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viernes, 13 de mayo de 2011

COACHING SEXUAL: TERAPIA PARA PAREJAS


Así como hay asesores para convertirse en un mejor profesional, existen métodos para conseguir un óptimo desarrollo con el ser amado.

En los talleres se enseñan técnicas para obtener un desempeño sexual superior.

¿Por qué es importante el sexo? Además de su función reproductiva, es una actividad que proporciona beneficios físicos y emocionales (mejora la circulación sanguínea, libera endorfinas, fortalece la autoestima, entre otros).

Por el contrario, una vida sexual insatisfactoria puede provocar efectos negativos a nivel fisiológico (impotencia, eyaculación precoz, frigidez), emocional (depresión) e interpersonal (infidelidad, divorcio).

“Hay que conocer nuestras limitaciones en el plano sexual y saber en qué medida nos perjudican”, apunta Carlos Chaparro, terapeuta a cargo del ‘Coaching de Kamasutra’, programa diseñado para ayudar a mejorar la vida sexual de las parejas.

ASESORÍA PARA LA CAMA. Chaparro afirma que nuestra sociedad aún conserva serios prejuicios en materia sexual. Por ello, la misión de este coaching es liberar a las parejas de tales limitaciones. “Conozco parejas que se han separado porque la mujer solo quería la pose del misionero: ella no quería cambiar y él no sabía pedírselo. También sé de matrimonios que no han tenido relaciones durante cinco años, a pesar de dormir en la misma cama”, cuenta.

En los talleres del coaching se realizan diversos ejercicios físicos y dinámicas de grupo para estimular la confianza en uno mismo y la comunicación con el ser amado. Asimismo, se enseñan técnicas para obtener un desempeño sexual superior. “Hay que vivir el sexo sin rodeos. No es solo una fuente de goce, sino una forma de comunicación y comprensión. Sirve para compartir y brindar amor”, añade.

La duración de este tipo de coaching depende de cada pareja. Puede ser un mes, dos, tres, los que sean necesarios. ¿Se anima a intentarlo?

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martes, 5 de abril de 2011

Entrevista a Chris Ferrell, Conferencista: "El humor es buena guía para enseñar".

Aunque suene raro no es para nada chistoso: Chris Ferrell ayuda a las parejas a mejorar su relación con humor. Esta es una de las características que más les gusta a los asistentes de sus conferencias, especialmente a los hombres, que huyen de las terapias de pareja tradicionales.

"Al presentar el seminario de una manera divertida, un mayor número de hombres asiste y ambos, marido y mujer, terminan pasándola bien. Aunque el evento es divertido no tiene nada de superficial. A través del seminario, las parejas se reirán, aprenderán y serán capaces de hacer cambios positivos en su matrimonio y en su vida" dice Ferrell, quien es norteamericano, pero que vivió en Chile, donde aprendió español.

"En el seminario ofrecemos herramientas como un test en línea para descubrir lo que se siente por el otro. Este es una ayuda clave y se llama 'La página bandera', una pieza con la que también se determina lo que más se ama de la pareja", agrega.

Estas son algunas de las claves de las que habla Ferrell.

1. Sin egoísmos entre los dos

La primera clave de la felicidad es la humildad y pensar en el otro. No se trata solo de estar preocupados por lo que 'yo' quiero, qué hago, 'mi' manera de hacer las cosas y 'mis' opiniones, y menos de escuchar a la pareja solo para esperar 'mi' turno de hablar. Es momento de pensar en el otro.

2. Principio de realidad

El mundo de las películas y programas de televisión muchas veces pinta un espacio de fantasía, en el cual el hombre es un príncipe azul que sabe todos los deseos de su esposa, sin que ella se los haya comentado. En el mundo real no es así.
Si la pareja tiene las expectativas plantadas en el mundo real y habla sobre estas, seguro será una relación más feliz.

3. Buena comunicación

Esto es especialmente importante para las mujeres. Ellas tienen que conversar sobre todo lo que les pasa en su día. Los hombres no tanto. Pero el marido inteligente escucha a su esposa y lo hace sin tratar de arreglar sus problemas. Ella quiere que la escuche, no que le arregle sus problemas.

4. Conocimiento del otro

En muchos casos se conoce poco de lo que le gusta a la pareja y cómo se comporta en diferentes circunstancias y lugares distintos a la casa. Es necesario tener claro lo que le interesa al otro y saber qué le gusta, desde lo más mínimo, como los tipos de comida, lo que disfruta en el tiempo libre, hasta que más le interesa de las personas.

Según Ferrell, su charla no es un programa que enseña cómo usar la risa para mejorar la convivencia de la pareja, sino que a través del humor enseña a las parejas claves importantes para un matrimonio sano y feliz.

¿Cómo es una de sus terapias a través de la risa?

La risa es terapéutica porque baja el estrés y la presión sanguínea. Lo que sabemos es que es mucho más fácil para los matrimonios escuchar y sintetizar los temas de comunicación, sexualidad, diferencias entre hombre y mujer y el perdón, si la entrega de la información es divertida.

¿Van más mujeres que hombres a sus charlas?

No tanto. La mayoría de los asistentes son matrimonios y parejas de novios. La charla está diseñada para que la disfruten todos porque es chistosa. Además, nadie tiene que compartir sus emociones y experiencias frente al grupo, y no tienen que tomar apuntes.

¿Quiénes tienen más capacidad de reírse: los hombres o las mujeres?

Creo que podría ser peligroso contestar esto. Creo que ambos. Los hombres suelen usar el humor para comunicarse entre ellos. Pero también hay mujeres que son muy buenas para el chiste y hay muchas mujeres a las que les gusta reírse.

¿Por qué se llama 'Ríanse: hacia un matrimonio mejor'?

La idea de nuestro seminario es usar el humor para enseñar de una manera distinta y para que lo que hablamos llegue de una manera fácil de recordar y de una forma que sea más amena a las características de los seres humanos.

CECILIA MONTOYA
REDACTORA DE EL TIEMPO

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sábado, 26 de marzo de 2011

UNA TERAPIA DE PAREJA PREVENTIVA

Proponen realizarla periódicamente, del mismo modo que se efectúa un chequeo médico.

Tara Parker-Pope
The New York Times
Sábado 26 de marzo de 2011

NUEVA YORK.- En la mayoría de los matrimonios, uno o ambos se resisten a la idea de asistir a terapia. Algunos no pueden pagarla o la encuentran inconveniente. Y muchos la consideran un último recurso, algo que sólo las parejas desesperadas necesitan.

Sólo el 19% de las parejas casadas participa de terapias matrimoniales; un estudio reciente acerca de parejas divorciadas encontró que casi dos tercios de ellas nunca asistieron a terapia antes de dar por terminada su relación.

"Parece que somos todavía más resistentes a buscar ayuda para nuestras relaciones que para la depresión o la ansiedad -dijo Brian D. Doss, profesor de psicología de la Universidad de Miami, Estados Unidos-. Existe una fuerte resistencia a pensar que nuestras relaciones tienen problemas, el reconocer que puede que haya algo que no funciona es casi como admitir su fracaso."

Por supuesto, la terapia matrimonial no siempre funciona, tal vez debido a que en general se atrasa hasta que los problemas son demasiado extensos y profundos. Un estudio reciente de dos tipos de terapias diferentes mostró que sólo alrededor de la mitad de las parejas declaraba mejoras a largo plazo en sus matrimonios.

Por eso, los investigadores comenzaron a buscar formas, algunas de ellas a través de Internet, de acercarse a las parejas antes de que los matrimonios se descarrilen. Un estudio sigue a 217 parejas que se realizan un "control matrimonial anual" que, esencialmente, ofrece medidas preventivas, como un control físico o un examen médico.

"No esperas a que te duela algo para ir al dentista, sino que asistes a controles regularmente", dijo James V. Córdova, profesor asociado de psicología de la Universidad Clar, Estados Unidos.

Aunque todavía están analizando la información recogida, los primeros análisis muestran que las parejas que formaron parte de la experiencia sí mejoraron su calidad matrimonial. Al trabajar con los matrimonios antes de que sean infelices, los controles identifican conductas potencialmente "corrosivas" y ayudan a realizar pequeños cambios en la comunicación antes de que los problemas se descontrolen. Los más típicos incluyen la falta de tiempo y culpar a la pareja por el estrés de criar a los hijos.

"Al no asistir a terapia con sólo un problema que solucionar -dice Córdova-, las parejas terminan peleando aunque existan soluciones simples, pero que ellos no ven."

Terapeuta online

No es sorprendente que algunos terapeutas estén creando programas online de autoayuda para prevenir serios problemas de pareja. Los médicos Doss y Andrew Christensen, de la Universidad de California en Los Angeles, Estados Unidos, están reclutando parejas para analizar tales programas.

El estudio está financiado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano norteamericano, y va a tratar, a través de Internet, a 500 parejas. Se basa en la "terapia de aceptación", que se centra en entender mejor las fallas de nuestras parejas.

Ese método formó parte de uno de los estudios clínicos más grandes y extensos de la terapia de parejas. Durante más de un año, 134 matrimonios con graves problemas recibieron 26 sesiones de terapia, con controles cada 6 meses durante los siguientes 5 años.

La mitad de las parejas recibió terapias tradicionales, que se enfocaron en mejorar la comunicación y en cómo resolver sus problemas, mientras que las otras participaron además en terapias de aceptación. El estudio mostró que después de cinco años de tratamiento la mitad de los matrimonios en ambos grupos habían mejorado notablemente.

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viernes, 11 de marzo de 2011

TERAPIA: UNA SOLUCION PARA LA VIOLENCIA EN LA PAREJA

La violencia en la pareja es algo que por desgracia se vive.

