sábado, 29 de mayo de 2010

¿PODEMOS CAMBIAR A OTROS?

"En estos días conversaba con una persona que me contaba: Tengo un amigo del que todos abusan, es tan bueno que no puede decir que no, por esta razón ha perdido mucho dinero y bienestar. He tratado de ayudarlo a cambiar y no he conseguido nada, es muy terco. Pasa el tiempo y le siguen sucediendo las mismas cosas... ¿Cómo puedo ayudarlo?

Escuchándolo pensaba: ¿Cuántas veces hemos querido cambiar el comportamiento, la actitud o las decisiones de otra persona? ¿ En cuántos momentos nos hemos sentido frustrados al intentarlo y no conseguir ningún resultado? ¿Te has sentido alguna vez así? Es tiempo de hacer juntos una reflexión al respecto... ¿Podemos realmente nosotros, cambiar el comportamiento de otra persona? Yo creo que no. Lo que sí podemos hacer, es influir en ellos con nuestro comentarios y buenos sentimientos, para que ellos reflexionen y consideren la posibilidad de tomar en cuenta y analizar nuestra propuesta, aun cuando la decisión final siempre sea de ellos.

Cuando nuestros hijos están pequeños, me refiero hasta que son adolescentes, todavía podemos influenciarlos si les damos un buen ejemplo y mantenemos una buena comunicación con ellos. Pero, si nuestros hijos son mayores de edad... lo mejor que podemos hacer es conversar con ellos y explicarles las consecuencias de las posibles elecciones que tomarán en un momento dado y de qué manera estas decisiones los van a afectar a ellos directamente. Es el momento de confiar en que dentro de ellos se encuentran los valores y las herramientas que hemos compartido con ellos a lo largo de su vida. En la mayoría de los casos, insistir en que acepten nuestros argumentos o sugerencias pudiera ser la causa por la que ellos cierren la puerta de la comunicación con nosotros. Lo más importante será hacerles saber que siempre podrán contar con nosotros, aun cuando terminen haciendo algo equivocado.

Cuando nos referimos a la pareja, tendríamos que preguntarnos si nos gustaría vivir con alguien que constantemente nos juzga o critica con la intención de ayudarnos a mejorar nuestro comportamiento... Muchas veces, sin darnos cuenta y motivados por la mejor de las intenciones nos convertimos en personas sermoneadoras, constantemente estamos diciéndole a nuestra pareja o a nuestros hijos lo que deben cambiar para tener una vida mejor y en ese intento se nos olvida reconocer todas las actitudes positivas que también tienen esas personas. Pregúntate: ¿Te sientes bien con las características positivas de la personalidad de tu pareja?, si ¿podrías vivir con él o con ella sin que cambiara tanto su manera de ser? Si la respuesta es sí, relaja un poco tu actitud, suelta el control y comienza a reconocer todos los esfuerzos que también hace esa persona para agradarte y ser una buena persona. Es el momento de recordar que no somos perfectos, todos tenemos una serie de cualidades que tenemos que aprender a reforzar y a usar, y unas limitaciones que tenemos que aprender a aceptar y a superar.

Podemos ciertamente compartir con ellos nuestras observaciones y sugerencias, pero igualmente tendremos que aceptar el hecho de que sólo cambiarán cuando estén listos esencialmente para hacerlo. Yo sé que sufres y te da rabia cuando ves que tu amigo o tu ser querido se resiste a cambiar, especialmente, si atraviesa por una situación difícil, pero recuerda que tal vez necesita vivir esa experiencia para alcanzar la conciencia y la madurez que le permita estar listo para reconocer la importancia de cambiar. Todos los procesos de cambio son individuales y sólo podemos hacerlo a través de nuestra voluntad y trabajo personal.

¿Qué podemos hacer para apoyar a una persona adulta?

Exprésale tus sugerencias. Acercate a la persona y cuéntale lo que piensas, explícale de qué manera sus actitudes o su comportamiento están afectando negativamente su vida. Dile claramente que no tienes ningún interés personal en ello.

Exprésale tu apoyo incondicional. La próxima vez dile a la persona: Estoy dispuesto a ayudarte a salir de donde estás. Quiero que sepas que puedes contar conmigo; cuando estés listo llámame. No quiero que sientas que te estoy persiguiendo para que lo hagas. Tómate tu tiempo.

Comparte alguna experiencia personal. Muchas veces compartir con otros la historia de alguna situación personal parecida a la que atraviesan ellos, hace que se interesen y se abran a la comunicación. Además si puedes contarles qué te impulso a cambiar y en qué herramientas te apoyaste para lograrlo puede ser muy positivo.

