, de las imágenes nefastas de todo lo que supones que te ocurrirá a ti y a tus hijos producto de esta separación. Es así como el sufrimiento se instala en tu interior avivado por el círculo que se genera entre tus pensamientos y temores.

Te conviertes entonces en la resistencia más fuerte a vencer, pues cada vez que algún ser querido se acerca para compartir contigo palabras alentadoras y positivas, respondes o piensas: Es que no comprenden lo que siento, es que no están en mi situación.

Tienes razón de sentirte adolorido y molesto con la vida, después de todo esta es una de las pérdidas más grandes que puedes experimentar, sobre todo si estabas enamorada de verdad, tenías la fantasía de que era recíproco y que sería para siempre. Aun así, estoy segura de que llegará ese instante mágico en que te sientas lo suficientemente fortalecida como para cerrar ese capítulo de tu vida, trabajar el perdón, pasar la página y comenzar a vivir de nuevo con confianza y alegría.

Yo sé que en este momento observas frente a ti un panorama incierto y que desconfías del efecto real que tienen mis palabras y las de todas las personas que tratan de apoyarte para que salgas de nuevo a la superficie de la vida, es natural, te tomará tiempo comprobarlo. Estoy seguro que lo superarás y que en un tiempo te preguntarás por qué no te diste cuenta de todas las señales que estuvieron presente durante la última etapa de la relación. ¡Gracias a Dios, todo pasa!

Definitivamente es diferente la situación, cuando eres tú quien toma la decisión de separarse con serenidad y responsabilidad; quiero decir habiendo tratado de solucionar los conflictos o las diferencias entre los dos y sin haberlo logrado. En cambio, si lo haces porque el comportamiento de tu pareja te obliga a tomar una decisión como esa, tu dolor será parecido al de la persona que abandonan en contra de sus sentimientos.

Vamos, ¡tú puedes levantarte de ahí! Vive tu duelo con intensidad, llora todo lo que necesites, hazlo hasta que ya no te queden lágrimas. Comparte tu tristeza con tus amigos verdaderos o con tu familia si sabes que puedes apoyarte en ellos, porque no te enjuiciarán, no te presionarán para que rectifiques tu decisión, sino que comprenderán y respetarán tu proceso dándote el cariño y la protección que necesites.

Hay personas que silenciosa y estoicamente soportan el dolor sin darse el permiso de liberarlo y pedir ayuda para superarlo. Espero que no seas tú una de esas personas. Mereces otra oportunidad, concédetela con gentileza.

Para recordar:

- Lo más importante para la estabilidad de tus hijos es tu recuperación emocional.

- Deja de darle vueltas una y otra vez en tu cabeza a los recuerdos amargos. No te sientas víctima.

- Es natural que experimentes temor de continuar tu vida solo.

- Si tu decisión es terminar, no guardes expectativas de continuar con la relación, porque así te harás menos daño.

- No involucres a tus hijos en el proceso. No los obligues a tomar partido. Ambos seguirán siendo sus padres.

- Cada vez que te asalten los miedos, repítete a ti mismo: "Yo puedo superar esta situación por difícil que sea", "Yo puedo continuar adelante con mi vida", "Vamos a estar muy bien". La repetición de frases afirmativas y positivas te ayudará a tener la fortaleza, el valor y la confianza para salir adelante.

- Recuerda que nunca estás solo, la presencia de Dios te acompaña siempre. Piensa que tienes la oportunidad de madurar y descubrir un nuevo significado del amor y la felicidad, que tendrás la oportunidad de compartir con tus hijos cuando te vuelvas a enamorar.

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