Esta empieza con pequeños insultos, denigrando a la mujer o también se da cuando alguno de los dos no respeta la relación; aumentando todo esto con el tiempo.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (ENVINOV) 2007 -elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ)- 15.5% de los mexicanos de entre 15 y 24 años con relaciones de pareja ha sido víctima de violencia física; 75.8% ha sufrido agresiones psicológicas; y 16.5% ha vivido al menos una experiencia de ataque sexual.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo, el 15.5% de los mexicanos de entre 15 y 24 años ha sido víctima de violencia física.

Según la experta en psicología, la doctora Rosalinda Sepúlveda, el uso de alcohol y drogas es un detonante importante en la violencia de pareja.

Si ya se vive una relación de violencia, la especialista recomienda una terapia de pareja.

Muchas veces luego de vivir una experiencia de violencia, en especial las mujeres tienden a repetir los patrones.

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jueves, 17 de febrero de 2011

POSIBLE SOLUCION A CRISIS SENTIMENTAL

La Lic. Diana M. Resnicoff (México) analiza cuándo una pareja debería pedir ayuda y los requisitos que se necesitan de ambos para la recuperación.

El amor entre dos seres que conforman una pareja es un sentimiento delicado, dotado de vida ante el que no se puede bajar la guardia en ningún momento. Pero es también cierto que las “crisis de pareja” forman parte de la relación amorosa.

Se trata de momentos difíciles en los que parece que se toca fondo y sobre los que sobrevuela el fantasma de la separación. De manera tal que lo que vemos en la clínica y en la vida diaria es que el conflicto se vive como una amenaza que abre una fisura en nuestra frágil seguridad emocional.

El desenlace dependerá de cómo sepamos afrontar esta crisis que seguramente requiere un cambio de actitud y de enfoque por parte de los dos integrantes de la pareja.

Si pensamos la pareja en términos del juego del ajedrez, el movimiento de uno (el cambio de uno de sus miembros) necesariamente requiere que también el otro haga un movimiento acorde con el fin que no sobrevenga el “jaque mate” rápidamente, entendiendo que ese jaque mate marcaría sí el final de la relación.

Una crisis de pareja no significa inevitablemente el fin de una relación pero su presencia hace saltar una alerta que nos avisa que algo no va bien. Que esa relación que empezó siendo una relación fluida puede verse interferida por factores individuales (dependientes de la historia de cada uno de sus integrantes) o internos como el cansancio, el estrés, problemas laborales, familiares o económicos.

Casi sin darse cuenta, la convivencia se torna en una serie de silencios tensos, respuestas enojosas, y rencores continuos; incluso también resulta observable que es más fácil echar la culpa de todo al otro, asumir un papel de víctima y poner distancias y barreras a la comunicación.

En el trasfondo de estos comportamientos suele encontrarse la dificultad para asumir la verdad, especialmente la parte propia de responsabilidad, además de los miedos y las emociones más íntimas que a veces cuesta tanto exteriorizar.

Sin embargo, también es cierto que "dos no discuten si uno no quiere", y mucho menos, rompen una relación. Cuando las cosas se ponen feas, acudir a una terapia de pareja puede brindar las claves necesarias para reencaminar la situación y devolver las aguas a su cauce. Sólo hay un elemento indispensable, y es la voluntad de los dos para resolver la situación y saber o entender que los acuerdos necesitan ser renovados . De ahí que sea tan importante contar con la flexibilidad de ambos.

Generalmente toda pareja atraviesa 3 momentos clave en los que puede surgir una crisis:

1. La barrera de los 7 años. Entre los 7 y 10 años de vida en común puede aparecer una crisis que los psicólogos han llamado "de habituación". La habitualidad de todas las conductas, la repetición como forma “ilusoria” de mantener un equilibrio hace que en algún lado surja el quiebre y esos mismos comportamientos comienzan a dejar de resultar interesantes o atractivos. Esto se puede traducir en la pareja como incomunicación o malos entendidos, apatía, desapego, etc.

2. La llegada del primer hijo. La irrupción de un bebé en la casa trastoca completamente el ritmo de vida. Pasar de ser dos a ser tres, no es fácil. Muchas cosas cambian y muchas parejas pasan a ser padres y lentamente se va perdiendo la comunicación, la intimidad, la sexualidad y por supuesto sobreviene la crisis.

3. La marcha de los hijos del hogar , y otras circunstancias que supongan una crisis personal (enfermedades de uno de los integrantes, jubilación, etc.) provocan situaciones de gran tensión, especialmente si la pareja no realizó lo que podríamos llamar un trabajo “preventivo”, es decir saber que esto va a pasar y no esperar verse sumergidos en “la crisis”.

De más está decir que en muchos casos esa crisis sobreviene sin que ninguna de las dos partes tenga ningún deseo de que suceda, ni mucho menos de romper la pareja. Cuando esto ocurre, tal vez sea el momento de buscar ayuda terapéutica y realizar una terapia de pareja, evitando así el enquistamiento de ciertas situaciones.

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miércoles, 16 de febrero de 2011

INTROSPECCION TERAPIA DE PAREJA

La raíz de donde surge la familia es la pareja.

Tanto es así que "la familia será lo que sea la pareja"-

Por ello, todo análisis de la vida familiar ha de comenzar por la pareja.

Todo cuidado de la familia ha de comenzar por el cuidado de la vida de pareja.

Y todo proceso educativo de la familia ha de comenzar por educar la vida de pareja.

El amor de la pareja es algo activo, una tarea, un esfuerzo por el que se opta buscando equilibrio así como un proyecto mutuo.

Que los haga crecer y que les llene de alegría la cual no surge sola: hay que construirla dialogando sobre establecer valores y criterios, así como objetivos generales que sirven para cuidar el amor y mejorar la relación.

EL AMOR no es mero sentimiento: es querer querer al otro: es también un acto de voluntad.

Y, por supuesto, una vez esclarecido y en práctica, hay que someterlo periódicamente a evaluación

Y si es necesario por alguna crisis acudir a terapia de pareja.

El primer paso es poner en claro, mediante el diálogo, cuáles son esos valores compartidos, esos criterios comunes.

Se trata de pensar, decidir y querer juntos qué queremos ser, cómo lo queremos ser, para qué queremos vivir juntos y por que queremos vivir juntos.

Esto supondria dar respuesta a una serie de cuestiones. Algunas serían:

-¿Qué objetivos buscamos juntos?

-¿Qué nos aporta la vida en pareja y qué estamos dispuestos a aportar a la pareja?

-¿Para que nos casamos?

-¿Cuál es el sentido conjunto que queremos dar a nuestra vida?

-¿Cuál es el sentido que realmente le estamos dando, es decir, que llena nuestro corazón día a día?

-¿Qué es lo que nos sostiene y nos hace reaccionar en los momentos de crisis?

-¿Qué sentido le damos a nuestra sexualidad, cómo resolvemos las dificultades, hablamos de ello?

-¿Queremos tener hijos; cuántos?

-¿Qué nos proponemos al educarlos?

-¿Cómo decidimos nuestro tiempo libre?

-¿Cómo llevamos nuestra economía? ¿Quién administra?

Lo anterior nos da idea de lo mucho que se puede trabajar en pareja y que no es sencillo, pero que ayuda mucho la voluntad y querer salir adelante por bien mutuo y de los hijos.

De las parejas que han acudido a terapia he aprendido cómo (en la práctica) ser tolerante, generoso, perdonar y seguir en crecimiento.

Estimados lectores, los principios que comparto con ustedes quizá le exijan abrirse a nuevas ideas.

Si usted decide aceptarlas y aplicarlas a su vida, sentirá las marcas dejadas por la apertura en su mente y nunca más volverá a ser el que había sido antes.

Con el deseo de que su principal tarea sea mirar hacia el interior de sí mismo para modificar pensamientos, hábitos y conductas que no le han resultado favorables.

Por: Leonor Mier Orona (México)

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lunes, 16 de agosto de 2010

TERAPIA DE PAREJA: SIEMPRE UTILES

Todas las parejas en algún momento de sus vidas atraviesan por una crisis que puede poner en riesgo la estabilidad de su relación. Es un proceso normal y natural en una relación. Sin embargo, el problema se da cuando la pareja no sabe cómo manejar la situación y pierde la capacidad para comunicarse y ponerse de acuerdo pudiendo terminar en situaciones de violencia física o psicológica.

Buscar ayuda especializada apenas surge una crisis o problema en la relación sentimental que no puede ser manejada por los miembros de la pareja es, sin lugar a dudas, una importante manera de prevenir la separación e incluso en muchos casos, hasta el divorcio.

Es sabido que, generalmente, los hombres son quienes más se resisten a buscar ayuda, ya que sólo aceptan acudir por su propia voluntad cuando existen sentimientos de culpa por algún problema o tienen temor de perder a la pareja (o en realidad el sentir que son abandonados). En cambio, algunas mujeres son más conscientes de que hay momentos de crisis en que necesitan orientación profesional para evitar problemas mayores.

Cuando la pareja comienza a tener problemas de comunicación, de entendimiento, de cómo resolver dificultades, y por lo tanto de convivencia, siempre es positiva la “mirada neutral”, objetiva e imparcial, del especialista para que vea todo desde fuera. En la terapia de pareja se evalúa el estado actual en el que se encuentra la relación, así como la evolución del problema, valorando los posibles cauces que pudieran estar influyendo negativamente, teniendo siempre en cuenta, de forma imparcial la opinión de ambos miembros.