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jueves, 20 de mayo de 2010

CLAVES PARA DARLE VIDA A TU CORAZON

1 Haz un calendario personal. Señala en él cada una de las fechas que son importantes porque te conectan a emociones y sentimientos positivos.

2 Haz una oración para pedir felicidad. Orar funciona. Vale la pena hacerlo para agradecer por lo bueno que llega a nuestra vida y también para pedir regalos y bendiciones.

3Las dificultades son temporales. Generalmente somos nosotros los que les damos fuerza y poder a los momentos difíciles con nuestros miedos y pensamientos.

4 Usa aromas agradables. Oler puede mejorar tu estado emocional. Enciende una velita o una varita de incienso antes de ir a la cama, dormirás más profundo y relajado.

5 Envía un mensaje de apoyo y cariño. Haz una nota con frases como: ¡Eres especial!, ¡Te quiero mucho!, y colócala en un lugar donde tus seres queridos puedan encontrarla.

6 Llénate de cariño. Sólo por un día evita juzgar y criticar a tus seres queridos. Piensa en ellos con amor, y practica aceptarlos como son.

7 Crea un ritual para levantarte. Puedes escuchar tu música preferida, meterte en la cama unos minutos más con tus hijos, preparar un desayuno especial.

8 Mantén la esperanza. Cierra los ojos y recuerda alguna situación que te inquiete, respira e imagina que vienen ángeles en tu ayuda, que todo se resuelve de la mejor manera.

9 Mira el cielo. Detente por unos minutos para observar y disfrutar del cielo, mira como se mueven las nubes, las formas que crean, reconoce los colores, siente la paz.

10 Aprende de tus errores. Reconoce tus errores, acéptalos y en lugar de castigarte, pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esto? y ¿qué puedo hacer para corregirlos?

11 Asume un reto. Si de vez en cuando te sientes desmotivado, plantéate un reto, vence alguna limitación o aprende algo nuevo. ¡Siempre podemos volver a comenzar!

12 Respira desde tu abdomen. Imagina que tu abdomen se llena de aire y luego bótalo suavemente. Esto te ayudará a bajar la tensión y el estrés.

13 Reconoce la puerta que está abierta. En lugar de quedarte parado y sufriendo frente a la puerta que se cerró en tu vida, busca la otra que seguro ya está abierta y comienza de nuevo.

14 Consiéntete un poco. Generalmente vivimos para complacer a otros. De vez en cuando date un gusto sin sentirte culpable, ¡eres especial y te lo mereces!.

15 Haz una caja de recuerdos. En una caja mete objetos que te recuerden los gratos momentos. Abrela con frecuencia y conéctate a ellos.

16 Administra las noticias negativas. Es bueno mantenerse informado, pero escuchar sólo noticias negativas puede elevar el nivel de ansiedad y estrés.

17 Guarda una foto inspiradora. Elige la foto de un paisaje, una mascota o un ser querido que con sólo mirarla te haga sentir alegría y amor.

18 Suelta la tensión de tus hombros. Toma aire mientras subes los hombros, déjalos ahí por unos segundos, luego exhala y bájalos lentamente. Hazlo varias veces.

19 Haz un cumplido. Tómate un par de minutos para hacerle un cumplido a otra persona.

20 Practica el perdón. Llena tu corazón de amor y envíale un pensamiento de perdón a esa persona que te hirió. Sana el resentimiento y libérate de ese recuerdo.

21 Toma un poco de sol. Tomar unos minutos de sol temprano en la mañana te ayudará a sentirte bien y a dormir mejor.

22 Aprecia el momento de llegar a casa. Detente unos minutos antes de abrir la puerta para sentir que llegaste a tu hogar a salvo. Deja afuera todas las preocupaciones.

23 Realiza un acto bondadoso. Hacer acciones solidarias, positivas y amorosas nos ayuda a sentirnos mejor.

24 Baja el estrés. Haz una lista con todo lo que tienes pendiente y ocúpate de las cosas más sencillas.

25 Sonríe. Asume el compromiso de sonreírle a todas las personas con las que te encuentres. Obtendrás una sonrisa de vuelta.

