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viernes, 15 de abril de 2016

¿CUANDO IR A TERAPIA DE PAREJA?

La idea de ir a terapia de pareja espanta a varios. «No necesitamos de un terapeuta, podemos (y tenemos que) arreglar las cosas nosotros mismos». Las parejas a menudo tienen la idea de que serán juzgados por el terapeuta y eso les causa desconfianza y rechazo. Y también temor de descubrir que algo falla. Por eso prefieren minimizar el problema: no sabrían qué hacer si un conflicto grave se develara. 

¿Cuándo una pareja podría beneficiarse de una terapia? Sí, cuando hay problemas. Pero también cuando algo deja de fluir. Puede ser muy positivo para alimentar el vínculo, la confianza y la comunicación. Es como hacerle mantenimiento a la relación.

Una terapia de pareja funciona no sólo para cuando hay problemas serios sino cuando ha habido alguna desconexión entre ambos, cuando se pelean mucho, o cuando han dejado de hablarse de sus sentimientos. Cuando lo que uno expresa el otro no lo entiende, o cuando alguno no expresa nada.

El terapeuta es como el traductor, el que les recuerda que no es una batalla donde alguien gana y alguien pierde, sino que están ambos del mismo lado. El que vela por el vínculo más que por uno u otro. Como bien dice una frase que circula por estos días en Facebook, «no hace terapia quien tiene problemas. Problemas los tiene todo el mundo. Hace terapia quien quiere resolverlos».

Ir a terapia de pareja no refleja el fracaso de la pareja, por el contrario, la fortaleza de querer afrontar y resolver todo juntos.
Fuente: Revista Viù, Año 3, N° 118, pág. 28