Asimismo, cuando en una relación algo anda mal, hay indicadores que deben interpretarse como signos de alerta a los que hay que ponerles atención. Por ejemplo, si llevan más de un año sin compartir una actividad como salir a comer, bailar o hacer deporte juntos; si llevan más de un mes sin tener relaciones sexuales, etc. En estos casos la pareja debe preguntarse qué pasó, por qué ya no lo hacen, cuáles son las circunstancias o excusas para no reservar tiempo sólo para los dos.

Los principales motivos de conflicto son las dificultades en la comunicación y para llegar a acuerdos para que la vida en pareja sea factible. Por ello, es necesario aprender a negociar las diferencias y de ser necesario ceder sin sentirse humillado(a).

Por otro lado, es importante que cada individuo de la pareja tenga su espacio personal para poder desarrollarse y madurar como individuo, ya que ello después enriquecerá la relación de pareja. Tener presente que “nadie es dueño de la otra persona”.

Generalmente, las parejas que van a terapia de manera preventiva, aprenden a abordar distintas situaciones que pueden ser motivo de conflicto como por ejemplo: el Desempleo de una de las partes, los problemas económicos, la crianza de los hijos, la inserción de la mujer en el mercado laboral, la presencia de una enfermedad discapacitante, así como los problemas sexuales e infertilidad. Es decir encuentran nuevas formas saludables de resolver sus problemas o diferencias.

Todas las parejas que atraviesan por una crisis deben aprender a negociar, ceder sin lastimarse, aprender a perdonarse. Todas las parejas están en capacidad de desarrollar habilidades y capacidad de afronte. Siempre y cuando exista el compromiso de ambas partes en continuar con esa relación, no por el hecho de complacer al otro, “por los hijos” o simplemente por no terminar en divorcio; sino porque existen sentimientos de por medio como el amor, el respeto, la admiración, etc. Eso es lo que pretende conseguir la terapia, que las personas se den cuenta de qué es lo mejor para cada uno y para ambos; que tomen la decisión que consideren más adecuada y ninguno de los dos salga lastimado.

Por: Carola De Luque
Sexóloga de Apropo
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viernes, 2 de julio de 2010

CUIDANDO NUESTRA INTIMIDAD

Todas las personas poseen su propio ideal respecto al matrimonio, tal vez este ideal provenga de lo leído en al­guna revista o libro, o de lo escuchado en la letra de una canción o inclusive, de una percepción de las vivencias en el ho­gar de origen.

Luego de algunos años de matrimonio, cuando la realidad no corresponde tanto a aque­llas fantasías e ideales, la relación puede comenzar a deteriorarse y la pareja comenzar a ale­jarse uno del otro.

Por lo tanto, para evitar las desilusiones matrimonia­les, se debe comprender que el matrimo­nio se construye a partir del esfuerzo dia­rio, y no de ideales estereotipados que en la mayoría de los casos son imposibles de alcanzar.

El autor Gary Chapman, en su libro Los Cinco Lenguajes del Amor, cita: "En el corazón de la existencia humana se en­cuentra el deseo de tener intimidad y de ser amado por el otro. El matrimonio esta diseñado para llenar esa necesidad de inti­midad y amor".

Para llenar tal necesidad, las parejas de­ben realizar un esfuerzo por cuidar esa in­timidad, por mantener cada día aquellas cosas que les acercan y el compromiso de mejorar aquellas que las alejan, más allá de una intimidad puramente sexual.

Así, existen algunas manifestaciones de amor que pueden ayudar a la pareja a crecer y acercarse cada día más en su relación con­yugal:

Tiempo de calidad

Uno de los elementos más valiosos para lograr la intimidad integral en la pareja es invertir tiempo para compartir: Esto va más allá del hecho de estar juntos; dos personas pueden estar una al lado de la otra, en una misma habitación, pero esto no quiere decir necesariamente, que es­tén compartiendo tiempo juntas. Cuando la pareja comparte espacios, se requie­re una atención completa entre los dos.

Tiempo de calidad no significa que haya que pasar largas horas contemplándose el uno al otro a los ojos, se trata de que ese espacio tenga un propósito en común, que se disfrute estando juntos, sin importar la actividad que se esté realizando.

Palabras de afirmación

Como lo indica el Dr. Gary Chapman, "El propósito del amor no es lograr algo que usted quiere, sino hacer algo por el bienestar de la persona que ama. Sin embargo, es un hecho que cuando recibi­mos palabras estimulantes nos sentimos mucho más gustosamente motivados para retribuir". La manera en la que se habla es realmen­te importante.

Además, al tratar uno de los cónyuges de ponerse en los zapatos del otro, y expresar suave y bondadosamente su comprensión, se desarrollan sentimientos de empatia que los acercarán más como pareja.

Las palabras positivas elevan la estima de la persona amada, le dan un lugar y un valor, mientras que las palabras de humi­llación solo sirven para destruir y alejar a la pareja. Cuando se ha actuado mal, también es importante reconocerlo y pedir perdón expresamente.

Recibir regalos

Cuando se mantienen y cuidan día a día los pequeños detalles y las expresio­nes de afecto, la intimidad de la pareja va creciendo. Sin embargo, se debe recordar que existe un regalo que no tiene precio, y que expresa los sentimientos de forma más clara que cualquier obsequio que se le pueda dar al cónyuge, este es el estar incondicionalmente a su lado, cuando lo necesita.

Al estar cerca en los momentos difíciles, la pareja desarrolla la solidaridad, compa­sión y se identifican uno con el otro.

Cuidando el romance

Cuando se va a disfrutar de una relación íntima, se deben conocer los deseos y preferencias de cada uno, al amar física­mente a la pareja se necesita conocer lo que ella quiere.

El romance no es algo que simplemen­te ocurre, debe ser cultivado, este princi­pio implica dedicación, constancia y vo­luntad. Cuando la pareja toma tiempo para demostrarse su amor, por medio de besos, abra­zos, gestos y palabras positivas crece en ella la aceptación, el ánimo y además, la estima mutua se eleva.

Amar a la pareja es una decisión que se debe to­mar cada día, cuidar de la intimidad constituye un acto voluntario en el que se decide amar, a pesar de los momentos difíci­les, teniendo a la perso­na amada en un lugar de gran estima.

Acercamiento

Existen elementos y actitudes que definitivamente, aumentarán el romanticismo y acercarán a la pareja:

•Construir caminos juntos a partir de metas comunes, desarrollando la habilidad de motivarse y fortalecerse mutuamente.
•Tomar tiempo para demos­trarse su amor, por medio de besos, abrazos, gestos y palabras positivas, hacien­do crecer en la pareja la aceptación, el ánimo y la estima.
•Mantener día a día los pe­queños detalles y las ex­presiones de afecto, para crear así la necesidad de estar juntos.
•Planear y compartir tiem­po a solas.

Por Patricia Odio, Psicóloga
Bibliografía: Chapman, G (1996) Los cinco lenguajes del amor. Miami:Unilit
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sábado, 29 de mayo de 2010

¿PODEMOS CAMBIAR A OTROS?

"En estos días conversaba con una persona que me contaba: Tengo un amigo del que todos abusan, es tan bueno que no puede decir que no, por esta razón ha perdido mucho dinero y bienestar. He tratado de ayudarlo a cambiar y no he conseguido nada, es muy terco. Pasa el tiempo y le siguen sucediendo las mismas cosas... ¿Cómo puedo ayudarlo?

Escuchándolo pensaba: ¿Cuántas veces hemos querido cambiar el comportamiento, la actitud o las decisiones de otra persona? ¿ En cuántos momentos nos hemos sentido frustrados al intentarlo y no conseguir ningún resultado? ¿Te has sentido alguna vez así? Es tiempo de hacer juntos una reflexión al respecto... ¿Podemos realmente nosotros, cambiar el comportamiento de otra persona? Yo creo que no. Lo que sí podemos hacer, es influir en ellos con nuestro comentarios y buenos sentimientos, para que ellos reflexionen y consideren la posibilidad de tomar en cuenta y analizar nuestra propuesta, aun cuando la decisión final siempre sea de ellos.

Cuando nuestros hijos están pequeños, me refiero hasta que son adolescentes, todavía podemos influenciarlos si les damos un buen ejemplo y mantenemos una buena comunicación con ellos. Pero, si nuestros hijos son mayores de edad... lo mejor que podemos hacer es conversar con ellos y explicarles las consecuencias de las posibles elecciones que tomarán en un momento dado y de qué manera estas decisiones los van a afectar a ellos directamente. Es el momento de confiar en que dentro de ellos se encuentran los valores y las herramientas que hemos compartido con ellos a lo largo de su vida. En la mayoría de los casos, insistir en que acepten nuestros argumentos o sugerencias pudiera ser la causa por la que ellos cierren la puerta de la comunicación con nosotros. Lo más importante será hacerles saber que siempre podrán contar con nosotros, aun cuando terminen haciendo algo equivocado.

Cuando nos referimos a la pareja, tendríamos que preguntarnos si nos gustaría vivir con alguien que constantemente nos juzga o critica con la intención de ayudarnos a mejorar nuestro comportamiento... Muchas veces, sin darnos cuenta y motivados por la mejor de las intenciones nos convertimos en personas sermoneadoras, constantemente estamos diciéndole a nuestra pareja o a nuestros hijos lo que deben cambiar para tener una vida mejor y en ese intento se nos olvida reconocer todas las actitudes positivas que también tienen esas personas. Pregúntate: ¿Te sientes bien con las características positivas de la personalidad de tu pareja?, si ¿podrías vivir con él o con ella sin que cambiara tanto su manera de ser? Si la respuesta es sí, relaja un poco tu actitud, suelta el control y comienza a reconocer todos los esfuerzos que también hace esa persona para agradarte y ser una buena persona. Es el momento de recordar que no somos perfectos, todos tenemos una serie de cualidades que tenemos que aprender a reforzar y a usar, y unas limitaciones que tenemos que aprender a aceptar y a superar.