26 Camina una hora al día. Prueba caminar al aire libre para oxigenarte y relajar la tensión.

27 Reúnete con tus amigos. Llámalos e invítalos a compartir un buen rato.

28 Canta en la ducha o en el carro. Atrévete a cantar a pesar de tu temor a hacer el ridículo. Te sentirás muy bien.

29 Camina descalzo en el jardín. Hazlo imaginando que todas tus preocupaciones las absorbe la tierra.

30 Revive momentos felices. Ve al rescate de los momentos gratos de tu vida, recuérdalos con detalle, y llénate de los sentimientos positivos que te produjeron.

31 Juega con tus hijos. Comparte con ellos un buen partido de su deporte favorito, un juego de mesa o una buena película. Acércate a ellos y hazlos sentir queridos.

32 Abrete a recibir. A veces podemos estar ciegos a los regalos. Acepta y valora todo lo que recibes.

33 Bebe agua al levantarte. El corazón, la sangre y los riñones forman una unidad que se limpia y purifica a sí misma, sin embargo su eficiencia depende del volumen de agua que circule por ella.

34 Mantente enamorado. Ocúpate de mantener la llama del amor viva con frases amorosas, respeto, caricias y una buena comunicación.

35 Practica técnicas de crecimiento interior. El yoga, la meditación o la visualización te ayudan a afrontar serenamente los conflictos y a mantener tu balance emocional.

36 Escucha con atención. Atender a los demás enriquece tu vida y fortalece tus relaciones personales.

37 Practica la gratitud. No hay mayor fuente de plenitud que el agradecimiento.

38 Simplifica tu vida. Este puede ser el momento ideal para reducir tu lista de necesidades, tal vez tienes mucho más de lo que puedes usar y disfrutar.

39 Combate la soledad. ¿Estás solo? Deja de esperar y toma la iniciativa de buscar un poco de compañía.

40 No lo tomes a modo personal. Extiende tu comprensión hacia las actitudes y el comportamiento de los demás, piensa que están muy ocupados o que no se dieron cuenta.

41 Planta una flor. Elige un lugar de tu casa donde sembrar una planta. También puedes hacerlo en un lugar público, y compartir esos sentimientos con los demás.

42 Reconcíliate con tu familia. Vale la pena acercarte a ellos para compartir e intercambiar de vez en cuando cariño y compañía.

43 Reparte abrazos. Tus abrazos pueden acompañar, apoyar, sanar y transmitir cariño y amor, abraza con todo el cuerpo, como cuando eras niño.

44 Desarrolla tu sentido del humor. Reír es terapéutico, y hacerlo a carcajadas es mucho mejor.

45 Deja la violencia. No te dejes llevar por la ira, cada vez que la sientas venir, respira profundo. Es preferible caminar un rato, antes de reaccionar agresivamente.

46 Practica la tolerancia. Aprende a reconocer las semejanzas primero que las diferencias para encontrar los elementos en común que nos permitan conversar y llegar a acuerdos.

47 Sé auténtico. No uses máscaras para complacer a los demás, atrévete a ser tú mismo.

48 Deja salir tu niño interior. Date permiso para ser espontáneo, para sorprenderte por los milagros, para jugar y disfrutar más la vida.

49 Mantén una actitud positiva. Decide buscar y resaltar los aspectos positivos de cada situación. Deja de quejarte y de lamentarte.

50 Presta servicio. Infórmate sobre las iniciativas que existen para prestar servicios comunitarios y colabora con alguno de ellos.

51 Establece contacto con la Divinidad. Acércate a Dios también para dar gracias por todos sus regalos y bendiciones. Confía en que su presencia te acompaña, guía y apoya en todo momento.

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miércoles, 12 de mayo de 2010

HABLANDO DE SUEGROS

"Hace mucho tiempo, una joven llamada Lili se casó y se fue a vivir con el marido y la suegra. Después de algunos de algunos días, no se entendía con ella. Sus personalidades eran muy diferentes y Lili fue irritándose con los hábitos de la suegra. Los meses pasaron y Lili y su suegra cada vez discutían más y peleaban. Lili, no soportando más vivir con la suegra, decidió visitar a un amigo de su padre.
Después de oírla, el señor Huang tomó un paquete de hierbas venenosas y le dijo: Dale estas hierbas, poco a poco para no causar sospechas ahora, para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdala a resolver sus problemas. Recuerda tienes que hacerlo como te digo. Lili respondió: "Sí, haré todo como Ud. me lo pide". Lili volvió a su hogar para comenzar el proyecto. Pasaron las semanas y cada día, Lili servía una comida especialmente tratada a su suegra. Siempre recordaba lo que el señor Huang le había recomendado sobre evitar sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba como si fuese su propia madre. Después de seis meses, la casa entera estaba completamente cambiada.
En esos meses, no había tenido ni una discusión con su suegra, que ahora parecía mucho más amable y más fácil el trato con ella. Las actitudes de la suegra también cambiaron y ambas pasaron a tratarse como madre e hija.
Un día Lili fue nuevamente en procura del señor Huang, para pedirle ayuda y le dijo: "Querido señor Huang, por favor ayúdeme No quiero ya que mi suegra muera por causa del veneno que le he dado. Ella se ha transformado en una mujer agradable y la amo como si fuese mi madre. ". El señor Huang sonrió : "Lili no tienes por qué preocuparte Tú suegra no ha cambiado, la que ha cambiado has sido tú. Las hierbas que le di eran vitaminas para mejorar su salud. El veneno estaba en tu mente, en tu actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el amor que le diste a ella".