Podemos ciertamente compartir con ellos nuestras observaciones y sugerencias, pero igualmente tendremos que aceptar el hecho de que sólo cambiarán cuando estén listos esencialmente para hacerlo. Yo sé que sufres y te da rabia cuando ves que tu amigo o tu ser querido se resiste a cambiar, especialmente, si atraviesa por una situación difícil, pero recuerda que tal vez necesita vivir esa experiencia para alcanzar la conciencia y la madurez que le permita estar listo para reconocer la importancia de cambiar. Todos los procesos de cambio son individuales y sólo podemos hacerlo a través de nuestra voluntad y trabajo personal.

¿Qué podemos hacer para apoyar a una persona adulta?

Exprésale tus sugerencias. Acercate a la persona y cuéntale lo que piensas, explícale de qué manera sus actitudes o su comportamiento están afectando negativamente su vida. Dile claramente que no tienes ningún interés personal en ello.

Exprésale tu apoyo incondicional. La próxima vez dile a la persona: Estoy dispuesto a ayudarte a salir de donde estás. Quiero que sepas que puedes contar conmigo; cuando estés listo llámame. No quiero que sientas que te estoy persiguiendo para que lo hagas. Tómate tu tiempo.

Comparte alguna experiencia personal. Muchas veces compartir con otros la historia de alguna situación personal parecida a la que atraviesan ellos, hace que se interesen y se abran a la comunicación. Además si puedes contarles qué te impulso a cambiar y en qué herramientas te apoyaste para lograrlo puede ser muy positivo.

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martes, 20 de abril de 2010

VIVIR LA VIDA DEL OTRO

"Si has reconocido algunas de las señales que indican que el bienestar de la relación está en peligro, en lugar de ignorarlas, toma la iniciativa de conversar sobre la situación, para que ambos puedan expresar lo que sienten y lo que esperan"

'Un pequeño grillo cantor quería atravesar un lago y decidió aprender a nadar, pero se enamoró perdidamente de una bella rana. Al enterarse ésta de los planes de su novio, le dijo: 'No te preocupes, yo te puedo llevar'. A lo que el grillo repuso: 'es un viaje largo y no sé nadar'.

'No te preocupes, viajarás encima de mí y nada te pasará', replicó la rana. Y así comenzaron el largo viaje. Todo iba muy bien hasta que la rana vio que venía un gran pez. Presa del pánico se sumergió, dejando así a la deriva al pobre grillo, que como no sabía nadar, se ahogó en la mitad del lago".

Con frecuencia, al enamorarnos, nuestro estilo de vida cambia de manera insospechada. En la mayoría de los casos la pareja se convierte en el centro de nuestra atención, hasta el punto de que abandonamos nuestra identidad, dejando olvidados nuestros sueños, metas, intereses personales y hasta las relaciones familiares y sociales que manteníamos antes de iniciar la relación sentimental.

Esto nos puede parecer muy normal, pues sabemos que compartir nuestra vida en pareja implica ceder parte de nuestra individualidad para incluir a la otra persona, de manera que podamos experimentar el placer de la vida compartida. Pero es importante conservar parte de nuestra identidad y no renunciar completamente a ella, pues esto significaría perder totalmente la autonomía que nos hace falta para definir el rumbo y el sentido que le daremos a nuestra vida; además, un cierto grado de autonomía nos dará la fortaleza y la capacidad de establecer ciertos limites que cuiden de nuestra integridad, bienestar y derecho a la felicidad.

Hay personas que pagan un precio muy alto por permanecer al lado de la pareja y lograr un poco de su atención y cariño, cuando, en realidad, el maltrato no es sólo físico sino emocional y psicológico, sometiéndose a la humillación de suplicar por el amor y la compañía de la persona que las domina, renunciando, así, a sus propias expectativas de vida.

Al sentirse incapaces de expresar sus necesidades y sentimientos verdaderos, e inseguros de afrontar y tomar las riendas de su propia vida, deciden convertirse en alguien que no son, para tratar de complacer las necesidades y expectativas que de ellos tiene la pareja. El día en que el vacío, la tristeza, la nostalgia, la ira o la frustración se instalan en su corazón, se dan cuenta de que el amor se ha ido escapando. Es, entonces, cuando se preocupan y se lamentan del poco interés que demuestra la pareja, sintiéndose victimas del sacrificio que hicieron y del desamor.

¿Hasta dónde y hasta cuándo?

Si has reconocido algunas de las señales que indican que el bienestar de la relación está en peligro, en lugar de ignorarlas, toma la iniciativa de conversar sobre la situación, para que ambos puedan expresar lo que sienten y lo que esperan, asumiendo el riesgo que implica preguntar y recibir respuestas cuando de sentimientos se trata. La vida en pareja no debe ser una experiencia cargada de sufrimiento, sino una oportunidad de compartir el camino y las vivencias que los lleven a conseguir la plenitud. El amor, el respeto a la individualidad, la comunicación, la valoración, la intimidad, los detalles, las caricias, la fidelidad y el compromiso de mantener encendida la llama de la pasión, entre otros aspectos, harán que la convivencia tenga un profundo y especial significado.

"La clave para querer a otra persona, es quererte a ti mismo y darte el valor necesario para conservar la autonomía que te permita compartir la vida sin perderte de vista".

Prepárate. Renueva tus sueños, recupera tus amigos, ahorra, prepárate en algún arte u oficio para aportar al hogar y tener la autonomía necesaria en caso de perder el apoyo de tu pareja.

Ten un proyecto personal. Independientemente de los planes y las metas que tengan en común, interésate en tener un proyecto propio. Puede ser terminar los estudios que abandonaste, inscribirte en algún curso, practicar algún deporte o desarrollarte profesionalmente sin poner en riesgo el equilibrio familiar.

Pídele apoyo a tu pareja. Hagan el compromiso de apoyarse para cambiar esos hábitos y actitudes que tanto daño les han causado. Acuerden alguna seña que les recuerde sonreír, soltar, suavizar el carácter, ser amables o, simplemente, respirar y disfrutar el momento.

Crea espacios para conversar. Es muy importante hablar con frecuencia acerca de lo que sentimos y pensamos, sin juzgar o buscar culpables, más bien con la intención de limar las asperezas y superar las dificultades para acercarnos y satisfacernos más.

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miércoles, 24 de marzo de 2010

CAMINANDO JUNTOS POR LA VIDA

CAMINANDO JUNTOS PARA TODA LA VIDA

Tengo unos amigos que están casados desde hace 12 años.
Hasta hace unos meses llevaban, aparentemente, una excelente relación, pero, poco a poco, se ha ido creando una fría distancia entre los dos. Ella se mantiene ocupada con los niños, el trabajo y sus amigas.
Él se ocupa de sus negocios y sólo sale con sus amigos. Ellos han perdido, lamentablemente, el deseo de compartir y ha germinado la desconfianza, la tristeza, la impotencia y el resentimiento.

Sus amigos, que están muy preocupados por la situación, opinan y toman partido.
Es curioso lo fácil que nos puede resultar, en un momento dado, observar, desde afuera, la vida de otras personas para juzgar con ligereza los pocos hechos que conocemos, señalar un culpable y crear la posible solución al conflicto.

Esto lo hacemos muchas veces inconscientemente, sin conocer verdaderamente las razones por las que llegaron a estar en esa situación e ignorando que cada persona siempre tiene una parte de la razón; y que en el caso de una pareja, sólo habiendo considerado el punto de vista y la necesidad de cada uno, es como se puede llegar a construir un acuerdo que les permita sentirse a gusto en compañía uno del otro y suficientemente motivados para hacer el trabajo necesario de cambiar y de incorporar nuevos y mejores sentimientos y actitudes a la relación.

La amistad, que es indispensable para mantener una buena relación de pareja, nos da la capacidad de disculpar y perdonar con más facilidad los errores y las faltas, nos motiva a compartir todo con esa persona porque encontramos una gran afinidad de intereses, nos comunicamos con sinceridad y confianza, prestando más atención al momento de escuchar; también nos convierte en cómplices y en compañeros en la aventura de la vida, evita que juzguemos con ligereza, y nos hace estar más dispuestos a aceptar las diferencias personales.

Para que una relación de pareja sea satisfactoria y se mantenga en el tiempo, se requiere que muchos elementos se conjuguen: pasar tiempo de calidad juntos para compartir y hacer crecer el amor, tener proyectos comunes. Hay que considerar, también, la necesidad que cada uno de nosotros tiene de reservar un pequeño espacio para hacer aquellas cosas que nos hacen sentir bien. Contar con la anuencia y con la compañía de la pareja para disfrutar de este espacio puede darle a nuestra vida un aire de tranquilidad y realización.

La confianza, la comunicación clara, abierta y directa, el respeto, la lealtad, la gratitud, la amistad y el amor, harán que podamos disfrutar de la compañía de nuestra pareja, sin sentir en algún momento que hemos perdido o renunciado a nuestra identidad.

Cuando después de algunos años de convivencia, todavía podemos pasar horas conversando con esa persona sin sentir el paso del tiempo, cuando nos sentimos dispuestos a compartir los momentos especiales, aun en silencio; cuando podemos apoyarnos el uno en el otro porque sabemos que estamos ahí para darnos la mano, cuando reímos juntos de las pequeñas tonterías que nos pasan, cuando sabemos que esa persona siempre está pendiente de nosotros, cuando a pesar de ser diferentes encontramos y resaltamos los elementos en común y las mejores características del otro, cuando disculpamos con facilidad para salir de la ira o del dolor y recuperar la alegría y las ganas de compartir, seguimos tan enamorados como al principio.