Cada situacion que vivimos tiene dos puntos de vista. Tenemos que aprender a considerar la perspectiva que tiene la otra persona desde su posición, pues muchas veces es diferente a la nuestra. El secreto del bien vivir con otros, dependerá en gran medida de esta capacidad.
Para muchas de las parejas que constituyen su propio hogar, se hace muy difícil mantener una buena relación con los suegros, es decir con los padres de ambos. Debido a que como hijos esperamos muchas veces que los padres respeten nuestro espacio familiar.

Hagamos algunas reflexiones juntos: ¿Podremos esperar realmente que nuestros padres cambien su comportamiento o su actitud hacia nosotros? ¿Tiene sentido el que permitamos que con sus comentarios bien intencionados o con su actuación protectora, nos afecten hasta el punto de experimentar un mal sentimiento hacia ellos? Tal vez es el momento de crecer emocionalmente un poco más, a tiempo de poder aceptarlos como son, para disfrutar de nuestra relación con ellos, considerando que en la mayoría de los casos el sentimiento que los mueve a actuar de esa manera es el amor.

Recuerda que una persona tiene poder sobre nosotros en la medida en que esperemos recibir aprobación, aceptación o reconocimiento por parte de ella. Independientemente de cual sea la causa del conflicto con ellos, es importante abrirnos a la búsqueda de los elementos que puedan ayudarnos a sanar la dinámica familiar para poner un poco de orden en el amor. ¿Has pensado que tal vez te corresponde a ti como hijo adulto e independiente, establecer ciertos límites que marquen la pauta de una nueva forma de relación entre ustedes? Deja de esperar a que ellos actúen de otra manera y cambia tú, la expectativa que tienes acerca de su comportamiento.

Atrévete a hablar con ellos acerca de tus sentimientos e ideas libremente. Hazlo sin necesitar que estén siempre de acuerdo contigo.

Establece límites claros, firmes y gentiles con respecto al espacio que deseas conservar para la intimidad de tu pareja y familia.

Acéptalos como son, sin esperar a que sean diferentes. Son así; disfrútalos.

No reacciones a sus comentarios. Piensa que no lo hacen con mala intencion, espera el mejor momento y aclara la situacion para que no pase de nuevo.

Apoya a tu pareja, pidele su colaboracion para que juntos resuelvan calmadamente los desacuerdos.

No hagas público tus desacuerdos y dificultades, a menos que desees que ellos participen en la búsqueda de la solución.

Perdónalos por cualquier error o herida del pasado. Piensa que te dieron lo mejor de sí en ese momento.

Refuerza tu autoestima, no necesites la calificación o el reconocimiento por parte de tus padres. Valorate a ti mismo.

Evita que te manipulen con culpa.

Suelta el pasado, deja de preocuparte por el futuro, vive el presente, la vida es maravillosa y todo va a estar bien.

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martes, 4 de mayo de 2010

¿POR QUE SE ACABA EL AMOR?

Porque se comete errores, como pensar que una vez que la relación ha adquirido cierta solidez o cierto tiempo, ya se es dueño de la otra persona, o viceversa.

Porque el hombre se aburre de la mujer cuando ésta comienza a volverse cantaletosa y la vida en el hogar se convierte en un infierno. Ahí ya se ha roto la comunicación.

Porque la mujer se aburre del hombre cuando éste la mira como el reemplazo de su madre, la niñera de sus hijos, la cocinera, la lavandera y el alma de llaves; y para completar la quiere dispuesta en la cama y entrando dinero al hogar igual que él.

Porque al conocerse se muestran falsos comportamientos, como tolerancias excesivas y verdades a medias.

Porque cuando hay problemas generalmente ninguno quiere dar el brazo a torcer.

Porque al principio de la relación nos preocupamos por mostrarnos bellos, interesantes y adecuados, escondiendo los aspectos no tan agradables de nosotros.

Porque a las parejas les da miedo desinhibirse en la intimidad, expresar lo que les gusta, por temor a lo que piense el otro; y prefieren cumplir fantasías sexuales con terceras personas.

Porque no se respetan los espacios, ni se respeta la individualidad profesional y personal del otro.

Porque las parejas se apegan y en su inseguridad sufren y hacen sufrir al otro con sus celos.

Porque se dejan de expresar las cosas que gustan del otro asumiendo que ya lo sabe.

Porque se cree que la otra persona viene a nuestra vida a hacernos felices y que todo será un jardín de rosas; cuando lo cierto es que en toda relación hay desavenencias y disgustos.

Porque se asume que la pareja tiene que actuar, sentir y pensar como el otro, robándoles su propia personalidad.

Porque uno le da poder al otro para dañarlo, cuando decide dejar que le afecten las decisiones, actos y palabras de ese ser que tanto ama.

Porque se tienen tantas carencias afectivas, que se cree que al llegar la media naranja, ésta las va a suplir; cuando la verdad es que cada uno tiene la responsabilidad de llenar su vida de amor.

Porque los seres humanos están convencidos que es normal que con los años las relaciones de pareja se deterioren, cuando es todo lo contrario; con el tiempo si se toman sabias acciones, el amor crece, y al hacer el amor, este se hace con más conciencia y plenitud.

Porque se daña la comunicación y cada vez que se expresa algo, es para ofender y hacer sentir culpable al otro.

La infidelidad es una de las mayores quejas entre hombres y mujeres; cuando se llega a este punto es porque la comunicación se dañó hace muuuuuucho rato.

Porque las parejas se vuelven irrespetuosas con las palabras y con los actos.

Porque las parejas se vuelven tan posesivas que retiran las amistades y hasta familiares del otro, para absorber de manera dañina.

Porque la pareja se convierte en una proveedora de bienes y servicios ante un techo y unos hijos y dejan en un segundo plano lo verdaderamente importante: “El amor que los unió”

Porque las parejas pierden sensualidad, al descubrir sus cuerpos desnudos en la cotidianidad, al hacer actos ordinarios y de mala educación, al dejar de coquetear como se hacía en el noviazgo.

Porque la mujer comienza a sentir apatía para hacer el amor, y el hombre se siente rechazado, y ninguno de los dos habla sobre el tema.

En algunos ocasiones la mujer comienza a sentir esta apatía porque físicamente esta inconforme con su cuerpo y no es capaz de expresárselo al hombre, o porque éste la incentiva tan poquito, y cuando él quiere la acción a ella la toma por sorpresa, haciéndola sentir como un objeto.

Porque se da rienda suelta a la cólera, y se dicen palabras que hieren, dejando una huella imborrable en el corazón del otro.

Porque la pareja asume que los problemas son síntomas de que la relación va mal, cuando las desavenencias son las mejores oportunidades para saber qué se puede mejorar, y volver la relación más fuerte.

Porque las parejas no expresan lo que les molesta y esperan que se llene la taza para reventar, ocasionando a veces hasta daños irreparables, como violencia verbal y violencia física.

Porque las parejas le invierten dinero a una casa, un carro, la ropa, pero rara vez invierte dinero a talleres de superación personal, talleres de pareja, visitar a un terapeuta; porque se creen capaces de arreglar el problema solo.

Es tiempo de recuperar el amor en la pareja, con detalles, con actos de honestidad, de respeto, solidaridad, comprensión y apoyo.

Porque las parejas se duermen en la pasividad, buscando afuera, cuando deben solucionar el problema adentro; ya que las relaciones se construyen con el dialogo, el respeto y la constancia.

Muchas parejas rompen su relación, cuando los problemas que tenían solamente eran de forma; y buscan nuevas parejas, para descubrir que la primera era mucho mejor. Por eso hay que intentar revivir el amor, el respeto y la confianza, antes que terminar en una separación.

Porque la mujer se descuida en su apariencia física creyendo que ya pescó a su hombre y que no necesita conquistarlo más, qué así la acepta.

Porque el hombre también se descuida en su apariencia física y presume que ello lo adora aún con esos kilos de más.

Conquistar es fácil, lo difícil es conservar la conquista, ahí esta el verdadero mérito.