Es importante revisar las expectativas que tenemos acerca de nuestra pareja, de manera que podamos considerar todo lo positivo que esa persona trae a nuestra vida. Y a menos que la causa de nuestro malestar sea un comportamiento destructivo o irresponsable, en cuyo caso deberemos buscar ayuda profesional para resolverlo, bien vale la pena, fortalecer la amistad entre los dos para darnos otra oportunidad.

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domingo, 21 de marzo de 2010

DARNOS OTRA OPORTUNIDAD

Son varias las etapas que vivimos dentro de una relación de pareja, muchas de ellas más agradables que otras. Pero hay momentos difíciles en los que nos sentimos tan cansados o adoloridos por los problemas que hemos tenido, que experimentamos el deseo repentino de ponerle un punto final a la relación. ¿Valdrá la pena dejarnos llevar en un mal momento por una emoción negativa, para tomar la decisión de romper sentimentalmente, ignorando todos los aspectos positivos que también tiene nuestra relación de pareja? El amor representa el motivo por el cual nos perdonamos y hacemos compromisos de cambiar y mejorar nuestro comportamiento para continuar con la relación.

Las peores decisiones son las que tomamos en momentos donde la emoción nubla nuestra mente, impidiéndonos analizar objetivamente todos los aspectos de una situación. Es preferible esperar, hasta que podamos recuperar la calma y con ella la claridad mental necesaria para hacer nuestra elección. ¿Cuántas veces permitimos que el estrés y la ansiedad con la que vivimos entren al espacio a salvo que compartimos, afectando la comunicación y la armonía que teníamos? Al sentirnos alterados emocionalmente por alguna situación, cambiamos nuestra actitud y comportamiento, hasta el punto en que herimos a nuestra pareja y demás seres queridos. También puede ocurrirnos que el amor se acabe y que no encontremos razones suficientes para continuar al lado de la otra persona, en la que sólo podemos reconocer diferencias y limitaciones. Vale la pena que nos detengamos a considerar la posibilidad de darnos otra oportunidad, sólo si todavía y a pesar de nuestros desacuerdos y malentendidos, seguimos sintiendo verdadero amor el uno por el otro.

La vida en pareja puede ser una maravillosa experiencia, cuando ambos estamos dispuestos a compartir todo lo que somos y tenemos, apoyados en el amor que sentimos y en la confianza de sabernos queridos, valorados y respetados por la otra persona. El bienestar de la relación no depende tanto de que no existan diferencias o conflictos por enfrentar y resolver a lo largo de la convivencia, como de tener la certeza y la confianza de que haremos cuanto sea necesario para mantener y alimentar el amor.

Tal parece que hoy en día el ser humano está menos dispuesto a tolerar, a comprender y a perdonar a los demás. La soledad, la independencia, la autosuficiencia y el libertinaje de algunas personas han hecho que nos volvamos débiles hacia el compromiso, la responsabilidad y la fidelidad. Es posible aun en el medio de un momento tan complicado como éste encontrar y mantener el amor… ¡Yo creo que sí! ¿que piensas tú?

Si te encuentras en la disyuntiva de tener que decidir si te quedas o te vas… te sugiero que no utilices tus inseguridades personales, tus temores, tu economía, o lo que pensarán o sentirán otras personas para justificar tu decisión final, porque lo que realmente está en juego es tu felicidad. ¡Entonces piensa en ti!

Claves para superar una crisis

No tomes la decisión si estás afectado. Es preferible proponer un espacio de tiempo para calmarse y analizar bien la situación, antes de tomar una decisión que pudiera ser definitiva.

Pregúntese qué puede cambiar. Generalmente pensamos que la otra persona es la culpable de todo lo que nos pasa y pocas veces nos detenemos a considerar la posibilidad de que también nosotros hayamos contribuido al deterioro de la relación. Vale la pena abrir la comunicación para saber que necesita o considera el otro.

Pónganse un límite. Una de las razones que hace tan difícil el darnos otra oportunidad, es la falta de compromiso y responsabilidad al hacer nuestras promesas de cambiar. Busquen ayuda profesional si fuese necesario y pongan un límite amplio para estimular el compromiso de trabajar para sanar la relación.

Tome en cuenta todo lo positivo. Valoren todo lo positivo que han construido juntos, los momentos gratos, la familia y por encima de todo el amor que bien pudiera estar oscurecido por la situación personal o económica que estén enfrentando temporalmente.

Si la decisión es darse otra oportunidad… es necesario que se vuelvan a enamorar. Los detalles, las caricias, el cambio de nuestro comportamiento, una buena comunicación y una visión positiva de la relación y del futuro, harán que se encienda la llama del amor.

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jueves, 18 de marzo de 2010

CELOS ENFERMIZOS

¿Es víctima de celos enfermizos? Sepa qué hacer.

El Ministerio de Salud informó que un 30% de los suicidios registrados en lo que va del año fueron provocados por problemas conyugales o “conducta celotípica”

Preocupante. De las 70 personas que se suicidaron en lo que va del año, el 30% lo hizo por problemas conyugales o conducta celotípica (celos enfermizos), según informó el médico Freddy Vásquez Gómez, jefe del Programa de Prevención de Suicido del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado–Hideyo Noguchi, del Ministerio de Salud.

Los celos excesivos o “conducta celotípica” están ligados a la afectividad y relacionados a la inseguridad y desconfianza hacia la pareja.

El especialista recomienda a las personas estar atenta durante la etapa del enamoramiento o noviazgo, por ser un tiempo propicio para ver si la mujer o el varón presenta “conductas celotípicas”. Para estos casos recomienda recurrir a terapias individuales y de pareja, pero sobre todo basar la relación en la comunicación y confianza.

ALGO NORMAL, PERO...

Vásquez Gómez explicó que si bien es natural sentir celos hay que cuidar que la situación no se salga de control y empiecen a presentarse conductas como las llamadas incesantes al celular para saber dónde y con quién está la pareja, y si está coqueteando con alguien más.

“Esto lleva a una relación enfermiza. Uno de los involucrados provoca miedo o temor y ocasiona la depresión de la persona afectada” advirtió.

El psiquiatra explicó que en el Perú se están incrementando muchos casos de “conducta celotípica”, provocada principalmente por una conducta machista.

Recuerde que los casos de celos enfermizos casi siempre desencadenan en violencia familiar, perjudicando la situación laboral y económica de la familia y pueden culminar, como se ha dicho, en homicidio, suicidio de la mujer o del varón, o incluso de los hijos.

Ver el artículo original con comentarios en:
http://elcomercio.pe/noticia/448311/victima-celos-enfermizos-sepa-que-hacer
En el comentario #22 de esa noticia, propongo algunas soluciones para los celos patológicos.

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martes, 16 de marzo de 2010

SIEMPRE JUNTOS

Cuando nos enamoramos, vivimos momentos llenos de emoción, ilusión, entrega y pasión. Nos sentimos como niños, dispuestos a dar y a entregar lo mejor de cada uno de nosotros. Pero a pesar de lo maravilloso que significa vivir la etapa mágica del enamoramiento, para que éste se mantenga en el tiempo y la relación florezca de forma positiva, queda todavía un largo camino por recorrer.

Podemos encontrar en una relación, compañía, cariño, apoyo, interés, amistad, confianza, protección, comprensión... en fin, una serie de valores indispensables para complementar nuestro bienestar emocional. Pero en ningún momento deberíamos esperar que la otra persona se convierta en el sentido absoluto de nuestra vida, en el responsable de nuestra felicidad, en la respuesta a todas nuestras inquietudes, en la solución a nuestros problemas, en el responsable de todo lo que nos pasa o en el proveedor de todo lo que nos hace falta materialmente, porque si es así, sufriremos la frustración de ver negadas nuestras expectativas.

Todo lo positivo que encontremos en nuestra pareja al comienzo de la relación, debería ser suficiente para iniciar y mantener una convivencia sana, grata, que con el tiempo y debido a las transformaciones personales que ocurran en cada uno de nosotros, vaya aumentando el bienestar y la satisfacción de los dos.

Es importante comprender que para experimentar un mayor bienestar, tenemos que asumir la responsabilidad de trabajar en nosotros mismos para cambiar algunas de las programaciones negativas que nos sabotean esa posibilidad. Con el apoyo, el interés y la compañía de nuestra pareja podremos sanar las heridas del pasado, bajar el nivel de expectativa y disfrutar aún más de cada momento positivo y agradable que compartimos.

Mantener el amor entre los dos, implica el cuidado diario de la relación. Aprendamos a mantener a raya el estrés para que no trastorne nuestra manera de ser, evitemos traer los problemas del trabajo a la relación todo el tiempo, dejemos de hablar constantemente sobre los que nos preocupa o inquieta con respecto al futuro. Mantener una cierta higiene emocional, nos ayudará a proteger la relación de todas las situaciones inesperadas y cambiantes que puedan afectar nuestra vida.

Para que una relación de pareja funcione, existe una serie de elementos que tenemos que tomar en cuenta:

Respetate a ti mismo. Recuerda que nosotros le enseñamos a los demás cómo es que van a tratarnos. El amor nos exige entregarnos, pero sin perder de vista nuestros propios deseos y necesidades. En la medida en que te valores y respetes más, tu pareja aprenderá a respetarte y a valorarte.

No renuncies a tus sueños personales. No puedes abandonar tus sueños. Muchas veces las personas abandonan sus sueños personales pensando que al ayudar a su pareja a cumplir los suyos se sentirán igualmente llenos. Es momento de recordar que cada uno de nosotros debe buscar y alcanzar el éxito a través del cumplimiento de sus propias metas aun cuando éstas sean compartidas con la pareja.