Llegar a la vejez con una buena pareja, no es cuestión de elegir a alguien con quien nos agrade conversar. Es ser más observadores en las reacciones del otro y ponerle un poco de razón y otro poco de corazón a la etapa del enamoramiento, para que cuando este termine, quede el verdadero amor, el real.

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domingo, 2 de mayo de 2010

PODEMOS SUPERAR UNA RUPTURA

La separación de una pareja es uno de los sucesos más estresantes y difíciles de superar. Hoy quiero compartir algunas reflexiones que espero les ayuden a sanar las heridas del corazón para que puedan pasar la página en algún momento de la vida.

Mientras escribo, pienso que realmente la única medicina que puede calmar el dolor de una ruptura sentimental es el tiempo. En el momento cuando te encuentras en el ojo del huracán... afectado, no hay palabras ni comentarios positivos que puedan serenar tu ansiedad, mucho menos calmar tus emociones, especialmente si fuiste la persona a la que dejaron. Con el tiempo descubrirás que te sucedió por una buena razón... Pues todas las situaciones que vivimos encierran una enseñanza.

Pero no me gustaría que recuerdes, una vez más, todo lo que has vivido... ¡pues ya forma parte del pasado! Te sugiero que distraigas tu mente y que, por unos minutos, te desconectes de la preocupación, el miedo y la rabia que puedas sentir en este instante. ¡Este es el momento de sanar! Abre tu corazón y tu mente para que puedas dar los pasos necesarios para curar tus heridas y recuperar la serenidad y la claridad que te permitan continuar con tu vida. Vamos, yo sé que ha sido intenso y difícil, pero hagamos juntos una reflexión: tú también fuiste partícipe activo de la relación, tomaste decisiones importantes, asumiste responsabilidades con las que cumpliste, llegaste a ser independiente antes del compromiso o durante la relación... ¿Entonces, cómo puedes perder el manejo y el sentido de tu vida tan fácilmente? ¡Siempre puedes volver a comenzar! Eres una persona muy especial... Estoy seguro de que en algún lugar hay otra persona especial esperando el momento de encontrarse contigo para compartir la vida.

No pienses tanto. Deja de darle vueltas en tu cabeza a lo que pudiste hacer que ya no hiciste. Sólo vale la pena si aún estás a tiempo de evitar la separación, en cuyo caso es indispensable que tu pareja esté de acuerdo. No les permitas a tus pensamientos que te lleven a recordar los detalles tristes. Distrae tu mente.

Vive tu duelo. Es natural que te sientas herido y adolorido, en realidad acabas de experimentar una pérdida. Hacerte el fuerte y aparentar que no has sentido nada, pueden llevarte a guardar y reprimir emociones negativas que más tarde se devolverán contra ti. Te sugiero que las dejes salir.

Comparte con un amigo. Hablar con alguien interesado en nuestra historia puede ser terapéutico, pues nos ayuda a liberarnos un poco de la carga. Evita contarle a mucha gente acerca de tu situación para que el comentario negativo de ellos no aumente tu tensión.

No busques culpables. Mientras más insistas en sentirte culpable por lo que pasó, o en hacer culpable a tu pareja, lo único que lograrás será aumentar tu malestar. Piensa que en una relación de pareja ambos son parcialmente responsables de lo que se ha vivido.

No guardes esperanzas. Muchas veces, la razón por la cual el dolor te acompaña por tanto tiempo es porque, en el fondo de tu corazón, todavía conservas la esperanza de que esa persona reconsidere su decisión o revise su comportamiento y regrese. Es preferible soltar... si esa persona es para ti, regresará en otras condiciones.

No tengas miedo. Recupera la confianza en ti mismo. Reconoce tus capacidades y, al mismo tiempo, recuerda que dentro de ti se encuentran las herramientas necesarias para superar esa situación por más difícil que sea. ¡Tú puedes salir de ahí! Pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esta situación? Y, con mucha suavidad, permítete aprenderlo.

Perdona. Aunque te parezca muy difícil de hacer... en el momento en
que te sientas más fortalecido, llénate del amor que sientes por algunos
de tus otros seres queridos y perdónale. Vamos, mereces ser libre para que puedas abrirte de nuevo a recibir los regalos y las oportunidades que La Divinidad tiene para ti.

No hay fórmulas mágicas que nos eviten afrontar el problema para poder superarlo. Estas son algunas de las muchas herramientas que pueden ayudarte a reunir la fortaleza, el valor, la fe y el ánimo para levantarte y comenzar de nuevo. ¡Adelante!

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