No permitan que los padres de ambos intervengan en la relación. La lealtad hacia la pareja debería ser más importante que cualquier compromiso familiar. En algunos casos, los comentarios y la presencia constante de los padres termina afectando negativamente la relación. Establecer límites firmes y amplios les permitirá construir una vida juntos tomando en cuenta los intereses y las necesidades de ambos.

Recuerda que tu pareja no ve las cosas como tú. La mayoría de los desacuerdos que experimentamos en la convivencia obedecen a la necesidad que tenemos de cambiar el comportamiento de la otra persona. Esperamos que piense, actúe y analice las situaciones igual a como lo haríamos nosotros. Reconocer y aceptar nuestros diferentes puntos de vista, nos ayudará a ganar una visión más amplia de cada situación.

Podemos establecer acuerdos. Querer convencer a nuestra pareja para que siempre nos dé la razón, puede llevarnos a una crisis y a la separación. No podemos sentarnos en la mesa esperando que el otro haga lo que nosotros queremos, llegar a un acuerdo significa tomar en cuenta el planteamientos de cada uno y luego construir una tercera alternativa tomando en cuenta la necesidad de los dos.

Hablar siempre de nosotros. El bienestar de una relación de pareja siempre depende del trabajo y la atención de los dos. Cuando comenzamos a ver la relación unilateralmente hacemos juicios y críticas constantemente. Además nos vamos volviendo apáticos, irritables, dramáticos o indiferentes, con el riesgo de apagar la llama del amor. Mantener siempre la actitud de incluir, tomar en cuenta o considerar a nuestra pareja, nos hará sentir queridos e importantes.

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viernes, 12 de marzo de 2010

SABER ESCUCHAR

Hoy en dia todos queremos hablar y hay muy pocos dispuestos a escuchar. Una persona me comentaba en estos días que ya sólo saluda a sus clientes diciéndoles ¡hola!, porque si agrega la pregunta: ¿Cómo está?, inmediatamente viene una respuesta larguísima acompañada de la historia en detalle de todos sus males personales. Y ya sea como esta persona que se siente cansada para cargar con las historias de los demás o porque estamos agobiados con tantas cosas pendientes que tenemos en la cabeza o porque definitivamente no tenemos el hábito de escuchar sino que hemos desarrollado la capacidad de hablar todo el tiempo y sin parar, no nos escuchamos lo suficiente.

La comunicación es una calle de doble vía y es más sabio muchas veces escuchar con atención a los demás, que hablar.

No saber escuchar provoca errores y la mayoría de nuestros conflictos personales. El mal oyente reclama la atención de quien habla, piensa en lo que dirá entretanto, interrumpe para controlar la conversación y generalmente se aferra a sus opiniones. Algunos de los obstáculos de la comunicación son: Un ambiente lleno de ruido donde se nos dificulta hablar y escuchar a la otra persona; los prejuicios, las ideas y la actitud que tenemos con respecto a nuestras diferencias con los demás; el estatus, porque atendemos a aquellas personas que nos parecen más importantes y preparadas que otras; el pensar sólo en la satisfacción de nuestros propios intereses; y el ruido interior que nos impide prestar atención al mensaje o a la persona que nos habla.

Para ser un buen oyente tenemos que dejar de lado nuestros propios asuntos y escuchar a la persona con un interés genuino, que nos permita comprender su historia. Un buen oyente no es la persona que analiza las palabras y su significado conceptualmente, sino el que logra que la persona que habla se siente apreciado y motivado a expresar sus ideas y sentimientos.

Escuchar significa atender totalmente a la persona que nos habla, sin interrumpirlo, sin juzgarlo o criticarlo. Implica muchas veces dejar lo que estamos haciendo para prestarle un poco de atención. Cuántas veces le hablas a tu pareja de algo importante mientras él o ella están viendo televisión o leyendo el periódico... te contestan mecánicamente, tú le dices que no te presta atención y te responde casi literalmente tu frase final... ¿Cómo te sientes? Estoy segura de que lo que te gustaría es que apagara el televisor o cerrara el periódico y te pusiera atención. Cuando nos escuchan, nos sentimos queridos e importantes, además muchas veces ocurre que después de contarle nuestra historia a un buen amigo, como por arte de magia, alcanzamos la claridad que nos permite reconocer la salida o la solución y todo esto, sin que nuestro amigo haya abierto la boca para darnos su sabio consejo. Así funciona la magia de escucharnos y apoyarnos en todo momento. Prestar atención al escuchar es un gesto de amor.

Podemos aprender a escuchar bien:

GUARDA SILENCIO. Mientras la otra persona te habla, mantén un silencio respetuoso y atento. Si te es posible, mírale a los ojos, de esta manera sentirá que le atiendes y que te interesas por sus ideas o vivencias. Evita interrumpirlo para opinar o criticarlo con ligereza. Espera hasta que haya finalizado para compartir con él tus comentarios.

MUESTRATE INTERESADO. Puedes hacer gestos afirmativos mientras te habla para mostrar que estás siguiendo la conversación. También puedes usar frases afirmativas, como: "Entiendo cómo te sientes", "Estoy seguro de que harás lo mejor"; sirven para darle confianza a nuestro interlocutor y al mismo tiempo, muestran nuestro interés en su historia y el deseo sincero de apoyarlos.

RESUMIR LA CONVERSACION. Asegúrate de que la persona terminó de hablar preguntándole: ¿Ya terminaste? ¿Quieres decirme algo más? Y luego hazle un resumen de sus ideas para asegurar la claridad de la comunicación y tu comprensión de su historia. Además, así le haces saber a tu interlocutor que estás esforzándote por comprenderlo.

APAGA TU MENTE. Mientras escuchas a la otra persona deja de pensar en que tus ideas, planteamientos o decisiones son mejores. Concéntrate en el deseo de comprender qué siente, cómo piensa, qué sabe y qué puede aportar a tu vida en este momento. Muéstrate abierto a los puntos de vista de los demás, sin juzgarlos y sin anticiparte a lo que la otra persona va a decir. Recuerda de vez en cuando detenerte para darle espacio a la otra persona de expresar sus ideas o hacer sus comentarios.

Practica escuchar con atención y con amor a tus seres queridos, tal vez descubras que son personas diferentes a las que imaginabas... Darles un espacio respetuoso y seguro donde puedan expresarse, los hará sentir queridos y especiales.

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miércoles, 10 de marzo de 2010

¿ERES ALERGICO A LOS CONSEJOS?

Tengo una amiga que acaba de terminar con una relación sentimental donde no recibía ningún tipo de satisfacción afectiva, se mantenía en ella solo por la justificación que daba a cada situación que vivía con su pareja. Durante algún tiempo sus amigos más cercanos le sugirieron que terminara con esa relación, que no era buena ni justa para ella, que era preferible que se quedara sola un tiempo mientras sanaba. Pero ella, siempre tenía una explicación para justificar su negativa a romper definitivamente.

Reflexionando acerca de su situación, encontré un factor común presente en diferentes situaciones por las que atraviesan muchas personas adultas, la negativa a escuchar y considerar como válidos los comentarios o sugerencias que nos hacen aquellas personas que nos quieren incondicionalmente, y que lo único que desean es nuestro bienestar.

Es cierto que no podemos dejarnos llevar por las consideraciones o los consejos que nos dan los demás, porque en la mayoría de los casos, lo que buscan es satisfacer su interés personal. Pero hay personas diferentes, aquellas a las que nos une un vínculo afectivo limpio y desinteresado construido a través del cariño, deberíamos, al menos, escuchar lo que nos dicen, para luego reflexionar y decidir si aceptamos su comentario o lo desechamos. ¿Alguna vez habías pensado en esto?

Escuchar a la otra persona, no quiere decir que estemos obligados a hacer lo que él o ella sugiere que hagamos... sólo implica abrir una pequeña puerta a través de la cual podamos recibir un comentario imparcial y objetivo que nos permita considerar otros aspectos de la situación que enfrentamos y que por sentirnos afectados, no podemos observar con claridad.

Durante la infancia, muchas personas estuvieron sometidas a la presión de unos padres dominantes y perseguidores que constantemente les decían qué hacer, y por esta razón crecieron con una cierta rebeldía o posición defensiva frente al comentario, consejo o sugerencia que le hacen los demás. "Nadie aprende por experiencia ajena"... dice una frase popular que nos recuerda, que cada uno de nosotros tiene su momento y su oportunidad para reconocer una verdad. No importa cuántas veces alguien intentó mostrarte la perspectiva real de tu situación, sólo la pudiste reconocer cuando estabas listo para asumirla.

La próxima vez que tu pareja, un buen amigo o una persona en la que confías se acerque para hacerte un comentario o darte una sugerencia... pregúntate: ¿Quién va a salir beneficiado realmente si yo tomo en cuenta sus palabras? ¿El o yo? Así te será más fácil abrirte para escuchar.

Cuando somos jóvenes, pensamos que somos capaces de conducirnos sin necesidad de que nuestros padres o las figuras de autoridad nos digan o sugieran cómo hacerlo... pero lo cierto es que casi todos descubrimos en el tiempo, que si hubiésemos escuchado con más conciencia, nos habríamos evitado parte del sufrimiento. Atrévete a mejorar la comunicación y a recuperar la confianza entre tus padres y tú. Recuerda que ellos siempre quieren lo mejor para ti.

De vez en cuando nos hace falta descansar o apoyarnos en la confianza que nos produce una persona, no porque seamos débiles y busquemos su aprobación sino, porque su estilo de vida, sus experiencias con resultados positivos y el amor incondicional que siente hacia nosotros, nos muestre que podemos hacerlo. No seas dependiente emocionalmente de los demás ni te dejes manipular por ellos para satisfacer sus propios intereses, esto no es justo para ti. Decide buscar las personas apropiadas con quienes compartir tus inquietudes o tus dudas, de manera que puedas confiar en su consejo.

Para tener presente

- Cuando estás afectado no tienes la claridad necesaria para analizar una situación

- Evita justificar situaciones injustas y difíciles para ti

- Busca el apoyo y la compañía de una persona en la que confías. Enfrentar solo un problema lo hace más difícil de resolver

- Abrete mentalmente para escuchar y luego reflexionar acerca de la sugerencia que te haga otra persona

- Tú eres el único que puede y debe tomar la decisión final. No busques el que otros lo hagan por ti

Si alguien confía en ti... Antes de hacer un comentario con ligereza, colócate en su lugar para que puedas comprender qué siente o qué piensa. Después, comparte con esa persona tus comentarios sin juzgarlo o descalificarlo. Ayúdalo a analizar los pro y los contra de su situación, evita tomar decisiones por él. Hazlo con respeto y mucho cariño, muchas veces esto es suficiente para que la otra persona encuentre por sí misma la respuesta o la claridad que está buscando.

Suelta el pasado...

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lunes, 8 de marzo de 2010

RESPETO A NUESTRAS DIFERENCIAS

¿Cuantas veces terminamos hiriendo a los que más queremos con nuestras actitudes y comentarios, sin notarlo? Te has preguntado alguna vez. ¿Cómo podríamos relacionarnos con la misma persona que amamos, sin lastimarnos?

Somos diferentes en lo personal. Cada uno de nosotros ha sido formado con parámetros, consideraciones, creencias y valores propios y diferentes al resto de las personas y aun, cuando espiritualmente estemos hechos de la misma naturaleza... Nuestras diferencias personales, nos separaran si nos fijamos en ellas, al momento de relacionarnos y de convivir con la persona amada.

Hay personas que desde el comienzo de la relación, ya están pensando que cuando se casen lograrán cambiar aquellas actitudes que le molestan de su futura pareja; otras, una vez que se establece la convivencia, se pasan la vida en común, queriendo cambiar o doblegar la forma de ser de su pareja, casi siempre con la intención de mejorar su condición de vida. Ciertamente podemos aportar sugerencias positivas, producto de nuestra experiencia, a la otra persona, pero debemos aprender a respetar el proceso y el tiempo que le tome, para decidir si la incorpora o no. Ahora bien, cuando nos convertimos en personas perseguidoras del otro a través del sermón, la critica o el juicio constante, corremos el riesgo de que esta actitud nos lleve a distanciarnos, a enfriarnos y hasta crear un resentimiento que nos impulse a agredirnos.

¿Alguna vez has pensado en la posibilidad de aceptar a tu pareja como es? Reflexiona acerca de las cualidades y de las limitaciones personales que tiene tu pareja y pregúntate si pudieses vivir de buena manera con ellas.

Aquellas características positivas de la personalidad de la pareja que encontramos en el comienzo de la relación, debieran bastar para que tengamos una buena convivencia y si a lo largo de ella, vamos transformándonos el uno al otro para convertirnos en mejores personas, este será un regalo extra, producto del amor, la entrega y el trabajo que hemos realizado individualmente, por el bienestar de los dos y de los niños que formen parte de nuestro espacio familiar.

Forzar a la pareja a aceptarnos a sabiendas de que tenemos ciertos hábitos o actitudes negativas hacia nosotros mismos o hacia nuestros seres queridos, es una falta de consideración y respeto hacia la persona que nos ama. Espero que ni en los momentos más difíciles digas la frase: Yo soy así y si me quieres bien y si no...

Comienza por reconocer todo lo positivo

Deja de fijarte en todo lo negativo que hace tu pareja y comienza a reconocer todos sus esfuerzos positivos. Evita decir tu nunca o tu siempre especialmente si es para referirte a sus errores.
Recuerda aquello que te hizo enamorar, es posible que continúe ahí.

No hagas comentarios hirientes

Cuando estas alterado, generalmente dices cosas que mas tarde cuando ha bajado la emoción te arrepientes de haber dicho. Evita hacer uso del conocimiento que tienes de sus debilidades para herirlo más. Ya es suficiente con el dolor que se han causado producto de la discusión.

Pide disculpas rápidamente

No te acuestes a dormir peleado y sin hablarle a tu pareja. Se tú quien tome la iniciativa para pedir disculpas y recuperar el buen animo entre los dos. Recuerda que cualquier esfuerzo dirigido a sanar las heridas y a conectarnos de nuevo al amor siempre será beneficioso para los dos.

Piensa antes de hablar

Pregúntate siempre antes de hacerle una observación a tu pareja si vas a ayudarle de alguna manera con ella. Luego encuentra el mejor momento y las palabras adecuadas para que reciba tu observación de buena manera y no como una crítica más dirigida a descalificarle o a bajar su autoestima.

Disponte a hacer las paces

Acepta los esfuerzos que hace tu pareja por animarte y disculparse. Evita mantenerte cerrado y resentido, busquen juntos la mejor manera de solucionar sus diferencias y asuman el compromiso de hacer cuanto sea necesario para lograrlo entre los dos. Si todavía lo quieres, vale la pena sonreír y pasar el resto de la vida juntos y a gusto.

Busquen ayuda de un buen profesional

Cuando sabes que las diferencias parecen irreconciliables, es importante buscar la ayuda de un consejero que los ayude a encontrar el camino para lograr la reconciliación, y así fortalecer el amor que existe entre los dos.

Muchas personas se han pasado la vida buscando a ese alguien especial que los amara incondicionalmente, para toda la vida. Valoremos el esfuerzo que realiza nuestra pareja para entregarnos lo mejor y tratemos de corresponderle con Amor.

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miércoles, 3 de marzo de 2010

CUANDO TU PAREJA SE VA

Me sorprende la fuerza que tiene en muchas personas el deseo de permanecer al lado de una pareja que sentimentalmente no desea continuar con la relación y que, además, expresa abiertamente que ya no siente amor.

Cómo es posible que en algunos casos el temor a quedarnos solos, el falso orgullo o una baja estima nos lleven a manipular a la otra persona para que se quede a nuestro lado, pensando que de esta manera lograremos reavivar la llama del amor...

Tengo una amiga que en este momento, sufre el desamor de su pareja, piensa que ya no tiene sentido continuar viviendo, mucho menos seguir trabajando por cumplir sus metas. Su depresión es inmensa, llora casi todo el tiempo y no acepta las invitaciones que le hacemos sus amigos para distraerla un poco, para ayudarla a calmar su ansiedad y a sanar su dolor. Ella ha decidido encerrarse a vivir su duelo indefinidamente.

¿Qué puedo hacer para ayudarla a salir de ahí, a superar su difícil situación a pesar de ella? ¿Cómo evitar que sienta tanto dolor y resentimiento? Pienso que lo primero que debemos hacer para ayudarla es colocarnos en su lugar y comprender cómo se siente, de manera que podamos mostrar la empatía necesaria que le permita abrirse para escuchar y aceptar nuestros comentarios y sugerencias amorosas y desinteresadas. Mostrar respeto por el dolor del otro es el principio de un trabajo que nos dejará apoyarle a lo largo del proceso que le llevará a sanar sus heridas sentimentales para recuperar su autoestima, dejar el pasado atrás, perdonar y, más adelante, darse otra oportunidad.

En verdad no es fácil experimentar una pérdida sentimental, comprendo tu situación y sentimientos. Aún así quiero sugerirte que te des el tiempo necesario para sanar tus heridas, que mantengas distancia física con tu ex pareja, que evites darle vuelta en tu cabeza una y otra vez al recuerdo del momento de la ruptura tratando de buscar los detalles que te den una pista para descubrir las razones que causaron el que tomara esa decisión. Evita sentirte culpable absoluta, recuerda que la responsabilidad del bienestar o del malestar de la relación siempre es de dos. Disponte a perdonar a la persona despues de haber tomado la decisión valiente de soltarte, para conceder el espacio que ambos necesitan para reflexionar acerca de todo lo sucedido.

Recuerda que cuando la ausencia, el abandono o el desamor no tienen remedio, tenemos que saber pasar la página para sanar el corazón y recuperar la alegría por la vida.

Claves para superar el desamor

Acepta tu realidad. A la persona que ha sufrido el abandono, le costará mucho aceptar que la relación se ha terminado... pero, siendo esto muy duro, es el primer paso para iniciar un proceso de recuperación emocional. Acepta lo que no puedes cambiar, para que el dolor salga rápidamente de tu vida.

Vence el deseo imposible. A pesar de que tu deseo sea conservar a la persona amada, debes reunir el valor y la determinacion para soltarte de esa expectativa. Recuerda que aunque pienses que vas a morir sin la compañía de tu pareja, no es así, morirá la dependencia, pero tú retomarás la vida de una manera más positiva.

Vive tu duelo. Aceptar y respetar tu dolor implica vivir el duelo de una pérdida significativa. Llora si tienes ganas, siéntete víctima, desahógate... y luego toma la decisión firme y valiente de impulsarte para salir de nuevo a la superficie de la vida. Tú puedes salir de ahí para recuperar de nuevo la alegría de vivir.

Perdona. Aun cuando creas que tu pareja es responsable de la ruptura de la relación, es importante que puedas llenar tu corazón de comprensión para perdonarle. Sólo a través del perdón sincero podemos sanar las heridas y soltar los lazos que nos mantuvieron atados al pasado a través del recuerdo triste del dolor vivido. Perdona desde el corazón y pasa la página.

Quiérete y valórate. Es importante que aprendas a valorarte por ti mismo, que puedas reconocer y apreciar tus cualidades y tus características más positivas; elevarás tu autoestima, fortaleciendo la confianza en ti mismo, vencerás la culpa que te pueda asaltar y podrás retomar tu vida con valor, confianza y determinacion.

Dejar pasar el tiempo es la mejor medicina. Distrae tu mente, acompáñate de buenos amigos, concéntrate en hacer las tareas cotidianas con dedicación, reconoce la presencia de Dios en tu interior y recupera tu paz, recordando que todo sucede por una buena razón, aunque en este momento no puedas reconocerlo. Eres una persona especial y mereces atraer a tu vida a una pareja que te valore, te respete y ame de la misma manera como tú estás dispuesto a hacerlo.

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lunes, 1 de marzo de 2010

A TIEMPO PARA EL AMOR

Tenemos una pareja de amigos, casados desde hace 14 años, con problemas como los de todas las parejas, pensaban ellos... hasta hace unos días, cuando él le pidió el divorcio a ella, y comenzó una historia llena de vacío y tristeza...

La primera pregunta que nos pasa por la mente es: ¿Qué paso? Pero si todo estaba tan bien... ¡tiene que ser que se enamoró de otra! En una relación generalmente, el hombre se preocupa de cuidar a su pareja si esta es más joven o muy atractiva y nosotras, sólo cuando notamos que él empieza a actuar diferente, sale muy perfumado, se preocupa por su ropa... es entonces cuando nuestra luz de alarma se enciende y sentimos que algo no anda bien a pesar de que sólo unas horas antes, considerábamos que nuestra relación era a prueba de fuego, en un momento... la preocupación nos invade. Ojalá, que las sospechas sean infundadas y no sea demasiado tarde.
Nuestra relación de pareja es como una casa, que por fuera se ve muy bien, pero por dentro se puede estar desmoronando... tal vez la magia se ha perdido, y no nos hemos dado cuenta, a pesar de que las señales están ahí... Algunas de las señales de alarma que nos muestran que algo anda mal en la relación son: cuando ya no existen los detalles, cuando nos interesa pasar más tiempo con los amigos que con la pareja, cuando discutimos por todo, cuando los silencios en compañía se vuelven eternos, cuando hablamos y pareciera que lo hacemos en dos idiomas completamente diferentes... tal vez se esfumó o dejamos escapar la pasión o la química que había entre los dos. Esto no ocurre por la decisión de alguien, sino por negligencia y falta de cuidado.

Si sentimos que nuestra relación peligra, evitemos sentirnos culpables, los problemas en una relación siempre son causados por dos... tratemos de invertir algo de tiempo, creatividad y el deseo de mantener una magnifica relación. Si hay amor... ¡esto hará la diferencia!

¿Cómo avivar la llama del amor?

Atiende a las señales: Recuerda que es importante resolver los pequeños desacuerdos, aun cuando ya haya pasado la afectación, siguen estando pendientes por resolver. ¿Cómo es la comunicación entre ustedes? Es hora de cambiar, anímate, entrégate, háblale y sobre todo escúchalo, interésate sinceramente en él y en sus cosas, sé consecuente con sus debilidades y vulnerabilidad.

Vuélvete divertida: ¿Recuerdas cuando tú y tu pareja se reían sin motivo aparente? Muchas veces consideramos el matrimonio como una empresa constituida sólo para pagar cuentas, tener hijos, tener una linda casa, la ropa limpia y muchas obligaciones más, sin un minuto de tregua o descanso... vayan a divertirse juntos, consigue una persona de confianza que cuide tus hijos una vez a la semana y ¡salgan a disfrutar y a renovar el amor!

Refuerza la confianza: Deja de perseguir a tu pareja, evita la cantaleta o la critica permanente. Conviértete en su cómplice, en su mejor amigo, complácelo de vez en cuando en sus caprichos a veces sin sentido, comparte sus sueños y fracasos sin juzgarlo ni desanimarlo. Dale su espacio, y te aseguro que lo sorprenderás.

Sorpréndelo: Vence la monotonía. Hacer algo inesperado, demuestra que estás pensando en él, equivale a declarar: Eres especial para mí, te llevo en mi corazón, aunque no estemos juntos todo el tiempo.
No tiene que ser costoso pero sí especial, que tal ese helado delicioso de las mil calorías o ese arroz que su mamá le preparaba, pero que a ti no te gusta...

Cuida tu apariencia: Siempre, mantente linda y atractiva para él y para ti. No hay ninguna excusa para estar desarreglada y decir... es que tengo tantas cosas que hacer... ¡que más da, ya me conoce arreglada! La relación crece en la seguridad de lo cotidiano y lo habitual, pero también requiere de la refrescante novedad y espontaneidad para que no se deteriore.

No permitamos que las muchas obligaciones y la rutina del día a día, nos hagan perder la riqueza del amor entre los dos... Decidan cambiar de actitud a tiempo de avivar la llama del amor y convertir el matrimonio y la vida juntos, en una gran aventura que les permita crecer y enriquecer la relación y la familia. No permitas que la chispa de la relación se apague con el tiempo, trata de revivir esos días cuando tú y tu pareja se conocieron, recuerden el sentimiento que los envolvía cada vez que se veían y se murmuraban dulces tonterías. ¡Avivemos la llama del amor!

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viernes, 26 de febrero de 2010

NOVIOS PARA SIEMPRE

El Noviazgo es una de las más bellas etapas en la relación de pareja, porque es la época durante la cual mostramos nuestra mejor cara, hacemos todo lo que sea necesario para agradar al otro y hacerlo sentir muy especial. Durante este tiempo, tenemos detalles, toleramos y comprendemos a la otra persona, estamos dispuestos a perdonar y a pasar por alto ciertas diferencias sin dejar que nos afecten, nos sentimos motivados y entusiasmados para compartir con la pareja, soñamos juntos y hasta proyectamos lo que será nuestra vida en común. Viéndolo de esta manera, ¿no crees tú que deberíamos ser novios por el resto de la vida? El noviazgo no debería ser sólo una etapa corta y maravillosa que desaparece una vez asumido el compromiso de vivir juntos, para darle paso a otra etapa complicada y desconocida, la convivencia, en donde uno de los dos o los dos al mismo tiempo van cambiando su actitud y comportamiento para convertirse en los perfectos extraños.

La mayoría de las veces el día a día, las responsabilidades y la rutina hacen aflorar una serie de características de la personalidad totalmente desconocida; el estrés y la tensión hacen que ya no cuidemos los detalles, la comunicación, el trato y los gestos que teníamos. Algunas personas se preguntan en ese punto:

¿Es que se acabó el amor?
Qué sensaciones tan especiales tenemos cuando estamos enamorados y somos correspondidos. Tu corazón late aceleradamente cuando te encuentras con ella, te sonrojas, sientes las famosas mariposas en tu estómago… y quiero decirte que en la medida en que cumples años, las sigues sintiendo aunque más calmadas. El deseo de acompañarte con él o con ella, de compartirlo todo y descubrir sus gustos e intereses… ¿Te acuerdas? ¡Puede continuar siendo así! Rescata el amor de todas las presiones y tensiones a la que está sometido en este momento, recuerda cuáles fueron las cosas que te hicieron enamorar, los momentos especiales que compartieron y apóyate en ellos para renovar los votos de amor y comenzar de nuevo una época de noviazgo y enamoramiento. Hemos tenido el regalo de conocer parejas de amigos con muchos años de casados y novios eternos, verlos te recuerda que bien vale la pena hacer crecer el amor entre los dos, fortaleciendo el respeto, la comunicación, el cariño, los detalles, la intimidad y los buenos momentos.

Si en este momento estás solo, tienes la oportunidad de convertirte en la persona ideal que atraiga a su vida a esa pareja con la que deseas compartir el resto de la vida. Prepárate y pregúntate si estás dispuesto a compartir tu espacio vital, a aceptar sus diferencias, a conocer y aprender sus gustos e intereses, si estás más dispuesto a dar que a recibir.

Estás listo para querer y que te quieran sin permitir que las heridas del pasado se interpongan en tu felicidad.

1. Cultivar lo mejor de cada uno para que tengan un mayor crecimiento y desarrollo personal. Recordemos que la relación de pareja en una especie de pote en común donde cada uno coloca lo mejor de sí mismo para sumar al bienestar de los dos.

2. Ser auténticos. Mostrarnos tal cual somos, con nuestras cualidades y limitaciones, hará que podamos conocernos y aceptarnos sin esperar que el otro sea una persona diferente.

3. Fortalecer la empatía entre los dos. Colocarnos en el lugar de la otra persona, para ver las cosas desde su perspectiva hará que sea más sencillo el estar dispuestos a comprender y aceptar sus diferentes puntos de vista.

4. Valorar sus cualidades. En muchos casos sólo llaman nuestra atención los defectos o las características negativas de la otra persona, es muy importante que podamos reconocer sus cualidades y resaltarlas al momento de compartir.

5. Mantener el respeto del uno hacia el otro. Ahí donde terminan tus derechos comienzan los de tu pareja. Cuida tus palabras, gestos y comentarios en todo momento.

6. Afinidad de objetivos e intereses. La pareja ideal no es la que se mira tiernamente el uno al otro, son los que miran y caminan juntos en una misma dirección.

7. Sean cariñosos. Es imprescindible expresarlo todos los días, no permitas que las responsabilidades del día a día te hagan olvidarlo. Las palabras amables, los detalles y las caricias son un medio para expresarlo.

8. Reconozcan los logros, el esfuerzo y las cualidades de la pareja. Más importante que fijarte en sus defectos o debilidades lo es el resaltar todas sus cualidades, esto te ayudará a reconocerla y a valorar su presencia en tu vida.

¡Trabajen cada día para hacer más feliz a su pareja!

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